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Riesgo de hemorragia postquirúrgica

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La intervención quirúrgica se asocia a un aumento de riesgo para tromboembolismo venoso y arterial. También se sabe que la interrupción temporal del tratamiento antitrombótico supone una mayor exposición a riesgo de trombosis y embolismo.
Riesgo de hemorragia postquirúrgica
Alejandro Duarte

Revisado y aprobado por el biotecnólogo Alejandro Duarte

Escrito por Equipo Editorial
Última actualización: 25 mayo, 2023

Los problemas de hemorragia postquirúrgica pueden deberse al resultado de una lesión o traumatismo. También pueden ser por la forma de coagulación de la sangre. Los diferentes tipos de vasos sanguíneos transportan oxígeno y nutrientes a los tejidos. Cuando los vasos o capilares sanguíneos sufren algún daño, puede ocurrir una hemorragia en su interior o exterior.


La hemostasia es la interrupción de la hemorragia de vasos sanguíneos dañados. Los factores necesarios para que se forme un coágulo incluyen:

  • Plaquetas: las plaquetas son células muy pequeñas que produce la médula ósea. El número normal de plaquetas es de 150 000 a 400 000.
  • Factores de coagulación sanguínea: estos factores se encuentran en la sangre y se producen principalmente en el hígado.

La intervención quirúrgica se asocia a un aumento de riesgo de tromboembolismo venoso y arterial. También se sabe que la interrupción temporal del tratamiento antitrombótico supone una mayor exposición a riesgo de trombosis y embolismo.

El riesgo de sangrado preoperatorio inducido por los anticoagulantes orales suele ser bajo. Sin embargo, es alto durante y tras la cirugía, dependiendo del procedimiento quirúrgico.

Factores de riesgo de hemorragia postquirúrgica

La valoración del riesgo en relación con el procedimiento quirúrgico es necesaria en este tipo de pacientes. Por esta razón, el tipo de acción con respecto al tratamiento antitrombótico esta determinada por la situación del paciente.
Se debe valorar tanto el riesgo trombótico como el hemorrágico del procedimiento quirúrgico. El riesgo trombótico del procedimiento quirúrgico es importante por la relación con el aumento del riesgo de trombosis cuando se interrumpe el tratamiento anticoagulante/antiagregante.

En estos casos, se puede optar por la continuidad del tratamiento anticoagulante o interrumpirlo. Indicando la sustitución por heparina y, posteriormente, reiniciar la terapéutica con fármacos anticoagulantes orales. Esto se debe, sobre todo, a la inmovilidad postquirúrgica, pero también al efecto protrombótico de la cirugía misma.

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Hemorragia postquirúrgica

Se define como hemorragia mayor aquella que precisa una transfusión de más de dos unidades, reintervención o sangrado en cavidad intracraneal, intratorácica o peritoneal.

La actitud ante cualquier complicación hemorrágica dependerá de la importancia y localización del sangrado. Además depende del nivel de anticoagulación. También se definen las hemorragias mayores como hemorragias mortales o amenazantes para la vida.
La probabilidad de sangrado también condicionará el reinicio del tratamiento antitrombótico postoperatorio, ya que se diferirá el comienzo de la anticoagulación en casos de riesgo alto de hemorragia. Si se realiza supresión de anticoagulación más de un día habrá que considerar la posibilidad de administrar heparina.

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Reanudación del tratamiento anticoagulante tras cirugía

La reanudación del tratamiento anticoagulante después de la cirugía no se debe iniciar hasta 2–3 días tras la cirugía. No obstante, se debe hacer siempre tras consultar con el especialista.

Se debe comenzar con dosis bajas, es decir, las que se utilizan en profilaxis, 2–3 días tras la cirugía. El uso de dosis terapéuticas se inicia tras 48–72 horas, y no deben ser utilizadas tras hemorragias posquirúrgicas continuas.

En la mayoría de los pacientes tratados, tanto con warfarina como con acenocumarol, puede ser reanudado la noche del día de la intervención. Esto puede ser así siempre que no haya complicaciones hemorrágicas.

No obstante, el efecto terapéutico no comenzará hasta los 4–5 días tras haber iniciado el tratamiento anticoagulante. Uno de los objetivos principales para el enfermo anticoagulado es recuperar su estado antitrombótico lo antes posible. Hay que tener en cuenta una adecuada hemostasia postoperatoria y el riesgo de sangrado asociado al procedimiento quirúrgico.

En general, la mayoría de las hemorragias postoperatorias se resuelven en las 24 horas siguientes a la cirugía. Sin embargo, puede darse el caso de que no sea así, por lo que el inicio de la anticoagulación no se debe iniciar hasta que la hemostasia vuelva a la normalidad.


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