Tratamiento de la bronquitis

Es bastante común que se inflamen los bronquios, especialmente si vivimos en ambientes muy contaminados o rodeados de fumadores. Si es así, debemos prestar atención al aparato respiratorio.
Tratamiento de la bronquitis
Nelton Abdon Ramos Rojas

Revisado y aprobado por el médico Nelton Abdon Ramos Rojas.

Última actualización: 06 julio, 2023

El tratamiento de la bronquitis es sintomático. Esto quiere decir que su objetivo principal no es curar la enfermedad sino aliviar los síntomas que produce. Por esto mismo, el uso de antibióticos no siempre es necesario, sobre todo si el origen de la bronquitis es vírico. 

Como se indica en el Manual MSD, el pronóstico es excelente. Por ende, es indispensable acudir al médico y seguir sus indicaciones para lograr la mejoría. Esto, junto con unos buenos autocuidado pueden contribuir en gran medida con el alivio y el bienestar en líneas generales.

Antes de profundizar en el tratamiento, repasaremos brevemente algunos aspectos que ayudarán a entender mejor el por qué de esta estrategia terapéutica para la bronquitis.

El sistema respiratorio

Durante los movimientos respiratorios, los pulmones se encogen y expanden gracias a los músculos intercostales y al diafragma. Asimismo, se produce un cambio significativo en la presión interna en comparación con la del medio externo, creando corrientes de aire.

Por otra parte, el organismo posee una serie de conductos o canales a través de los cuales pasa el aire. De esta manera, no se conectan los pulmones directamente con el exterior. En la inspiración el aire pasa de la cavidad nasal (o la bucal) a la faringe y hasta la laringe.

Los bronquios

A continuación la tráquea se bifurca en dos grandes bronquios (uno a cada pulmón) y en bronquiolos. Así, una cantidad mínima de aire entra en contacto con los alvéolos, donde viaja hasta incorporarse el torrente sanguíneo. Este último proceso ocurre en el caso del oxígeno, que se acopla a los glóbulos rojos.

En cambio, durante la espiración, se expulsan los gases no absorbidos y dióxido de carbono. Este último es una sustancia de desecho.

La bronquitis

Sin embargo, existen patógenos que pueden acumularse en los bronquios, irritándolos y produciendo una infección. En general, presentan un origen vírico o bacteriano. También puede deberse a sustancias tóxicas, como el humo del tabaco.

En ellas los pacientes experimentan una serie de alteraciones o molestias. Por ejemplo: tos persistente con moco, presión en el tórax, dificultad para respirar, rinitis, etc.

La bronquitis es una enfermedad que se caracteriza por la inflamación de los bronquios.

Tratamiento de la bronquitis

Inhaladores broncodilatadores de acción prolongada

Se han desarrollado una serie de tratamientos que tienen como objetivo final aliviar los síntomas del paciente y neutralizar la infección. Sin embargo, solo se completa en el caso de la bronquitis aguda (corta duración) mientras que durante la bronquitis crónica no se elimina por completo (presenta una larga duración).

Bronquitis bacteriana o vírica

Si la infección presenta un origen bacteriano se administrarán los antibióticos adecuados. Estos serán siempre recomendados por el equipo médico correspondiente, es decir, debemos evitar la automedicación. Asimismo, se deben seguir todas las pautas que cite el doctor (como la hora de la ingesta, etc).

En cambio, si la enfermedad está originada por un virus, no se pueden recetar fármacos para neutralizarlos de manera directa. Todavía no existen compuestos químicos que ataquen a este tipo de patógenos.

En cambio, el organismo es capaz de adaptarse y crear nuevos anticuerpos específicos que destruyen a los virus. Por norma general el paciente experimenta una gran mejoría tras una semana de infección, el tiempo de respuesta del sistema inmunitario.

Broncodilatadores y otros fármacos

Por otro lado, cabe mencionar los broncodilatadores. Este tipo de medicamentos aumentan el diámetro de los bronquios obstruidos, permitiendo al paciente respirar con más facilidad. Asimismo, su administración debe ser controlada por los especialistas en cuestión.

 

El médico podría recetar una serie de fármacos para bajar la fiebre en caso de que se presentase. Estos compuestos incluyen el paracetamol, el ibuprofeno y el ácido acetilsalicílico o aspirina. Sin embargo, en niños no está recomendado el uso de la aspirina.

El paracetamol es un analgésico.

Asimismo se utilizarán corticoides para controlar y tratar de reducir la inflamación de los bronquios. Este tipo de compuestos se inhalan según las pautas que aconsejen el equipo médico.

Otro grupo de medicamentos, los antitusígenos, reducen el reflejo de la tos en los casos más graves. Sin embargo, se debe administrar bajo un estricto control, puesto que si no se expulsa el moco de los conductos se puede agravar la patología.

Es recomendable que el paciente consulte siempre con su médico acerca de qué tan adecuado es recurrir remedios naturales para obtener alivio de ciertos síntomas ANTES de hacerlo. De lo contrario, podría resultar riesgoso.

Otros consejos

El tratamiento de la bronquitis también contempla el mantenimiento de buenos hábitos de vida. En primer lugar, cabe destacar la importancia de mantener una buena hidratación.

Una dieta saludable y equilibrada junto con una ingesta abundante de líquidos. Así, el moco pierde su concentración y su eliminación es más fácil. Por otra parte, con una alimentación controlada evitamos los déficits nutricionales que podrían desarrollar otras alteraciones.

También puede ser conveniente el uso de oxígeno. Es utilizado en los casos clínicos más graves, donde el paciente apenas puede respirar y siente una sensación de ahogo constante.

Otras recomendaciones usuales es evitar el consumo de tabaco o los entornos que presenten una gran cantidad de contaminación. Esto puede irritar las vías respiratorias.

¿Y si hay una patología subyacente?

En caso de que se haya detectado otra patología subyacente, el tratamiento dependerá del problema que haya derivado en una bronquitis. Para ello, sería necesario realizar pruebas destinadas a estudiar el árbol bronquial y la cavidad torácica. A veces se realizan mediciones de esfuerzo para medir la expansión de los pulmones durante el ejercicio.


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