Yemas de convento
Las yemas de convento, también conocidas como yemas de Santa Teresa son uno de los productos de pastelería más populares de la gastronomía en las provincias de Ávila y Salamanca (España). Su fama ha trascendido los límites de las poblaciones locales y en la actualidad es posible conseguirlas en muchas panaderías de España y Portugal.
¿A qué se debe su éxito? No solo a su delicioso sabor, sino también a que es una especie de souvenir dulce para los que llegan a la ciudad de Alba de Tormes y Ávila. Las yemas de convento son pequeñas bolas de color naranja, fáciles de preparar. ¡Te encantarán!
Receta N° 1 de yemas de convento
El origen de este postre o acompañante de la merienda es algo incierto. Hay muchas historias en relación a él. Una de las más extendidas teorías indica que proviene de la cocina andalusí. La receta original es la siguiente:
Ingredientes (para 20 yemas):
- 12 yemas de huevo
- 180 gramos de azúcar
- 1 ramita de canela
- La corteza de un limón
- 150 ml de agua
- Azúcar glas
¿Cómo se prepara?
- En un cazo coloca el agua, el azúcar y calienta para preparar el almíbar, añade la corteza del limón lo más entera posible y la rama de canela.
- Cuando hierve y espese, retira del fuego y saca los dos últimos ingredientes.
- Pon en el vaso de la batidora y cuela las yemas por encima, para que no queden hilos.
- Bate a velocidad máxima para que quede una masa homogénea.
- Vierte en el cazo nuevamente y calienta mezclando con espátula de silicona, hasta que se desprenda de las paredes del recipiente (no tiene que hervir pues sino cuajan los huevos).
- Retira y deja que se enfríe.
- Arma bolitas no muy grandes, pásalas por azúcar glas y coloca en moldes de muffins para servir.
Receta N° 2 de yemas de convento
¿Sabías que la primera pastelería que comercializó las yemas de Santa Teresa se llama Flor de Castilla y el dueño ha registrado la marca y la receta en 1860? Eso no impidió que los demás reposteros de la zona las elaboraran, pero usando otras denominaciones.
Además de yemas de convento, también se pueden encontrar con el nombre de yemas de Canónigo, pero son las mismas. A comienzos de este siglo la demanda de las bolas dulces de yemas aumentó en Estados Unidos y hoy en día se comercializan desde España (Ávila precisamente) en un embalaje especial para mejorar su preservación.
En este caso, una versión reducida de ingredientes y de porciones.
Necesitas (para 6 yemas):
- 4 yemas de huevo
- 50 gramos de azúcar
- 25 gramos de agua
- Azúcar glas para decorar
Pasos a seguir:
- Mezcla el agua con el azúcar y calienta en un cazo hasta que hierva y se espese.
- En otro cazo coloca las yemas.
- Vierte el almíbar y remueve bien.
- Calienta a fuego moderado por unos minutos, sin dejar de remover para que la masa se compacte.
- Cuando se empieza a separar de las paredes del cazo, retira y vierte en la encimera limpia y seca.
- Estira con un rodillo hasta que esté fría por completo (puedes usar cualquier otro elemento).
- Forma las bolitas con las manos y reboza con el azúcar glas (puedes utilizar coco rallado también).
- Coloca en un molde de muffins y listo, a comer se ha dicho.
Un poco más de datos sobre esta receta:
- Originalmente, las yemas se batían en cazos de cobre (consiguen otro sabor, de eso no hay duda).
- El almíbar se usa a “punto hebra”, cuando se toma con una cuchara y cae un hilo consistente.
- La masa se tiene que trabajar una vez que esté completamente fría (no apto para ansiosos).
- Se pueden poner en moldes de papel o no, aunque la presentación quedará mejor de la forma tradicional.
Este texto se ofrece únicamente con propósitos informativos y no reemplaza la consulta con un profesional. Ante dudas, consulta a tu especialista.