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11 ventajas de tener un huerto en casa: alimentos frescos y económicos

12 minutos
Tener un huerto en casa no solo te permite obtener alimentos frescos y saludables; también es una forma de conectar con la naturaleza y relajarte. Además, no necesitas una gran inversión para empezar. 
11 ventajas de tener un huerto en casa: alimentos frescos y económicos
Última actualización: 01 diciembre, 2023

Tener un huerto en casa no solo brinda la posibilidad de cultivar variadas frutas, verduras, hierbas aromáticas y legumbres. Esta práctica —cada vez más extendida en el mundo— ha mostrado un impacto bastante positivo, tanto para el cuidado del medio ambiente como para la salud de quienes la implementan.

Lo más interesante es que no es necesario tener un gran jardín para iniciar las siembras. Otros espacios más pequeños, como las terrazas, los áticos y los balcones, también se pueden adaptar para sacarle el máximo provecho a la agricultura urbana. ¿Quieres saber más sobre sus ventajas y cómo practicarla? ¡Sigue la lectura!

1. Te permite ahorrar dinero

Uno de los principales beneficios que obtienes al cultivar tu propio huerto en casa es que ahorras dinero a la hora de llenar tu carrito de compras del supermercado. La regla de oro es plantar alimentos que disfrutes y que te guste incorporar en tus recetas diarias.

Con la constancia y los cuidados necesarios, a medio y largo plazo tendrás un suministro de ingredientes frescos para tus comidas. Por supuesto, notarás la diferencia al realizar las compras.

2. Contribuye a mejorar la calidad de tu dieta

Los alimentos que puedes cosechar, si tienes tu propio huerto, son fuentes importantes de vitaminas, minerales, fibra dietética, antioxidantes y otros nutrientes que mejoran la calidad de tu dieta. Al tener este suministro en casa, te motivarás a incluirlos con más regularidad en tu alimentación.

3. Obtienes alimentos frescos

Al tener tus propios cultivos en un huerto en casa, puedes elegir en qué momento consumirlos, una vez empiecen a dar frutos. De este modo, disfrutas alimentos más frescos, con mejor sabor y con las texturas idóneas para tus preparaciones. Puedes comenzar plantando aquellos ingredientes que más usas en tu cocina diaria, por ejemplo:

4. Te ayuda a disminuir el desperdicio de alimentos

Uno de los errores que puedes cometer al hacer las compras de tus alimentos perecederos es adquirir grandes cantidades «por si acaso» o con la intención de que te duren varias semanas. Sin embargo, si no los usas rápido, tienden a perder frescura o a deteriorarse. A veces, la única opción es tirarlos a la basura.

¿Sabías que la agricultura urbana te ayuda a solucionar este problema? Al tener varios ingredientes en las plantas, podrás utilizarlos solo cuando sea necesario y prolongarás su vida útil. Si ya es momento de cosecharlos, los puedes compartir con tus familiares, vecinos o en donaciones locales.

5. Reduces el uso de empaques y plásticos

En materia ambiental, un huerto casero tiene un impacto significativo. Una de las mayores ventajas en este sentido es que disminuye la necesidad de emplear empaques y plásticos de un solo uso. ¿Te has puesto a pensar en cuántos envoltorios llevas a casa tras realizar tus compras?

Una vez coseches tus propios vegetales, frutas, hierbas o legumbres, podrás almacenarlos en bolsas de papel, en cajas o en recipientes de vidrio. De hecho, la mayor parte de las veces puedes llevar el ingrediente directamente de la planta a tus recetas. 

6. Disminuyes la exposición a pesticidas y fertilizantes

En las producciones comerciales de alimentos se emplean pesticidas y fertilizantes químicos que tienden a dañar los suelos, al eliminar bacterias útiles y redes de hongos que intervienen en la distribución de los nutrientes de las plantas a través de sus raíces.

Esto supone efectos negativos, tanto para la calidad de los alimentos como para el ambiente y la salud. Cuando haces tu propio huerto en casa, eliges qué ponerle al suelo y a la planta para favorecer su crecimiento.

¿Lo mejor? Hay muchas opciones de fertilizantes ecológicos que dan buenos resultados.

7. Aumentas tu conexión con la naturaleza

Sin importar si cultivas en el suelo del jardín o en macetas en la terraza, hacer un huerto en casa te conecta con la naturaleza y te ayuda a ser más consciente de la importancia de cuidar sus recursos.

Todo el proceso, desde la siembra, te hace interactuar con la tierra, las plantas y el agua, por lo que aprendes de primera mano cuán importante es proteger el medio ambiente para que puedas disfrutar alimentos frescos en tu plato.

8. Reduces el estrés y la ansiedad

Hay varias razones por las que hacer un huerto en casa puede aportar beneficios para tu salud mental y emocional. En primer lugar, es una forma de actividad física que te ayuda a disminuir los niveles de cortisol, mejor conocida como la «hormona del estrés».

Por otro lado, promueve la atención plena, lo que contribuye a apartar pensamientos intrusivos, mientras la mente y el cuerpo se relajan al estar concentrados en el momento presente.

La Clínica Mayo expone que las rutinas de jardinería —como regar y desherbar— crean un ritmo relajante que ayuda a combatir el estrés. 

9. Aumentas tu creatividad

¿Sientes tus pensamientos nublados? ¿No logras aclarar tus ideas? Si estás pasando por un bloqueo de creatividad, es hora de desconectarte, cultivando tu propio huerto. Puede que estés teniendo un episodio de fatiga mental debido a la hiperestimulación que te generan los dispositivos móviles y la multitarea.

Cuando haces contacto con la naturaleza, riegas, podas o cosechas, empiezas a experimentar una sensación de calma y relajación que permite a tus ideas aflorar. No pasará mucho tiempo para que sientas cómo tu mente empieza a sacar a flote todo su potencial creativo.

10. Creas un entorno de aprendizaje para toda la familia

Cultivar un huerto en casa se puede convertir en una actividad para toda la familia. Desde plantar semillas o plántulas hasta cosechar vegetales y frutos, los niños y los adultos podrán aprender conceptos básicos de agricultura y cómo llegan los alimentos hasta la mesa.

11. Apoya a los polinizadores locales

Una ventaja adicional que no puedes pasar por alto sobre esta actividad es que resulta en un espacio amigable para los animales polinizadores de tu localidad. Los árboles frutales, las plantas hortícolas y hasta las hierbas aromáticas requieren polinización; asimismo, los polinizadores necesitan alimentarse. Es un intercambio donde todos ganan.

Abejas, mariposas, avispas y colibríes son algunas de las especies que pasarán por tu jardín para beneficiarse de tus flores y tus frutos.

Tipos de huertos que puedes tener en casa

Lo mejor de tener un huerto en casa es que hay varias opciones para instalarlo, incluso en espacios pequeños. Si tienes un jardín, perfecto. Pero si quieres aprovechar otras áreas, como las terrazas, los patios, los balcones o hasta una simple pared; también lo puedes hacer. Solo elige el tipo de huerto apropiado.

Huerto vertical

Es una de las mejores alternativas para espacios reducidos, como terrazas, balcones o patios pequeños. Posibilita el cultivo de plantas aromáticas y frutas pequeñas, como las bayas.

Puede ir fijo en un muro o ser móvil. Este último te permite mover las plantas en dirección a la luz del sol.

Hay muchos recipientes válidos para construirlo: cajas de plástico o de madera, botellas grandes de refrescos, macetas, bolsas de tela, entre otras. Lo importante es asegurarse de que tengan un buen sistema de drenaje.

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Los huertos verticales pueden construirse con materiales reciclados, contribuyendo aún más al cuidado del medio ambiente.

Mesa de cultivo

Una mesa de cultivo es una estructura que puede estar elaborada en madera o metal. Cuenta con uno o varios cajones con la suficiente profundidad para agregar el sustrato. Son idóneas para plantas pequeñas, como las lechugas, los pimientos y las berenjenas; también para plantas aromáticas y bayas.

Lo ideal es instalarlas en áreas donde puedan recibir suficiente luz solar. El jardín y las terrazas son buenas opciones. Eso sí, asegúrate de que la superficie esté bien nivelada para que no se generen encharcamientos de agua.

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Las mesas de cultivo se comercializan en diferentes tamaños, aunque también puedes construirla tú mismo con madera.

Huerto de suelo

Para hacer este tipo de huerto, se recomienda el uso de unos contenedores que se instalan en el suelo. A menudo son planos, pero hay distintos diseños con escalones que añaden decoración al espacio. Como su tamaño es más grande, quedan bien en jardines y áticos.

Por supuesto, debido a su longitud, permiten cultivos de plantas más grandes o a mayor escala. Según la especie que siembres, deberás complementarlo con un sistema de sombra.

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Los cajones de cultivo permiten crear una superficie para el huerto en zonas del patio donde no tienes tierra.

Cultivo hidropónico

Tener un cultivo hidropónico es una excelente opción para espacios urbanos limitados, ya que no requiere suelo y puede adaptarse a diferentes tipos de contenedores. Se utiliza una solución acuosa de nutrientes para alimentar las plantas a través de sus raíces.

Muchos tipos de vegetales pueden cultivarse en sistemas de hidroponía, como las hierbas, las lechugas y los tomates, que son las opciones más populares. Las raíces se sumergen en un medio inerte, como perlita, lana de roca o fibra de coco, y luego se controla la humedad, el oxígeno, el pH y la temperatura del agua que circula.

La clave del éxito es el monitoreo constante y la atención a los detalles. Pero no es imposible. Existen libros, guías, tutoriales y cursos sobre hidroponía que pueden ayudarte.

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Los cultivos hidropónicos para el hogar pueden realizarse en recipientes que se venden específicamente para ello o creando el espacio con materiales caseros.

Consejos para empezar tu huerto en casa

Cultivar tus propios alimentos puede ser el primer paso para empezar a mejorar tu estilo de vida. Tendrás existencias regulares de ingredientes que sueles usar en tu cocina y te unirás a una práctica respetuosa y amigable con el medio ambiente.

¿Qué debes tener en cuenta para empezar? Apunta estos consejos.

1. Siembra con moderación

La primera regla para hacer tu propio huerto en casa es moderar la siembra. En lugar de querer abarcar muchas hortalizas al mismo tiempo, empieza con una cantidad mínima; conforme crezcan y adquieras experiencia, puedes incorporar otras especies.

2. Utiliza un sustrato de buena calidad

El sustrato desempeña un papel principal en el crecimiento saludable de tus plantas. Hay de varios tipos y debes elegir el que sea acorde para la especie que vayas a sembrar. Antes de optar por una opción u otra, ínformate sobre las necesidades de tus cultivos.

Asimismo, ten en cuenta que tendrás que suministrarle fertilizante natural de forma regular. Hay varias alternativas de abono orgánico que tienes en casa y que son fáciles de implementar; la composta, el estiércol y el humus de lombriz son algunos ejemplos.

3. Elige un espacio donde haya luz solar directa

Es probable que debas adaptar tu huerto al espacio disponible que tienes. En cualquier caso, procura elegir una orientación en la que las plantas puedan recibir una buena cantidad de luz solar diaria. Por lo general, deben recibir un mínimo de cinco horas de sol para crecer saludables.

4. Aprovecha materiales reciclables

Aunque ahora hay muchas herramientas que nos facilitan tener un huerto en casa, no es estrictamente necesario comprarlas. De hecho, es más recomendable aprovechar materiales reciclables, como cajones de frutas, botellas plásticas o neumáticos, entre otros.

5. Dale espacio a tus cultivos

Si el huerto tiene unas dimensiones limitadas, hay que planificar bien la siembra. En este sentido, conviene determinar qué tanto espacio necesitan las plantas para crecer sin inconvenientes. Poner unas al lado de las otras tiende a afectar la cosecha.

6. Realiza un riego prudente

El riego desempeña un papel esencial en el crecimiento saludable de tus cultivos. Así como regar en exceso es perjudicial, no regar con la suficiente regularidad afecta a las plantas. Por ello, cultiva con poca distancia entre sí aquellas que tengan necesidades de riego similares.

Determina si necesitan agua a diario o solo una o dos veces a la semana. Además, realiza el riego al atardecer, para que el agua se impregne bien y no se evapore con el sol.

7. Haz tu huerto biodiverso

Tener un huerto biodiverso te brinda la posibilidad de obtener suministros a través de diferentes ingredientes. Más allá de eso, es una forma de atraer polinizadores y de controlar posibles plagas y enfermedades. Por eso, no dudes en sembrar diversas hortalizas, plantas aromáticas y flores.

8. Combina y rota tus cultivos

Una vez coseches determinada especie, opta por sembrar una diferente. ¿Por qué? Al repetir cultivo, es más probable que la planta adquiera alguna enfermedad o plaga.

Además, puede que el cultivo anterior haya agotado algunos nutrientes en particular. Por lo que, al sembrar la misma planta, tendrá más riesgos de presentar deficiencias.

9. Planta según el clima de tu localidad

Algo que no debes pasar por alto cuando empieces tu huerto en casa es el clima de tu zona. Esto determinará, en gran medida, el éxito de tus cultivos. Por citar algunos ejemplos, considera lo siguiente:

  • Climas húmedos y fríos: especies como brócoli, col, perejil, acelgas y guisantes son ideales.
  • Zonas secas y calurosas: tomates, pimientos, calabacín, cebolla larga, papa, yuca y pepinos crecerán sin problemas.
  • Zonas con niveles de contaminación altos: zanahorias, cebollas, ajos y remolachas tienen mejores posibilidades de desarrollo.

10. Presta atención a las plagas y enfermedades

Por último, pero no por ello menos importante, recuerda estar atento a posibles plagas y enfermedades que pueden invadir tus cultivos. Para evitar inconvenientes, opta por combinar tus siembras con plantas que repelen insectos y airea la tierra cada cierto tiempo.

Si notas algún síntoma de enfermedad, o si ves alguna invasión, interviene lo antes posible. Actuar con prontitud es clave para que el cultivo no se eche a perder.

¿Te animas a tener un huerto en casa?

Tener un huerto en casa es una forma interesante de conectarte con la naturaleza, mejorar tus hábitos de alimentación y reducir el estrés. No es difícil ni requiere espacios con dimensiones muy grandes. Hay varias especies de cultivos fáciles para empezar.

Por si fuera poco, obtienes a mediano y largo plazo un suministro de ingredientes que usarás en tus preparaciones. Así, ahorras dinero, al tiempo que contribuyes con el medio ambiente. ¡Manos a la obra!


Todas las fuentes citadas fueron revisadas a profundidad por nuestro equipo, para asegurar su calidad, confiabilidad, vigencia y validez. La bibliografía de este artículo fue considerada confiable y de precisión académica o científica.


  • Chalmin-Pui, Lauriane & Griffiths, Alistair & Roe, Jenny & Heaton, Timothy & Cameron, Ross. (2021). Why garden? – Attitudes and the perceived health benefits of home gardening. Cities. 112. 103118. https://www.sciencedirect.com/science/article/pii/S0264275121000160
  • Godman, H. (2012). Backyard gardening: grow your own food, improve your health. Harvard Health. https://www.health.harvard.edu/blog/backyard-gardening-grow-your-own-food-improve-your-health-201206294984
  • Thompson R. (2018). Gardening for health: a regular dose of gardening. Clinical medicine (London, England), 18(3), 201–205. https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC6334070/
  • Wimmer, L. (2022). Dig into the benefits of gardening. Mayo Clinic Health System. https://www.mayoclinichealthsystem.org/hometown-health/speaking-of-health/dig-into-the-benefits-of-gardening

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