Sincronización de la menstruación: ¿verdad o mito?
Revisado y aprobado por la enfermera Leidy Mora Molina
Muchas mujeres han vivido alguna vez una experiencia que parece confirmar la sincronización de la menstruación. Casi todas tienen una historia que contar al respecto, alegando que su ciclo menstrual se alinea o coincide con el de otras personas que están a su alrededor.
En el presente artículo conoceremos lo que es la sincronización de la menstruación y las investigaciones que se han realizado al respecto para establecer si es un hecho con base científica o solo un mito.
¿Qué es la sincronización de la menstruación?
La sincronización de la menstruación es el término que se usa para referirse a la creencia de que las mujeres que viven juntas o pasan mucho tiempo cerca tienen su período durante los mismos días. También se le conoce como sincronía menstrual, sincronización del período o efecto McClintock, por el nombre de la primera científica en proponer una teoría al respecto
La sincronización de la menstruación se basa en una hipótesis. Se propone que cuando dos mujeres interactúan en mismo espacio físico y una de las dos menstrúa, influye en la otra. Luego, esto hace que se desencadene el período en la segunda, produciendo finalmente la alineación de ambos ciclos.
Pero, ¿es cierto esto? ¿Los períodos de las mujeres llegan a sincronizarse por el hecho de convivir o permanecer mucho tiempo juntas? ¿Existe una causa que lo explique o es solo casualidad? Veamos si hay una base científica al respecto.
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¿Qué dice la ciencia sobre la sincronización de la menstruación?
Ya han transcurrido varias décadas desde la primera vez que se presentó a la comunidad científica una investigación sobre la sincronización de la menstruación. Posteriormente se han realizado otros estudios. De todas maneras, aún son pocas las investigaciones encaminadas a demostrar si hay o no patrones en el ciclo menstrual de mujeres que viven juntas (compañeras de cuarto, miembros de la familia, pareja).
Efecto McClintock
Tal como se señaló, la pionera en este tema fue la psicóloga estadounidense Martha McClintock, quien propuso la idea de que la sincronización de la menstruación comenzara a ser tomada en cuenta por la comunidad científica. En su estudio entrevistó y observó, a lo largo de un año, a 135 mujeres que vivían juntas en una residencia para universitarias.
Su conclusión pareció confirmar que la creencia en la sincronización de la menstruación tenía una base, pues la diferencia entre las fechas de inicio de la regla tendía a disminuir en aquellas mujeres que pasaban tiempo juntas. Incluso, McClintock encontró que el inicio del período era más cercano entre amigas y compañeras que entre desconocidas tomadas al azar.
A partir de esto, propuso la hipótesis de que las feromonas de unas a afectan a las otras, teniendo efecto directo sobre la menstruación. Esto desencadenó un debate, a favor y en contra.
Algunas investigaciones con humanos y primates parecían replicar los resultados. Pero también ha habido otros estudios que no han encontrado evidencia a favor de la sincronización.
La mayoría de las críticas al trabajo de McClintock apuntan a que la noción de sincronización es vaga. Además, la autora solo consideró la fecha de inicio del ciclo, sin tomar en cuenta el azar ni otros factores (cuándo está ovulando la mujer, por ejemplo).
Otras hipótesis
Se han propuesto otros modelos o hipótesis explicativas de la coincidencia en los períodos menstruales, alternativos a la teoría de McClintock. Entre ellos tenemos los siguientes:
- Hipótesis emocional: las mujeres sincronizan los períodos de una manera empática, como un mecanismo de defensa.
- Influencia ambiental: en la sincronización no se establece influencia de una mujer a otra, sino del ambiente. En este sentido, los ciclos menstruales coincidentes responderían al hecho de tener los mismos horarios y actividades, estar bajo la misma temperatura y humedad, entre otros factores.
- Útero líder: también existe la creencia de que algunas mujeres podrían tener un útero alfa que ejerza un rol de liderazgo en una comunidad. Por contrapartida, existiría el útero beta, que se adapta o sigue el ritmo.
Estudios recientes
McClintock ha continuado realizando investigaciones para corroborar su hipótesis. En tal sentido, la autora tomó compuestos inodoros de las axilas de mujeres en fase folicular tardía y propuso que las feromonas incidirían en la aceleración del pico preovulatorio en mujeres receptoras, quienes acortarían sus ciclos menstruales.
Por otra parte, los compuestos axilares de las mismas donantes, pero recolectados en el ciclo menstrual, tuvieron efecto contrario, retrasando el aumento de la hormona luteinizante en las receptoras y alargando el ciclo menstrual.
Sin embargo, se realizó un estudio científico en mujeres que vivían juntas en un dormitorio universitario, las que se sincronizaron con sus compañeras de habitación en un período de tiempo. Se comparó la sensibilidad a las feromonas entre mujeres sincronizadas y no sincronizadas, pero no se encontraron diferencias entre ambos grupos en la detección de piridina y de 5alfa-androstenona.
En la actualidad se están utilizando aplicaciones para el seguimiento del período, las que almacenan grandes cantidades de registros de los ciclos de las mujeres. En tal sentido, hay muchos datos disponibles para corroborar si la sincronización del período es un hecho real.
Un análisis empírico de esa data fue desarrollado por la aplicación Clue con la colaboración de un equipo médico de la Universidad de Oxford. Sin embargo, los resultados tampoco respaldan la conclusión inicial de McClintock.
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¿La sincronización de la menstruación es producto del azar?
Un ciclo menstrual estándar es de 28 días, con 5 a 7 jornadas durante las que se experimenta sangrado. Pero hay ciclos de 35 y hasta de 40 días. Algunas mujeres tienen solo dos o tres jornadas de sangrado, por otro lado.
Por lo tanto, es bastante probable que en algún momento una mujer tenga el período al mismo tiempo que otras con las que convive, estudia o trabaja. La sincronización de la menstruación sería más bien una interpretación subjetiva de las leyes de la probabilidad.
Y es que hasta el momento no se ha producido una evidencia significativa que implique descartar la idea más lógica: las coincidencias en el período no responden más que al azar.
¿Qué puede afectar el ciclo menstrual?
Uno de los argumentos que más se toma en cuenta a favor de la sincronización de la menstruación es que, en determinadas ocasiones, algunas mujeres varían la duración de su período, acortándolo o alargándolo. Sin embargo, hay muchos factores que pueden afectar o condicionar que la regla se atrase o adelante.
Entre los factores que pueden contribuir a la variación de la duración del ciclo menstrual se tienen los siguientes:
- Trastornos del sueño.
- Sobrepeso u obesidad.
- Trastornos alimentarios.
- Actividad física intensa: en atletas de alta competencia.
- Consumo de alcohol, drogas, fármacos (aspirinas, anticoagulantes, antiinflamatorios).
- Estrés y ansiedad.
- Enfermedades y afecciones: endometriosis, fibromas uterinos.
- Métodos de control de la natalidad: píldoras anticonceptivas.
El aspecto social de la sincronización de la menstruación
¿Por qué persiste la creencia de la sincronización de la menstruación?. Tal vez sucede, como con tantas otras cosas, un sesgo de percepción. Es decir, vemos solo las ocasiones en las que coincide e ignoramos los momentos en que no, para apoyar las creencias.
Esto podría vincularse al sentido de solidaridad tribal. Al respecto, se ha planteado la hipótesis de que los ciclos menstruales sincronizados podrían proporcionar a las mujeres ventajas para sobrevivir en ciertos ambientes. También hay una necesidad del ser humano de conectar sus experiencias físicas con la parte emocional.
La sincronización de períodos no deja de ser una construcción social, una idea socialmente compartida. No obstante, es positiva si ayuda a reforzar el vínculo femenino y la conexión con la propia naturaleza, normalizando la percepción de la menstruación.
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