Tratamiento de la fisura anal
Escrito y verificado por el médico Nelton Abdon Ramos Rojas
Una fisura anal es el desgarramiento reducido que tiene lugar en la mucosa anal, la cual es un tejido fino y húmedo por lo que las roturas son un problema frecuente. Se trata de una alteración que puede sufrirse a cualquier edad, aunque suele aparecer a menudo en bebés y niños pequeños.
Podemos situar este problema en el tramo final del intestino grueso, en el ano. Este orificio es la comunicación de la parte final del intestino con el exterior. Generalmente la afección tiene lugar en la parte posterior o externa del ano.
Tipos de fisura anal
De acuerdo a diversos factores variables dentro de este trastorno, podemos distinguir por ejemplo entre:
- Fisura anal aguda o crónica. Para ello, se revisa la duración, localización y si la fisura anal es recurrente (aparece con frecuencia). Si la alteración presenta una duración inferior a seis semanas y no se ha desarrollado en los últimos años, es aguda. Por otra parte, si la fisura aparece con frecuencia y con una duración mayor, se clasifica como crónica.
- Fisura anal primaria o secundaria. En el primer caso, la causa es mecánica (física) o desconocida. En el segundo caso, el problema presenta una enfermedad subyacente que provoca la fisura anal.
¿Cuáles son los síntomas de la fisura anal?
Con frecuencia, el paciente presenta una serie de síntomas y signos que pueden ser relacionadas con este trastorno. Entre los más comunes podemos destacar:
- Dolor intenso durante y después de las evacuaciones intestinales. En algunos casos clínicos, las molestias han podido perdurar hasta horas después de la defecación.
- Presencia de sangre en el área cercana al ano por una hemorragia leve de esfuerzo.
- Sensación de picor o irritación en torno a esta zona corporal.
- Formación de grietas de tamaño reducido en la piel que rodea al ano. También es posible que se desarrollen bultos de tamaño reducido.
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¿Cuáles son las causas de la fisura anal?
Actualmente,los especialistas han sido capaces de identificar una serie de desencadenantes o factores de riesgo que provocan la fisura anal. Te citamos los más comunes:
- Evacuación de heces duras o de gran tamaño.
- Estreñimiento. El esfuerzo que el paciente realiza para intentar evacuar se traduce en una sobrecarga de los esfínteres. Los esfínteres son los músculos encargados de aumentar y disminuir el diámetro del ano.
- Diarrea crónica.
- Parto reciente.
- Enfermedades que afectan directamente a la región anorrectal (como la enfermedad de Crohn).
- Otras patologías como la tuberculosis, el VIH, etc.
¿Cuál es el tratamiento de la fisura anal?
Hoy en día, se han desarrollado nuevas técnicas para calmar las molestias del paciente. También se recomiendan otras pautas para realizar en casa relacionadas con una serie de hábitos saludables.
Sin embargo, en los casos clínicos más graves es posible que el sujeto deba someterse a una cirugía. Así, la intervención quirúrgica se aplica para solucionar las complicaciones. De esta manera, podemos distinguir entre:
Pautas para adaptar el estilo de vida del paciente
Por norma general, las fisuras anales suelen curarse solas en unos días o semanas. Por ejemplo, los especialistas recomiendan una dieta rica en fibra y el consumo abundante de líquidos.
Así, las heces se vuelven más blandas y se reducen las molestias durante la evacuación intestinal. También se recomienda la toma de baños con agua caliente durante unos minutos cada día. La relajación resultante ayuda a descargar los esfínteres acelerando la sanación.
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Tratamientos que no incluyen cirugía
Entre los compuestos más utilizados encontramos, por ejemplo:
- Cremas anestésicas locales. Actúan aliviando el dolor en la zona afectada.
- Inyección de botox (toxina botulínica de tipo A) para paralizar y relajar el esfínter del ano.
- Nitroglicerina de uso externo. Se trata de un compuesto que es capaz de aumentar el flujo de sangre a la fisura. Provoca la relajación del esfínter y aumenta la velocidad de cicatrización del tejido.
Procedimientos quirúrgicos
Los expertos llevan a cabo una esfinterotomía lateral interna o ELI. En ella, se extrae una porción reducida del músculo problemático (esfínter anal). De esta manera, las molestias disminuyen progresivamente su intensidad y se fomenta la regeneración.
Conclusión
La fisura anal es una dolencia muy molesta que siempre requiere la observación de un profesional médico. En general, sana sin complicaciones, pero en ocasiones puede requerir tratamiento especializado.
Recuerda que en caso de que tengas inquietudes, lo mejor será consultar con el médico. Evita recurrir a la automedicación y a los remedios naturales, ya que podrían resultar contraproducentes.
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