6 datos erróneos sobre las dietas
Revisado y aprobado por el médico Diego Pereira
Antes de empezar a perder peso, es importante conocer varios datos erróneos sobre las dietas que nos impiden tomar las mejores decisiones para mejorar nuestro estilo de vida. Lo normal es que surjan varias dudas al enfrentarse a una dieta y no sepamos qué creer.
Muchas personas piensan que es necesario decir adiós a toda la comida deliciosa para poder obtener resultados. Asimismo, hay quienes limitan o eliminan ciertos grupos nutricionales al considerar que no contribuyen en nada.
Lo cierto es que todas estas creencias se basa en datos erróneos y, de hecho, pueden ser el motivo por el cual algunos no consiguen adoptar una dieta equilibrada y acorde a sus necesidades.
Por esta razón, antes que nada, lo ideal sería que todos visitaran a un especialista para conocer qué pautas alimentarias se deben seguir según la edad, estado de salud, el peso y condición física.
Además, es conveniente empezar a derribar algunos datos erróneos y mitos de la dieta, ya que, aunque no parezcan relevantes, pueden ser contraproducentes.
1. No hay alimentos quemagrasa
A muchos alimentos se les atribuye propiedades “quemagrasas” debido a los efectos que tienen en el organismo. Sin embargo, no es correcto afirmar que tienen esta cualidad, ya que no actúan por sí solos.
Las comidas bajas en calorías son una estrategia para adelgazar. El problema está cuando se piensa que un simple alimento puede ser la solución contra el sobrepeso.
De acuerdo con lo señalado por la British Heart Foundation, lo que funciona para eliminar la grasa es comer menos calorías. Así, al tener un óptimo gasto energético, va disminuyendo el peso.
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2. Los carbohidratos no son malos
Durante años se les ha hecho mala fama a los carbohidratos. Muchos consideran que son “enemigos” de una dieta saludable, puesto que influyen en el aumento de peso. Esto se debe a una malinterpreación de datos erróneos.
No obstante, lo que funciona para perder peso es comer menos calorías. Si los carbohidratos provienen de alimentos saludables, no representan ningún problema (siempre que el cómputo total de calorías sea el adecuado).
Para mantener una alimentación sana hay que saber diferenciar los carbohidratos refinados de los complejos. Mientras que los refinados pueden causar desórdenes metabólicos y sobrepeso, los complejos prolongan la saciedad y aportan una dosis extra de fibra.
3. No es correcto eliminar las grasas
Hay muchos planes que sugieren suprimir la totalidad de las grasas como vía para bajar de peso de manera efectiva. Aunque muchas dan resultado, la mayor parte de las veces se producen efectos secundarios.
Hay fuentes de grasa saludable que no deberían suprimirse de la alimentación. Las grasas monoinsaturadas y poliinsaturadas, por ejemplo, son útiles para facilitar la eliminación de grasas dañinas como el colesterol malo (LDL).
Alimentos con el salmón, el aguacate o los frutos secos son algunos de los ejemplos de grasas buenas que no se deben dejar de comer.
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4. No es necesario eliminar las carnes rojas
Las carnes rojas son ricas en purinas y pueden, con el tiempo, influir en problemas como la acumulación de ácido úrico. A pesar de esto, no es necesario eliminarlas en su totalidad de la dieta, sobre todo porque también aporta nutrientes esenciales.
Una porción moderada de carnes rojas proporciona grandes cantidades de proteínas y minerales esenciales. Estos protegen el cuerpo contra trastornos como la anemia.
5. Los productos lácteos no son malos
La leche entera y sus derivados contienen grasas. Sin embargo, si se toman en porciones moderadas, no deberían representar un problema en la dieta. Además, en muchas ocasiones podemos elegir lácteos descremados y más ligeros.
Estos alimentos son fuentes significativas de calcio, vitamina D y proteínas de alto valor biológico que benefician la salud muscular y ósea.
No está mal consumirlos de manera ocasional, a menos que se tenga intolerancia a la lactosa.
6. Los alimentos “light” no son la mejor opción
Los alimentos con etiquetas “light”, “cero calorías” o similares causan mucha confusión entre los consumidores. La industria los vende como la mejor alternativa para una dieta saludable, pero en realidad no son tan buenos.
Estos productos tienen menos calorías en comparación con las versiones originales. Sin embargo, suelen tener más azúcares y añadidos químicos.
Al ser vistos como comida “saludable” muchos los consumen en exceso sin tener en cuenta que también suman calorías, y aportan mucho más azúcar.
¿Deseas tener una dieta saludable? Ten en cuenta lo anterior y considera las necesidades de tu cuerpo. Aunque hay muchos planes de alimentación, lo mejor es optar por comidas balanceadas y completas.
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