13 razones por las que pueden salir ampollas en la piel
Escrito y verificado por la médica Mariel Mendoza
Las ampollas son una porción de la piel elevada y llena de líquido que pueden aparecer por varias razones. Se localizan en la epidermis (la capa más superficial de la piel) y se producen como mecanismo de defensa ante las agresiones.
Es una lesión con edema, elevada, palpable y circunscrita. Tiene líquido en su interior, que en condiciones normales es de color claro.
Desde el punto de vista técnico, se usa el término ampollas o bullas cuando la lesión es mayor o igual a 0,5 centímetros de diámetro. Por otro lado, hablamos de vesículas o flictenas si el tamaño es menor.
¿Cómo se ven las ampollas en la piel?
Las ampollas se visualizan como bolsas llenas de un líquido claro, prácticamente transparente, debajo de la capa más superficial de la piel. Por el proceso inflamatorio subyacente, el área circundante puede estar roja.
Cuando están llenas de sangre, el líquido es rojo o negro. Hacen sospechar una posible infección asociada los síntomas acompañantes de dolor, área circundante caliente y líquido purulento (verde o amarillo).
Cuando las razones de las ampollas en la piel derivan en su presentación en lugares poco comunes, como los párpados o los genitales, es conveniente acudir al médico. Del mismo modo, cuando son causadas por quemaduras, congelación o reacción alérgica.
Las ampollas estallan o se rompen de forma espontáneay el líquido se seca formando una costra amarillo brillante. No deben intentarse romperse de forma manual, debido a que su propósito es proteger la capa más superficial de la piel mientras cicatriza.
En la mayoría de los casos, las ampollas drenan por sí solas en el transcurso de 1 a 2 semanas. No siempre será necesario acudir al médico. Si se conoce la causa, lo ideal es cubrir las ampollas con apósitos o vendas para evitar la fricción.
Razones de las ampollas en la piel
Hay variadas causas para las ampollas en la piel. En este listado te presentamos 13 orígenes, que resultan ser los más frecuentes.
1. Herpes labial
El herpes labial, también conocido como ampollas febriles o herpes oral, se produce posterior a una exposición al virus del herpes simple tipo 1. Este agente permanece en los nervios de forma indefinida y diversos desencadenantes (estrés, fiebre o exposición prolongada al sol) pueden provocar su reactivación con generación de la ampolla.
Suele iniciar con ardor, hormigueo, hipersensibilidad en el labio o cerca de la boca. Las ampollas suelen ser muy dolorosas. Cuando son recurrentes tienden a ocupar el mismo sitio. Puede haber síntomas parecidos a los del resfriado común, como glanglios linfáticos inflamados, dolores musculares y malestar general.
Cuando las ampollas drenan el líquido, este puede transmiritir el virus a otras personas a través del contacto directo (besos, sexo oral) o contacto con fómites (utensilios de cocina, artículos de cuidado personal).
Se curan de forma espontánea. Sin embargo, las ampollas febriles pueden tardar más de 2 semanas en cicatrizar. Es por ello que se indican antivirales tópicos.
2. Herpes genital
El herpes genital es una infección de transmisión sexual causada por el virus del herpes simple 1 y virus del herpes simple 2. Es una de las razones de las ampollas dolorosas en la piel. Previo a su aparición, el área afectada se comporta con ardor, picazón y hormigueo.
Después que las ampollas se rompen, por lo general evolucionan a úlceras dolorosas. Ese líquido es capaz de transmitir el virus por contacto directo.
El herpes no tiene un tratamiento definitivo. No se puede erradicar, sino controlar y acotar sus crisis agudas utilizando los medicamentos antivirales.
3. Escabiosis
En la escabosis, producida por el parásito Sarcoptes scabiei, hay una erupción eritematosa en el recorrido causado por el ingreso del parásito en la piel. Allí deja una vesícula pequeña llena de líquido.
Es más frecuente en las zonas de los pliegues, donde hay más humedad (muñecas, entre los dedos, en las axilas o alrededor de la cintura). Se transmite a través del contacto prolongado de piel con piel. O a través de la ropa contaminada.
4. Impétigo
El impétigo es la infección de las capas superficiales de la piel por Streptococcus o Staphylococcous, dos familias de bacterias. Las lesiones más comunes son en la cara o en las extremidades.
Se manifiesta con ampollas que se revientan, dejando una costra de color miel. Además, hay enrojecimiento alrededor de la lesión y picazón generalizada.
El tratamiento es con antibióticos vía oral. De forma tópica, para mejorar los síntomas, pueden usarse cremas con mentol o anestésicos como la pramoxina.
5. Varicela
La varicela es una de las razones de las ampollas en la piel que se origina por una infección viral. Se transmite a través de la tos, los estornudos o el contacto con las ampollas.
Se produce una erupción que es muy pruriginosa, con múltiples ampollas y vesículas de diferentes tamaños, que predominan en tronco, cara y cuero cabelludo. Las ampollas se tornan turbias y estallan dejando una costra amarillenta.
No hay un tratamiento específico. En algunos pocos casos se indican antivirales orales.
6. Culebrilla o herpes zóster
Esta erupción se produce por reactivación del virus de la varicela. El virus no desaparece del cuerpo, sino que se queda alojado en un área específica de las células nerviosas.
Es por ello que, cuando se reactiva, la erupción que se puede producir años después sigue el trayecto de un nervio. Esta erupción es muy dolorosa y tiene una presentación con múltiples ampollas que causan dolor persistente e intenso.
Se autolimitan a 7-10 días, pero en algunos casos se indican antivirales orales. El dolor por afección del trayecto del nervio o dermatoma puede quedarse incluso durante semanas, meses o años.
7. Penfigoide
Este es un trastorno en el que el sistema inmunitario ataca al organismo, produciendo una erupción cutánea a predominio de las extremidades y el abdomen. Pudiendo afectar a las membranas mucosas.
Se generan ampollas grandes, gruesas y llenas de líquido claro o con un poco de sangre. Cuando se rompen evolucionan a mucha sensibilidad y dolor. No hay un tratamiento específico.
8. Pénfigo vulgar
Al igual que el caso anterior, es una enfermedad autoinmune. Pero se diferencia en que las ampollas pican y se revientan con más facilidad.
Además, el contenido de las ampollas suele ser sangre. Cuando están en boca y garganta causan mucho dolor.
9. Eccema dishidrótico o pompholyx
En este caso hay un sarpullido eritematoso (rojo). Las ampollas salen predominantemente en manos y pies, son grandes, rojas, dolorosas y pican mucho. Cuando se rompen suelen dejar escamas secas y agrietadas.
Se desconoce la causa, pero es más frecuente cuando hay antecedentes de dermatitis atópica. No hay un tratamiento específico, aunque los síntomas suelen mejorar con esteroides tópicos.
10. Quemaduras
En el caso de las quemaduras de segundo grado, se forman ampollas que son muy dolorosas, grandes y que supuran, con la piel enrojecida o de colores desiguales. Siempre deben ser evaluadas por un médico.
11. Congelación
Causadas por frío extremo, estas ampollas en la piel son más comunes en los dedos de las manos y los pies, la nariz, las orejas, las mejillas y el mentón. Hay piel adormecida y con grietas que está blanca y dura. También puede tornarse la piel de color negro, perder la sensibilidad o formar ampollas llenas de sangre.
12. Dermatitis por contacto
La dermatitis por contacto responde a un alérgeno. En este caso, el sarpullido tiene bordes definidos y concuerda con el lugar que tuvo contacto con la sustancia irritante.
La piel se torna rojiza, seca y escamosa. Además, aparecen ampollas que estallan y se secan, formando costras.
13. Por fricción
En este caso, las ampollas se producen por el roce de la piel con alguna superficie irritante por un período prolongado. Es más común en manos y pies, sobre todo ante el uso de zapatos apretados. Se forman ampollas que curan de forma espontánea.
¿Todas las razones de ampollas en la piel son graves?
Las ampollas son un mecanismo de defensa de la piel para proteger la capa dañada y ayudarla a sanar, mientras se la mantiene aislada del medio externo. Aunque pueden ser muy molestas, dolorosas o incómodas, no suelen ser un síntoma de alguna patología grave subyacente.
Sin embargo, debido a que sus causas son múltiples, no hay ningún tratamiento específico. Ante la duda, lo recomendable es acudir con un médico.
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