Tipos de poliomielitis

La poliomielitis es una enfermedad de origen vírico que resulta casi del pasado, pues ha conseguido controlarse en la mayoría de los países del mundo. Aún así, conocer sus tipos es de gran interés.
Tipos de poliomielitis
Samuel Antonio Sánchez Amador

Escrito y verificado por el biólogo Samuel Antonio Sánchez Amador.

Última actualización: 06 julio, 2023

Los diferentes tipos de poliomielitis (polio en su forma abreviada) son enfermedades infecciosas que afectan, de forma principal, al sistema nervioso de las personas. Tal y como reportan fuentes internacionales, como la Organización Mundial de la Salud, esta patología está causada por el poliovirus, un agente vírico compuesto por ARN y una cápsula de proteínas.

Según diversos estudios, se han distinguido tres serotipos (variedades diferentes). El serotipo 2 fue detectado por última vez en India en el año 1999, por lo que se considera erradicado de la naturaleza. Aún así, las variantes 1 y 3 siguen circulantes en la población a día de hoy. Ambas son muy infecciosas y causantes de la poliomielitis paralítica.

Sobre la polio y su distribución

La Organización Mundial de la Salud reporta ciertas cifras que nos permiten hacernos una idea de la situación del poliovirus a nivel global. Algunas de ellas son las siguientes:

  • En el año 1988, cuando se comenzó la campaña de lucha contra esta enfermedad, se detectaron más de 350 000 casos a nivel global.
  • Debido a los esfuerzos de contención y vacunación, en el año 2018 se reportaron únicamente 18 casos en todo el mundo (una reducción del 99 %).
  •  Esta patología tiene un grupo etario predilecto, pues afecta sobre todo a niños menores de cinco años.

Como podemos observar, la poliomielitis es una enfermedad casi del pasado. Aún así, hay que tener cuidado, pues se calcula que si no se erradica el virus de los últimos reductos, se podrían producir más de 200 000 nuevos casos en menos de 10 años.

Inmunización para la poliomielitis
La vacunación contra el poliovirus ha dado buenos resultados, logrando la casi erradicación del virus.

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Tipos de poliomielitis

Estudios clínicos subrayan que existen cuatro tipos principales de poliomielitis. Estos son los siguientes:

  1. Asintomático: constituye el 90 % de los casos a nivel global.
  2. Enfermedad menor: hasta el 9 % de los casos. Se caracteriza por la presencia de fiebre, malestar, náuseas, vómitos, diarrea y constipación.
  3. Meningitis no paralítica aséptica: del 1 al 2 % de los casos.
  4. Poliomielitis paralítica: menos del 1 %.

Debido a que las dos primeras variantes son benignas en su desarrollo, vamos a centrar nuestra atención en la meningitis no paralítica aséptica y en la poliomielitis paralítica. A continuación, te explicamos todo lo que debes saber sobre ambas patologías.

Meningitis no paralítica aséptica

Según investigaciones científicas, la meningitis aséptica es un proceso de naturaleza infecciosa que afecta las envolturas de las meninges del sistema nervioso central (SNC), causando en ellas una inflamación. Se caracteriza por los siguiente síntomas:

  • Fiebre.
  • Cefalea (dolor de cabeza) y rigidez en la nuca.
  • Malestar general.
  • Dolores musculares.
  • Pérdida de apetito y vómitos.

Según otras fuentes bibliográficas, las meningitis asépticas de origen vírico (como es la producida por el poliovirus) tienen buen pronóstico. No solo el poliovirus la produce, pues se han identificado también a enterovirus, herpesvirus o el VIH como causantes de la misma.

Esta patología, a pesar de su curso benigno, puede requerir de la hospitalización del paciente y la aplicación de antibióticos durante un tiempo determinado. Decimos antibióticos, a pesar de que esté causada por virus, pues en los pacientes más afectados se comienza este tratamiento de forma inmediata como medida preventiva ante una meningitis de origen bacteriano, mucho más peligrosa.

Poliomielitis paralítica

En este caso, estamos ante la manifestación más grave de la infección del poliovirus. Fuentes citadas con anterioridad estiman que uno de cada 200 pacientes sufrirán una parálisis irreversible, de los cuales hasta un 10 % fallecerán por problemas musculares en el tracto respiratorio.

Detectar esta variación severa es una tarea sencilla, pues los síntomas son muy agresivos. Fuentes bibliográficas relatan que tras cinco días de la infección, suceden procesos tales como mialgias (dolores musculares) intensas y espasmos musculares limitantes que culminan con una debilidad crónica de las extremidades. La parálisis alcanza su máximo, en general, tras una semana de la infección.

La tasa de mortalidad en la etapa aguda es del 5 al 20 %, y lo peor de todo es que no tiene cura una vez se manifiesta. Aún así, tras estas fases críticas, la parálisis suele mejorar a lo largo de los años, gracias a un proceso de reinervación por las neuronas que quedan sin dañar.

Según el lugar afectado, podemos observar tres tipos de poliomielitis paralítica que son los siguientes:

  • Espinal.
  • Bulboespinal.
  • Bulbar.

El 50 % de los individuos supervivientes a esta manifestación grave presentan debilidad de por vida y del 20 al 85 % de los pacientes con antecedentes de poliomielitis en la infancia pueden desarrollar un síndrome post-polio. Este se caracteriza por una atrofia muscular progresiva que limita la capacidad funcional.

Parálisis como tipo de poliomielitis
La parálisis es una consecuencia grave de la poliomielitis que puede recuperarse en el futuro, gracias a la reinervación neuronal.

Tipos de poliomielitis: ¿qué recordar?

Como hemos visto en estas líneas, la poliomielitis es una enfermedad que está controlada en la mayoría de las regiones del mundo. Además, el 90 % de los casos son asintomáticos, por lo que es muy difícil que a día de hoy un cuadro clínico se asocie al poliovirus.

Por otro lado, existen vacunas tanto orales como intravenosas muy eficaces para la inmunización de los niños ante este virus, con una eficacia del 99 % tras tres dosis. Por ello, si se siguen realizando esfuerzos globales para su erradicación, dentro de poco la polio será cosa del pasado.


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