El ‘ritual de la ducha tibia’ y otros consejos para dormir bien en las noches de verano

Dormir bien en el verano puede parecer una misión imposible. Calor sofocante, vueltas y vueltas en la cama, dificultad para conciliar el sueño y cansancio matutino… Para iniciar el sueño, el cuerpo tiene un “termostato” interno que baja la temperatura. Pero ese proceso se entorpece cuando hace mucho calor, lo que dificulta descansar.
Lo bueno es que no debes conformarte con descansar mal. El “ritual de la ducha tibia” es una de las estrategias que ayudan a bajar la temperatura corporal y, en consecuencia, dormir mejor. No es el único truco; también te contaremos otras formas de tener un descanso reparador en esas noches calurosas.
El “ritual de la ducha tibia”: un truco antes de dormir
Por instinto, creeríamos que una ducha fría es mucho más refrescante. Sin embargo, con el agua fría el cuerpo genera más calor en un intento por compensar la temperatura. Esta es la razón por la que ducharse con agua tibia antes de acostarse te ayudará a dormir mejor en las noches calurosas.
Una ducha tibia dilata los vasos sanguíneos y provoca que el calor acumulado en el cuerpo se disipe más fácil a través de la sudoración. Entonces, el cuerpo se enfría y disminuye la temperatura corporal.
- ¿Cómo ponerlo en práctica?: toma una ducha con agua tibia (ni muy fría ni muy caliente) unos 60 a 90 minutos antes de acostarte. Permanece entre 10 y 15 minutos bajo el agua, y sécate sin frotar demasiado una vez que hayas terminado.
Más allá de la ducha: 5 consejos para refrescarte
Una ducha tibia puede no ser suficiente para dormir bien en el verano. Pon en práctica estos otros trucos:
1. Regula la temperatura en el dormitorio
Valiéndote de la ventilación, puedes refrescar la habitación por las noches. Durante las horas de sol, mantén las ventanas y las persianas cerradas. Si la temperatura baja, abre las ventanas y coloca un ventilador (si es que lo utilizas) frente a ellas para permitir que el aire más fresco ingrese.
También puedes encender el aire acondicionado unos minutos antes de dormir para bajar la temperatura de la habitación. Apágalo una vez que te acuestes.
2. Usa ropa de cama fresca
Usa sábanas de materiales transpirables, como el algodón o el lino, y evita los que sean más gruesos. Y deshazte de los edredones: una sola sábana puede ser más que suficiente en verano.
3. Hidrátate
Dos litros al día son suficientes para mantenerte hidratado y ayudar a que el cuerpo regule su temperatura. Pero no todas las bebidas valen por igual. Evita las que son azucaradas, así como el alcohol y el café. Tampoco bebas mucha agua justo antes de dormir, para no ir al baño durante la noche.
4. Viste ropa ligera
Nada mejor cuando hace mucho calor que dormir con pijamas livianos y frescos, de telas como el algodón fino o el lino. No te olvides de reemplazar el pantalón largo por uno corto y la camiseta manga larga por una manga corta. Si te animas, dormir desnudo puede ser una buena estrategia para disminuir el calor.
5. Pon en práctica otros trucos
- Enfría tus sábanas: introduce las sábanas en una bolsa dentro del congelador unos 15 a 30 minutos antes de acostarte.
- Aplica paños húmedos: humedece algunos paños en agua fría y aplícalos en la frente, las muñecas, el cuello y los tobillos.
- Usa una botella de agua fría: llena una botella con agua muy fría y colócala entre tus piernas, como lo harías con una bolsa de agua caliente.
Dormir en verano no tiene por qué ser una tortura. Como extra a estos tips, asegúrate de mantener horarios regulares; así tu reloj biológico funcionará mejor y te ayudará a tener un mejor descanso. Estos pequeños cambios harán que te duermas más rápido y que tus noches sean más placenteras.
Este texto se ofrece únicamente con propósitos informativos y no reemplaza la consulta con un profesional. Ante dudas, consulta a tu especialista.