Urticaria en niños: ¿cómo tratarla?

Escrito y verificado por el médico Leonardo Biolatto

Escrito por Leonardo Biolatto

Última actualización: 13 agosto, 2024

Lo que conocemos como urticaria en niños es, en realidad, una reacción alérgica de la piel. No es la típica coloración rojiza localizada, sino que se trata de lesiones más grandes y hasta ampollosas que se distribuyen en grandes zonas de la dermis.

Los alérgenos, que son las sustancias que desatan reacciones alérgicas, son variables para cada individuo. Un pequeño puede sufrir urticaria a causa de un tipo de polvillo que, en su hermano, no produce nada.

¿Cuáles son los síntomas de la urticaria en los niños?

Como bien dijimos, una urticaria es una reacción alérgica grande, que toma extensiones de piel amplias. Aparece al poco tiempo de entrar en contacto con sustancias irritantes, las cuales se encuentran en el ambiente, la ropa, el aire, el suelo y el pelo de los animales.

El prurito es uno de los signos principales de la urticaria. Se trata de una picazón insidiosa que obliga al rascado, y que acarrea el riesgo de lesiones en el sitio donde las uñas lastiman. Por allí pueden entrar bacterias y reproducirse, lo que conlleva a una sobreinfección en el sitio.

Las ampollas y la sobreelevación de la piel son notorias, a diferencia de otras reacciones alérgicas más leves. La hinchazón comienza no muchas horas después de la exposición, y a veces es inmediata, a los pocos minutos, lo cual es indicativo de un posible shock anafiláctico.

El tamaño de la región afectada varía y hasta puede haber, en simultáneo, diversas regiones corporales con lesiones activas. Es común en el rostro, las manos, los pies y la ingle. El tronco corporal no está exento, sobre todo en las alergias por alimentos.

Junto a la expresión de la piel, los síntomas asociados son los siguientes:

• Vómitos y náuseas: originados en el mismo proceso alérgico interno, que acarrea inflamación de la mucosa gástrica.
• Dolor abdominal: a veces por una pequeña fiebre que acompaña, y otras veces por el aumento del peristaltismo intestinal que intenta expulsar los alérgenos que ingresaron vía digestiva.

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Causas frecuentes de alergia en pediatría

La urticaria en los niños responde a causas variadas. El punto de origen es el contacto con una sustancia alérgica, pero la misma no es propia de un sitio en particular, sino que existe variabilidad individual. Cada niño alérgico lo es a algo determinado. Podemos mencionar como causas habituales las siguientes:

• Alimentos: hay niños alérgicos a los frutos rojos, otros a los huevos, también a los condimentos y a los aderezos. En general, los padres descubren la alergia cuando sucede la primera urticaria tras comer el alérgeno.
• Insectos: las picaduras son un origen posible para las reacciones alérgicas. En estos casos, el sitio donde sucedió la picadura se inflama de manera desmedida, extendiéndose a otras regiones.
• Polen del ambiente: en la alergia estacional, los meses de otoño y primavera son los peores para estos pequeños. Además de la reacción en la piel, suelen presentar tos, estornudos, lagrimeo y hasta broncoespasmos.
• Infecciones: además de los síntomas propios del microorganismo invasor, en la urticaria por infecciones se añaden lesiones en la piel por reacción cruzada entre el sistema inmunitario y las células del cuerpo humano. Tanto virus como bacterias son culpables.
• Medicamentos: la alergia a los fármacos es parte de las reacciones adversas de los mismos. Los prospectos contienen información y advertencias al respecto, ya que muchas veces no se trata de una alergia al componente activo, sino a los excipientes que se colocan en las pastillas o jarabes para poder comercializarlos.
• Perfumes: los cosméticos y los perfumes pueden ser potentes irritantes de la piel. Vienen formulaciones propias para la infancia, pero aún así, si la piel es sensible en demasía, reaccionará.

¿Cómo tratar la urticaria en niños?

Una vez que se instaló el cuadro clínico de urticaria en los niños, hay que administrar medicamentos antialérgicos para contrarrestar los síntomas. Del mismo modo, se puede acompañar el proceso con algunos remedios caseros que son de utilidad. Aunque claro, la combinación de ambas opciones es lo mejor.

Entre los fármacos para la alergia tenemos los antihistamínicos. La difenhidramina y la loratadina son los principios activos más utilizados. Alivian el prurito y disminuyen el enrojecimiento de la piel. Algunos poseen como efecto adverso la somnolencia, y en niños muy pequeños, lactantes, no se suelen recomendar, aunque en casos extremos se emplean con precaución a dosis mínimas.

De acuerdo a la extensión puede ser necesario añadir corticoides. Los pediatras valoran en cada caso si el beneficio es mayor que el riesgo. Cuando se utilizan limitados en el tiempo, no deberían existir problemas a largo plazo. El uso endovenoso o intramuscular se reserva para las urticarias que se convierten en shock anafiláctico, lo cual es infrecuente.

En cuanto a los remedios caseros, las preparaciones son variadas. Depende de cada hogar la disponibilidad de los ingredientes para realizar compresas que alivian los síntomas locales, sobre todo el prurito.

La forma más fácil de actuar en la casa es con paños fríos. La temperatura baja disminuye la inflamación y el enrojecimiento, lo que baja la reacción alérgica. Junto a los antihistamínicos y los corticoides, el proceso se enlentece lo suficiente para dar alivio.

Como prevención, una vez que se sabe a qué alérgenos reacciona el niño, se deben evitar. Acondicionar el cuarto de los pequeños con alergias es clave. Por eso, se aconseja cambiar alfombras y edredones por telas que no acumulen ácaros. Un deshumidificador también es una buena idea para reducir el polvillo ambiental.

Si la urticaria es por alimentos, basta con quitar de la dieta el alérgeno en cuestión. Para los lactantes, hasta los 2 años, hay sustancias que se prohíben por precaución, como las frutillas, ya que se sabe que son potentes generadores de alergia.

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Siempre consultar a un pediatra

Las urticarias deben ser evaluadas por un pediatra. No se trata de simples reacciones alérgicas que se limitan. Por ello, es necesario un abordaje profesional que identifique las causas y que disminuya los síntomas del caso particular.

Si suceden de manera repetitiva, hay que tener mucho cuidado con la posibilidad de un shock anafiláctico. Esto constituye una urgencia vital que se atiende en guardias con internación hospitalaria. Lo ideal es prevenir, para no arribar a esos estados de gravedad.