Tratamiento de la fibromialgia
Revisado y aprobado por el médico Nelton Abdon Ramos Rojas
El tratamiento de la fibromialgia es uno de los retos actuales de la medicina. Por el momento se desconoce cuál es la causa exacta de esta enfermedad, y esto supone una enorme limitación para encontrar una respuesta contundente.
No obstante, lo que sí se sabe es que trae fuertes limitaciones a quien la padece. Además, se caracteriza por ocasionar un dolor generalizado y crónico, sobre todo, en el aparato locomotor.
La ciencia ha podido determinar que es una enfermedad de origen reumatológico. También se ha establecido que el dolor se debe a un desequilibrio en los neurotransmisores. Sin embargo, sobre el tratamiento de la fibromialgia solo se sabe que deben incluir múltiples tipos de acción. ¿Quieres saber cuáles son?
Aspectos generales de la fibromialgia
La fibromialgia es una enfermedad que, a veces, incapacita mucho a una persona. Lo más difícil de sobrellevar es el dolor o “mialgia”; el cual es más intenso y prolongado que un dolor normal. Asimismo, también es difuso y afecta a varias partes del cuerpo al mismo tiempo.
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El diagnóstico de esta enfermedad es difícil. De hecho, hasta el momento no existe ninguna prueba de laboratorio que la identifique. Lo usual es que los médicos la definan mediante la exploración clínica de los pacientes en 18 puntos del cuerpo que son sensibles a la presión.
También se toman en cuenta síntomas como:
- Fatiga.
- Rigidez.
- Trastornos del sueño.
- Deterioro cognitivo.
- Depresión y ansiedad.
- Trastornos gastrointestinales.
En esta línea, los especialistas han clasificado la fibromialgia en cuatro tipos para facilitar el tratamiento:
- Tipo I. Si no hay enfermedad concomitante (que la acompaña).
- Tipo II. Cuando, a su vez, hay enfermedades reumáticas y autoinmunes.
- Tipo III. Si hay una grave alteración psicopatológica.
- Tipo IV. Corresponde a los pacientes que simulan tenerla.
Así es el tratamiento de la fibromialgia
Como bien recoge el siguiente artículo publicado por varios investigadores de la Universidad de Turín, el tratamiento de la fibromialgia no tiene un propósito curativo; sino que es solo paliativo. Por ende, el objetivo final es el de reducir los síntomas. De esta forma, lo que se busca es que la persona tenga una mayor calidad de vida y que se mantenga lo más funcional posible.
Es importante recalcar que el tratamiento de la fibromialgia implica acciones en varios frentes. En esta línea, se deben contemplar tres aspectos:
- El manejo del dolor.
- El incremento de la funcionalidad.
- La condición psicosocial del paciente.
Asimismo, uno de los aspectos cruciales es la “educación del enfermo”. De hecho, sin la cooperación plena y consciente del paciente es difícil que funcione el tratamiento. Cuanto más comprometida este la persona, mayores son sus posibilidades de mejorar.
Tratamiento farmacológico
El tratamiento de la fibromialgia incluye un componente farmacológico, en el que se debe incluir una dosis de analgésicos y antiinflamatorios. En estos casos, lo usual es que se empleen Tramadol, Paracematol o ambos combinados recetados por un médico.
No obstante, los antiinflamatorios no esteroideos no parecen ser tan eficaces para el manejo del dolor. Por lo general, se emplean como medida complementaria y casi siempre en cortos periodos de tiempo, pero no de manera sistemática.
En términos de fármacos antiinflamatorios no esteroideos (AINE), se ha demostrado que el ibuprofeno y el naproxeno no son mejores que el placebo.
También es usual que se usen otro tipo de fármacos como benzodiacepinas, relajantes musculares, anticonvulsivos, antidepresivos o esteroides. Además, es importante recalcar que la automedicación es peligrosa en estos casos y que se debe acudir a un profesional para revisar su eficacia.
Actividad física en el tratamiento de la fibromialgia
La actividad física frecuente ha demostrado ser un componente esencial en el tratamiento de la fibromialgia. No solo beneficia la capacidad física del paciente, sino que también contribuye a disminuir los síntomas a corto plazo.
Los ejercicios y la práctica deportiva deben ser personalizados. De hecho, es el médico quien debe orientar estas prácticas graduales. En esta línea, lo más adecuado es la actividad aeróbica; pues contribuye a mejorar el rendimiento general.
También son recomendables las prácticas de relajamiento como el taichí o el yoga. Asimismo, una investigación recogida en los Archivos de medicina física y rehabilitación demostró que la natación y las diversas formas de hidroterapia tiene un efecto positivo en los pacientes con fibromialgia.
“Una terapia de ejercicio 3 veces por semana durante 16 semanas en una piscina tibia podría mejorar la mayoría de los síntomas”─ Diego Munguía Izquierdo & Alejandro Legaz Arrese.
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Psicoterapia y otras medidas eficaces
Como ya te hemos comentado, en el tratamiento de la fibromialgia es importante que el paciente desarrolle una actitud constructiva frente a la enfermedad. Es usual que quien la padece se vuelva irritable y caiga en episodios de tristeza o angustia. A la vez, esos estados de ánimo empeoran los síntomas.
Los expertos recomiendan una psicoterapia de corte cognitivo-conductual. Esta permitirá que el enfermo canalice sus sentimientos y, al mismo tiempo, no permita que la enfermedad lo aísle o se convierta en un factor que deteriore sus relaciones interpersonales.
Por otro lado, un estudio publicado en 2013 por la Revista Internacional de Acupuntura demostró que algunos pacientes notan mejoría después de tratamientos de acupuntura, quiropraxis o craneopuntura. No obstante, quien acuda a estas prácticas debe cerciorarse de que sean aplicadas por un médico titulado.
Busca ayuda para el tratamiento de la fibromialgia
Como has podido comprobar (a pesar de que es una enfermedad que sigue en investigación), hay varias opciones para combatirla. Por ende, te invitamos a que no ignores el dolor.
Es más, si identificas alguno de estos síntomas, busca apoyo de un especialista. De esta forma, te realizarán las pruebas necesarias y recibirás un diagnóstico preciso para hacer frente al problema.
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