Sudamina en los bebés: ¿debo preocuparme?
Revisado y aprobado por el médico Nelton Abdon Ramos Rojas
La aparición de sudamina en los bebés puede encender las señales de alerta. Sin embargo, es una alteración cutánea leve y transitoria que no tiene mayor relevancia. En América también se le conoce como «miliaria» y es recurrente en los países cuyos climas son cálidos y húmedos.
A menudo, afecta a los recién nacidos, pero se puede presentar en meses posteriores, sobre todo antes del primer año. El problema está causado por una obstrucción de las glándulas sudoríparas, lo que impide la eliminación del sudor, como señala esta información de la Organización Panamericana de la Salud.
En consecuencia, se genera un sarpullido o diminutas ampollas que, muchas veces, se confunden con otras afecciones. Así pues, ¿hay que preocuparse por la sudamina? Aunque es bueno adoptar varios cuidados para garantizar la comodidad del pequeño, no es una condición grave, ni acarrea otros riesgos. Te contamos más a continuación.
¿Por qué se produce la sudamina en los bebés?
La sudamina es una reacción que sufre la piel cuando hay una disfunción en el sistema sudoríparo del bebé. Esta situación causa una imposibilidad para eliminar el sudor a través de la piel, lo que da lugar a la formación de pequeños granitos rojos o blancos.
Por lo general, se forman en las áreas donde el sudor suele ser abundante: cuello, pecho, espalda, etcétera. No obstante, su ubicación puede ser variable, al igual que su extensión por el cuerpo. Debido al aspecto que ocasionan en la piel, algunos pueden pensar que es un problema de cuidado.
Sin embargo, a diferencia de otras erupciones cutáneas, la sudamina no se acompaña de fiebre y suele desaparecer por sí sola sin necesidad de tratamiento. Además, no es contagiosa, ni suele dejar marcas o cicatrices en la piel.
Factores de riesgo
Los bebés de pocas semanas son más susceptibles a sufrir sudamina, en especial si viven en climas húmedos y cálidos. Asimismo, el riesgo se incrementa en niños con piel atópica o seca. En general, hay varios factores de riesgo implicados en su aparición. Veamos algunos a continuación:
- Fiebre moderada o alta.
- Exceso de calor, como evidencia este estudio publicado en Medicina Universitaria.
- Proliferación de bacterias (estafilococos) en la superficie cutánea.
- Uso de talcos y cremas que taponan los poros de la piel.
- Exponer al bebé a fuentes de calor.
- Poner al bebé ropa demasiado abrigada.
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Síntomas de la sudamina en bebés
El síntoma principal de la sudamina en los bebés es una erupción cutánea similar al sarpullido. Se trata de unas ampollas pequeñas que suelen adquirir una textura rugosa o de costra cuando se estallan.
Como señala este artículo publicado en Protocolos de dermatología, en la mayoría de los casos se forman en zonas donde hay más presencia de glándulas sudoríparas, por ejemplo:
- Pliegues de la piel.
- Frente, párpados y mejillas.
- Tórax.
- Espalda.
- Ingles y muslos.
- Axilas y brazos.
Dado que la sudamina no es una infección, no viene acompañada de fiebre. Sin embargo, debido a que produce picor, el bebé se puede mostrar inquieto o nervioso. De todos modos, es conveniente consultar al pediatra para descartar otras afecciones.
Tratamiento para la sudamina en bebés
Cuando los granitos de sudamina en los bebés ya están presentes, lo normal es buscar un tratamiento para disminuirlos. En muchos casos, el pediatra aconseja dejar transcurrir el síntoma solo con los cuidados básicos, ya que suelen desaparecer por sí solos en 2 o 3 días.
Si los síntomas son muy molestos para el bebé, o reaparecen con frecuencia, el médico puede sugerir el uso de una crema con cortisona. En cualquier caso, es un tratamiento que se reserva solo cuando los brotes pican mucho o están muy irritados. Su tiempo de uso no debe extenderse demasiado.
Por otro lado, puede ser útil la aplicación de un baño con avena coloidal. Tal y como expone un estudio publicado en Journal of Drugs in Dermatology, este ingrediente tiene propiedades que contribuyen a reparar la barrera cutánea, reducir la inflamación y aumentar la hidratación.
Consejos para prevenir y aliviar los síntomas de sudamina en los bebés
El mejor método para prevenir la sudamina en los bebés es evitar que los pequeños suden en exceso. El inconveniente es que las altas temperaturas del verano pueden dificultar esta tarea. Por esa razón, hay que adoptar medidas que ayuden a mantener al bebé fresco. Para ello, se recomienda lo siguiente:
- Vestir al bebé con ropa ligera y fresca. En la medida posible, debe estar elaborada con tejidos de algodón.
- Si el clima es demasiado cálido, lo ideal es regular la temperatura con el uso de aire acondicionado o ventiladores.
- Conviene revisar el pañal con regularidad y cambiarlo en cuanto esté mojado. Hay que evitar a toda costa la acumulación de humedad y calor.
- En épocas calurosas, se aconseja limitar el uso de talcos, cremas hidratantes y ungüentos, sobre todo si el bebé suda mucho. ¿La razón? Los residuos de estos productos pueden obstruir los poros.
- Para que la irritación no empeore, es mejor evitar el uso de geles y jabones durante el baño. Además, el agua debe estar tibia y no caliente.
- Evitar exponer al bebé al sol o a fuentes de calor.
- Amamantar de forma constante para que el pequeño se hidrate.
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No hay razones para preocuparse
Aunque los síntomas de la sudamina son alarmantes en un principio, no suelen representar nada grave para el bebé. Por eso, basta con poner en práctica cuidados básicos para mejorarlo y prevenirlo.
De todos modos, si las molestias son recurrentes o vienen acompañadas con otros síntomas, es mejor consultar al pediatra. Una vez realizado el diagnóstico, el profesional determinará si son necesarios otros tratamientos.
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