El tiempo no borra: ubica a cada uno en su lugar
Escrito y verificado por la psicóloga Valeria Sabater
El tiempo tiene unos dedos artesanos, implacables y poderosos. Ahora bien, lejos de vernos a nosotros mismos como simples marionetas de sus movimientos, hemos de tener algo muy claro: somos agentes muy activos.
Hay quien vive con la idea de que “el pasado, pasado es”; de que no importa lo hecho ayer, puesto que cada día es una nueva oportunidad para cambiar, para crear nuevas realidades dejando atrás lo realizado.
Si bien es cierto que esta idea es muy positiva para nuestro crecimiento personal, hay algo que no debemos olvidar: somos el resultado de todo lo hecho, de todo lo dicho, visto y realizado, tanto a nosotros mismos como a los demás.
El pasado queda diluido en nuestro presente y conforma parte de lo que somos. El tiempo nos modela y nos ubica en nuestro presente y eso es algo de lo que debemos ser conscientes. Te proponemos reflexionar sobre ello.
El tiempo “casi siempre” pone a cada uno donde se merece
Esta frase puede parecer algo contundente: el tiempo sitúa a cada uno en el lugar que merece. Ahora bien, es muy posible que lo veamos injusto.
¿Si yo soy buena persona por qué ahora mismo me siento tan infeliz? Bien, ante esta pregunta, la respuesta es sencilla: tu infelicidad pertenece al momento presente y no tiene nada que ver con el tiempo pasado.
Tienes que actuar, luchar por tu bienestar presente. A continuación, te ponemos uno sencillos ejemplos para comprenderlo un poco mejor.
- Las personas que han tratado con desprecio o egoísmo a quienes les rodean, en la actualidad pueden experimentar rechazo o falta de confianza por parte de sus familiares.
- Aquellas personas que nunca se atrevieron a salir de su zona de confort, en el presente se sienten frustradas, con la sensación de que sus vidas no son como soñaron una vez.
- Quien siembra rencor, cosecha soledad.
Tal y como podemos ver, estos pequeños ejemplos conforman una idea central: con el tiempo obtenemos los frutos que nosotros mismos hemos sembrado.
Lee también: 5 formas de conectar con nuestro yo para vencer el vacío emocional
Somos todo lo visto, todo lo sentido, pero podemos cambiar
¿Las personas pueden cambiar? La personalidad es una entidad muy compleja. En ella se entremezcla la genética, el ambiente donde hemos crecido y nuestras experiencias.
- Las personas no podemos cambiar de un día para otro. Lo que hacemos es madurar. Asimismo, también tomamos conciencia de aspectos que no nos agradan para mejorar.
- Las personas no cambiamos de personalidad, lo que hacemos es cambiar nuestra actitud. Mejoramos siempre y cuando nos demos cuenta de que lo necesitamos.
Somos todo lo visto y experimentado en el pasado, pero somos también agentes activos de nuestras realidades. Así pues, vale la pena tener en cuenta que si hay voluntad, una persona podrá ejercer el cambio.
Cuando el tiempo no es justo con nosotros
Ser buena persona no nos va a garantizar que nuestra vida sea maravillosa. Aún más, tampoco determina que nos ocurran siempre cosas buenas.
Si bien es cierto que hemos hablado la idea de que “el tiempo pone a cada uno donde se merece”, también hemos de comprender que la vida no siempre entiende de equidad.
- Si yo le muestro respeto y amor continuo a mi pareja ella me querrá siempre (esto no siempre se cumple).
- Como yo siempre he actuado de forma humilde el en mi trabajo me responderán del mismo modo (esta idea tampoco se cumple siempre).
- En vista de que he educado a mi hijo con mucho amor y dándoselo todo, él me responderá siempre de la misma forma (muchos padres saben que esto no siempre sucede).
No te pierdas: Practica la bondad sin mirar a quien
Puede parecer injusto pero, en realidad, la balanza de la vida no siempre entiende de equidad. Lo que damos no lo recibimos con creces. Ser buena persona no garantiza la felicidad. El tiempo, en ocasiones, no nos trata como debería. Entonces… ¿Qué podemos hacer en estas situaciones?
Cómo actuar ante las injusticias cotidianas
No actúes con pasividad ante las injusticias. Si en tu presente alguien te trata de forma inadecuada, no lo personalices, no actúes como víctima. Reacciona.
- Si piensas que el tiempo no te está tratando como mereces, crea la realidad que deseas. Las personas no somos marionetas del destino: somos guerreros que, día a día, deben hacer frente a todo tipo de problemas.
- Entiende que ser bueno de corazón te hace, a la vez, más sensible. Te preocupas por los demás, tienes mayor empatía y apertura emocional. Todo ello hará que los demás, en ocasiones, te busquen bajo la máscara del egoísmo.
- Sé valiente, nunca renuncies ser buena persona. Si siempre has sembrado tu presente con buenos actos no dejes que el tiempo te cambie solo por lo que hagan o no hagan los demás.
En definitiva, sigue tus esencias, sé una persona digna capaz de hacerse feliz y de ofrecer felicidad.
Este texto se ofrece únicamente con propósitos informativos y no reemplaza la consulta con un profesional. Ante dudas, consulta a tu especialista.