Tanorexia: cuando broncearse se vuelve adicción

Estamos ante la presencia de tanorexia cuando una persona manifiesta interés obsesivo por exponerse al sol para broncearse. Te contamos cuáles son los síntomas.
Tanorexia: cuando broncearse se vuelve adicción
Maria Fatima Seppi Vinuales

Escrito y verificado por la psicóloga Maria Fatima Seppi Vinuales.

Última actualización: 10 julio, 2023

Sabemos que los extremos no son buenos y la exposición al sol no es la excepción. La tanorexia se encuentra en uno de esos extremos, ya que consiste en una preocupación o adicción excesiva por el bronceado corporal.

Nadie puede negar que la luz del sol tiene efectos potentes sobre nuestro estado de ánimo: nos motiva a salir y a realizar actividades al aire libre. Por el contrario, los días nublados y de frío nos dan ganas de encerrarnos. Pero tenemos que tener cuidado en la búsqueda del bronceado.

La tanorexia es la adicción al bronceado

Cuando hablamos de tanorexia, nos encontramos con una situación en la que una persona se preocupa en exceso respecto a la tonalidad de su piel. Quiere estar bronceada y mantenerse morena.

Esta idea se convierte en el eje de sus preocupaciones. Por lo tanto, ordena su rutina en torno al hecho de poder exponerse al sol en cualquier momento y lugar.  

Al nivel de diagnóstico, la tanorexia está en la intersección de múltiples situaciones. Se habla de una dismorfia corporal junto con signos o síntomas que coinciden con los trastornos obsesivos compulsivos. 

A su vez, hay signos comunes con las adicciones. Por ello, se la incluye dentro de las llamadas adicciones comportamentales.

Esto se debe a que la luz del sol genera la producción de endorfinas, vinculadas con la sensación de placer y bienestar. La persona busca repetir la experiencia y experimenta el síndrome de abstinencia cuando no puede. 

Se trata de un fenómeno de complejidad, que requiere ser pensado desde múltiples aristas. De poco sirve acudir a la consulta de dermatología, si no somos capaces de modificar nuestras pautas de conducta.

Bronceado de la piel en mujer con tanorexia.
El bronceado excesivo afecta a la piel a nivel físico, favoreciendo cambios celulares que son peligrosos.

Signos de tanorexia

Algunos de los signos que nos pueden advertir sobre la tanorexia son los siguientes:

  • La persona elige el plan de exponerse al sol y broncearse por sobre cualquier otro. Hay pérdida de interés en otras actividades.
  • Distorsión en la imagen corporal, al encontrarse siempre pálido.
  • Preocupación constante y obsesiva por cómo luce su piel y su aspecto. ¿Me veo bien o me encuentro pálida? Esta es una pregunta recurrente a nivel individual, pero también se lo preguntan a otros. Incluso, la persona se fija en el bronceado (o la falta de él) en los demás y realiza comentarios al respecto. 
  • Tiene conductas compulsivas, como colocarse cremas autobronceantes o concurrir a cabinas o camas solares, a pesar de que su piel ya está bronceada. Pareciera que nunca es suficiente. 
  • Hay cambios de humor (nerviosismo, angustia, malestar, frustración, irritabilidad) cuando la persona se ve impedida de cumplir con su rutina de tomar sol. Por ejemplo, por mal clima. 

Si te reconoces en alguno de los síntomas anteriores o conoces a alguien que presente dichas características, es importante pedir u ofrecer ayuda. Una intervención a tiempo puede evitar riesgos mayores.

En especial, porque quienes tienen tanorexia suelen no ser conscientes de su problema. Llegan a la consulta médica de manera indirecta, preocupados por otros signos. 

Consecuencias en la salud

Es importante recordar que la piel es nuestro órgano más extenso y cumple múltiples funciones. Entre ellas, la de ser barrera y protección de enfermedades. Por lo que debilitarla y maltratarla es una puerta de acceso a futuras complicaciones. 

 Algunas de las principales consecuencias de la tanorexia son las siguientes:

  • Piel hiperpigmentada.
  • Aparición de herpes por insolación.
  • Envejecimiento prematuro. Piel reseca y arrugada.
  • Dolores de cabeza y deshidratación por insolación.
  • Quemaduras y lesiones de diferente gravedad.
  • Cáncer de piel.
Cámaras solares usadas por una mujer con tanorexia.
Si hay mal clima, la persona con tanorexia busca la forma de broncearse con métodos artificiales.

Una cultura que rinde culto a la estética

La tanorexia nos invita a trascender los casos particulares y abordarla como un reflejo de ciertos valores que dominan a nivel social. Por ejemplo, el culto a un único modelo de cuerpo, la obsesión por la estética y la pleitesía de la imagen. 

También existen muchos mitos que justifican o alimentan la obsesión por el sol. Por ejemplo, que ayuda a la salud ósea o que mejora la psoriasis. Eso puede ser cierto, pero basta con unos minutos al día y no en las horas de mayor radiación UV. Es necesario concientizar sobre la exposición saludable y responsable al sol con información verídica.

No se trata de negar la satisfacción que provoca verse y sentirse bien. En realidad, tenemos que entender al bronceado como un recurso, como parte del autocuidado. No puede ser una obsesión o un padecimiento en el camino a lograrlo.


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