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Los 3 tipos de memoria sensorial

4 minutos
La memoria sensorial nos permite añadir sentido a las experiencias. Así las hacemos más significativas y memorables. Descubre sus tipos y sus aplicaciones en lo cotidiano.
Los 3 tipos de memoria sensorial
Maria Fatima Seppi Vinuales

Escrito y verificado por la psicóloga Maria Fatima Seppi Vinuales

Última actualización: 09 julio, 2023

La memoria implica un conjunto de procesos cerebrales que se dedican a interpretar, almacenar y recuperar información. Por ello, resulta clave para los recuerdos y para el aprendizaje, así como para el desarrollo de la inteligencia. Sin embargo, no opera siempre de la misma forma ni parte de la misma información. Es así como tenemos 3 tipos de memoria sensorial.

Esta variedad sería la causante de que recordemos específicamente en la punta de los dedos el dolor por aquella vez que nos cayó agua caliente. En la memoria sensorial se enlazan procesos de percepción y de cognición.

Tipos de memoria sensorial

La memoria sensorial se clasifica en 3 tipos: icónica, háptica y ecoica. Ahora desarrollaremos cada uno para explicarlos mejor. ¡No te lo pierdas!

1. Memoria sensorial icónica

También se llama memoria visual. A través de ella somos capaces de recordar numerosos objetos y detalles de una escena o situación en pocos segundos.

Es muy útil, dado que luego se disparan procesos que nos permiten analizar e interpretar lo que pasó. Para que estos detalles queden alojados en la memoria de largo plazo, dependerá mucho de la significación que le hayamos dado.

Como ejemplo, aunque resulte obvio, pensemos en los distintos tipos de juegos que existen para ejercitar la memoria. Por ejemplo, aquel en que se presentan fichas con motivos y luego se las da vuelta para que adivinemos y formemos el par. Aquí estamos poniendo en juego nada más ni nada menos que la memoria icónica.

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Para que la memoria icónica se fije a largo plazo debe estar asociada a las emociones. De lo contrario, muchos aspectos se olvidan.

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2. Memoria sensorial háptica

También se la conoce como memoria táctil. Como su nombre lo indica, es aquella que se activa mediante el contacto, a partir de aquellos estímulos que impactan en la piel.

Aunque también se propone agregar a los músculos, las articulaciones y los tendones. Es decir, en la memoria sensorial táctil estarían implicadas tanto la propiocepción como la interocepción.

Este tipo de memoria consigue trabajar en simultáneo alrededor de 4 o 5 ítems, con los que podríamos interactuar al mismo tiempo al tocar, mover, levantar y deslizar, entre otros. Nos permite examinar objetos mediante el tacto e interactuar con ellos.

3. Memoria sensorial ecoica

Llamada también memoria auditiva. Este tipo es aquella que se encarga de mediar entre el estímulo auditivo y el recuerdo.

Si bien es un tipo de memoria sensorial que es más breve, en relación a la visual (se retienen de 5 a 7 fragmentos de información hasta 4 segundos), también construimos imágenes sensoriales auditivas que se pueden almacenar por más tiempo.

Por supuesto que la permanencia del estímulo auditivo en la mente también tendrá que ver con su intensidad y el impacto que nos haya causado.

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Funciones y beneficios al estimular esta memoria

De acuerdo al modelo modal detallado por Bruning, la memoria es un conjunto de sistemas de retención. En el caso de la sensorial, se encarga de retener los estímulos en los registros sensoriales antes de que se pierda la información. Es decir, almacena temporalmente.

La percepción actúa prestando atención a los estímulos recibidos. Luego sigue un proceso de reconocimiento de patrones, a través del que asociamos la nueva información a un patrón ya existente. Por último, hay que otorgar un significado al estímulo. Dependiendo de ello será información que se guarde de manera temporal o duradera.

Entonces, la importancia de la memoria sensorial y sus diferentes tipos es que añade sentido a las experiencias. Es decir, vuelve a dicha experiencia más completa, al permitirnos percibir diferentes estímulos, lo que hace que la signifiquemos de otra manera. El estímulo puede desaparecer, pero allí queda la memoria para recordarnos lo bien o mal que se sentía.

Por otro lado, la memoria sensorial tiene un impacto fundamental en el aprendizaje, ya que este proceso suele involucrar no solo a la mente o a los procesos cognitivos, sino también a los sentidos y los procesos perceptivos.

En tercer lugar, podemos pensar en la importancia de la memoria sensorial y en su interacción con la memoria a corto y largo plazo. En general, los estímulos se presentan por un breve momento, por lo que antes de haber tenido tiempo siquiera de significarlos o comprender de qué se trata, ya se nos hubiesen olvidado. Allí intervienen los registros sensoriales.

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Los juegos y ejercicios para estimular la memoria pretenden mejorar la capacidad de retención. Para la memoria sensorial podemos mencionar a las agrupaciones de pares.

Disfrutar con los sentidos

Ahora que sabemos que la memoria sensorial colabora para que podamos tener un recuerdo completo de las experiencias. Por un lado, nos hace más conscientes de las vivencias y nos dispone a disfrutar con todos los sentidos, de tal manera que podamos almacenar un registro enriquecido del momento.

Asimismo, podemos aplicarla en otros ámbitos. Por ejemplo, en los procesos de enseñanza y aprendizaje. En el cruce de los distintos tipos de información está el aprendizaje significativo. Sí es importante elegir bien qué recursos emplearemos, ya que se puede manejar una cantidad limitada de estímulos.


Todas las fuentes citadas fueron revisadas a profundidad por nuestro equipo, para asegurar su calidad, confiabilidad, vigencia y validez. La bibliografía de este artículo fue considerada confiable y de precisión académica o científica.


  • Ballesteros, Soledad (1999). Memoria humana: investigación y teoría. Psicothema, 11(4),705-723. ISSN: 0214-9915. Disponible en: https://www.redalyc.org/articulo.oa?id=72711401
  • Bruning, R. H., Schraw, G. J., y Ronning, R. (2002). Psicología Cognitiva e Instrucción. Madrid: Alianzal.
  • Ruiz-Vargas, J.M. (2010). Manual de Psicología de la memoria. Madrid: Síntesis.

Este texto se ofrece únicamente con propósitos informativos y no reemplaza la consulta con un profesional. Ante dudas, consulta a tu especialista.