Secreción por el pezón: causas y recomendaciones
Escrito y verificado por el médico Diego Pereira
La secreción por el pezón puede ser un problema muy molesto, pero en todos los casos existen causas subyacentes que la explican. Estas van desde la displasia mamaria hasta el cáncer, en muy contados casos.
En términos médicos, esta condición se denomina «telorrea» y hace referencia a cualquier secreción mamaria fuera del embarazo o la lactancia. La «galactorrea» es un término similar, pero en dicho caso se refiere a la producción de leche, y suele tener causas hormonales asociadas. ¿Quieres saber más al respecto? A continuación, te aclaramos tus dudas. ¡Sigue leyendo!
Secreción por el pezón: ¿hay otros síntomas?
En general, siempre se observará la salida de líquido a través del pezón o de pequeños agujeros localizados en la areola. La naturaleza de esta sustancia depende mucho de sus características físicas, y en la práctica son bastante variadas. El aspecto de estas secreciones pueden ser los siguientes:
- Blanquecino o lechoso.
- Seroso, pálido o ligeramente amarillento.
- Rojizo.
- Combinaciones entre los antes mencionados.
En función de su causa, puede existir dolor permanente o solo durante la producción de líquido. También es posible detectar una masa o nódulo con características diversas (tamaño, ubicación, movilidad y contextura).
En la mayoría de los casos, la secreción es unilateral (afecta una sola mama), aunque puede ser bilateral cuando hay problemas hormonales. También puede haber retracción del pezón o enrojecimiento de la piel, lo cual sugiere inflamación subyacente.
Razones por las que puede ocurrir la secreción por el pezón
Existe una enorme lista de causas que pueden producir este tipo de síntomas. Con motivos prácticos, estos pueden tener origen mamario (como las infecciones o el cáncer) o extramamario (tumores cerebrales o ingesta de medicamentos).
Causas más frecuentes
Revisaremos el caso de las infecciones localizadas en la mama, la ingesta de psicofármacos, el papiloma intraductal y la condición fibroquística de la mama.
1. Infecciones localizadas en la mama
La mastitis o los abscesos mamarios son causas frecuentes de secreción, luego de la apertura de un conducto que permita la salida del contenido. Por supuesto, la secreción es purulenta y tiene mal olor, además de existir dolor a la palpación, aumento de volumen y enrojecimiento de la piel.
Es mucho más frecuente durante la lactancia (por la manipulación del pezón por parte del bebé), pero también puede producirse fuera de este período.
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2. Ingesta de psicofármacos
La prolactina es una hormona encargada de estimular la producción y secreción de leche materna. A su vez, esta es regulada en el cerebro por un neurotransmisor conocido como dopamina.
El tratamiento con algunos fármacos que actúan directamente en el sistema nervioso central pueden involucrar el cambio en los niveles de dopamina del organismo, lo cual afecta también la producción de prolactina y leche materna.
Algunos medicamentos que pueden provocar secreción de leche fuera del período de lactancia son las fenotiazidas, algunos antidepresivos y ansiolíticos.
3. Papiloma intraductal
El papiloma intraductal es una condición es benigna frecuente, aunque por sus características suele llamar mucho la atención. De hecho, ante su presencia se requieren varios estudios complementarios.
La secreción en esta enfermedad suele ser espontánea, y se presenta con frecuencia en pacientes premenopáusicas. Al igual que el ejemplo anterior, la patología se origina en el conducto galactóforo.
Existe una proliferación de células que lleva de manera eventual a la formación de una pequeña masa capaz de producir secreción serosa con algo de sangre (serohemática).
4. Condición fibroquística de la mama
La también conocida como «displasia mamaria» es, según varios estudios epidemiológicos, una de las patologías benignas más frecuentes de la mama. Consiste en la proliferación de «tejido de sostén» (conectivo) que puede ocurrir, inclusive, durante la vida reproductiva de una mujer.
Esto lleva a la formación de masas de moderado tamaño, que pueden ser dolorosas, y que ocasionan secreción blanquecina a través de múltiples orificios. En general, afecta a ambos lados y representa uno de los motivos de consulta más frecuentes en ginecología.
El médico requerirá, según la edad de la paciente, estudios como una mamografía para determinar la probabilidad de una lesión maligna. No obstante, esto sucede en raras ocasiones.
Causas menos frecuentes
Este grupo incluye algunas condiciones como la galactoforitis, tumores hipofisarios, ectasia ductal y el cáncer de mama.
1. Galactoforitis
Las mamas contienen unas estructuras denominadas conductos galactóforos, que pueden inflamarse en algunas ocasiones. Estos se encargan de transportar las sustancias producidas en las glándulas mamarias para verterlas hacia el exterior.
Con frecuencia, se trata de una inflamación crónica (es decir, que lleva mucho tiempo de evolución) y, además, no se identifica una causa bien definida. Por lo tanto, la misma puede ser tanto infecciosa como no infecciosa.
2. Tumores hipofisarios
El ejemplo más llamativo es el prolactinoma, una de las causas más comunes de secreción por el pezón de origen tumoral. Además, el origen es extramamario, ya que se ubica en la hipófisis (glándula pituitaria) y tiene la capacidad de producir prolactina.
Como ya lo mencionamos, esta hormona es la encargada de estimular la producción de leche materna. Para el diagnóstico de esta condición se requieren estudios especializados como la resonancia magnética cerebral.
3. Ectasia ductal
El término «ectasia» se refiere a la dilatación o la apertura, en este caso de los conductos que se encuentran más cercanos al pezón. Suele producir secreción con colores muy variados, que abarcan desde el amarillo hasta el marrón.
Puede afectar a ambas mamas y es una condición benigna, ya que hasta ahora no existe evidencia que sugiera capacidad de malignización en caso de no recibir tratamiento. Sin embargo, la evaluación por un médico siempre es necesaria.
4. Cáncer de mama
Consideramos esta causa como una de las menos frecuentes debido a que en pocos casos la secreción por el pezón tiene origen maligno. El cáncer de mama, por lo general, se presenta de forma silenciosa, motivo por el que suele detectarse en fases tardías si no existe adecuada pesquisa poblacional.
Cuando esto sucede, puede haber retracción del pezón y la presencia de una masa cercana, dura y que no siempre es dolorosa. El médico indicará los exámenes correspondientes para su diagnóstico, como una mamografía.
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¿Cuándo ver a un médico?
Te sugerimos que, en caso de que presentes alguno de los síntomas antes mencionados, planifiques una consulta con tu ginecólogo o médico de familia lo más pronto posible.
Este tipo de problemas tienen un origen benigno y algunos casos no requieren tratamiento. Sin embargo, ante la posibilidad de que la secreción sea consecuencia de una enfermedad maligna, es recomendable la evaluación médica oportuna.
Los hombres también pueden presentar telorrea, así como desarrollar cáncer de mama. Estos pacientes deben acudir al médico lo antes posible.
Tratamientos de la secreción por el pezón
El tratamiento depende por completo de la causa de la secreción, y en algunos casos puede no requerir medidas terapéuticas a menos que represente una molestia considerable para la persona.
Para los casos en donde existe proliferación de tejido tumoral (papilomas, prolactinomas y cáncer), el tratamiento puede incluir la resolución quirúrgica con la extracción de la masa involucrada.
Si se trata de una condición desarrollada por el consumo de fármacos, regular la dosis o cambiar el tratamiento es la única solución. Por último, las patologías infecciosas pueden requerir drenaje quirúrgico (como es el caso de los abscesos) y administración de antibióticos durante algunos días.
Consultar ayuda a prevenir complicaciones
Las secreciones a través de los pezones constituyen un problema frecuente y sus causas son muy diversas, al igual que las opciones terapéuticas. Cualquier tipo de síntoma siempre debe contar con la evaluación de un médico.
Si bien no todas las consultas deben ser inmediatas o de urgencia, es preferible planificar una cita con suficiente tiempo de antelación para evitar lamentos innecesarios. A veces, pequeños síntomas pueden enmascarar condiciones graves.
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