7 mitos sobre la alimentación y la artritis
En este artículo te explicamos cuáles son estos mitos sobre la alimentación y la artritis, así como otros remedios naturales que sí que han sido demostrados.
¿Es cierto que hay algunos alimentos como el vinagre, las pasas o el vino tinto mejoran de manera notable los síntomas de esta enfermedad? ¿Es cierto que algunos alimentos como las solanáceas o los lácteos pueden, en cambio, perjudicarnos? En este espacio compartimos las respuestas a estas preguntas.
¿Por qué duele la artritis?
El dolor que se siente surge como consecuencia de la inflamación y la rigidez que provocan los dos huesos al rozarse por culpa del desgaste gradual del cartílago. Cuando el cartílago es normal, su función es la de proteger la articulación, permitir un movimiento suave y amortiguar la presión y los impactos causados por el movimiento.
Además del dolor y la inflamación, la artritis también limita la capacidad de movimiento y, en algunos casos, puede incluso provocar un enrojecimiento de la piel.
¿Por qué surgen mitos sobre la alimentación y la artritis?
La artritis es una enfermedad que puede ser, en algunos casos, muy dolorosa. Puede obligar a quienes la sufren a tener que recurrir a una fuerte medicación. El hecho de que los tratamientos médicos no siempre sean efectivos, o bien por sus efectos secundarios, ha provocado que muchas personas busquen otras alternativas.
La Arthritis Foundation ha explicado cuáles son los mitos más habituales en referencia a algunos alimentos para combatir esta enfermedad. Ningún estudio riguroso ha demostrado los resultados que se atribuyen a los siguientes remedios naturales.
Ver también: Cómo reducir el dolor en los huesos naturalmente
Mitos sin demostrar de la alimentación y la artritis
- Una docena de pasas puestas en remojo con ginebra proporcionan un alivio diario.
- El vinagre de manzana calma los dolores.
- El consumo de productos lácteos empeora los síntomas de la artritis.
- Las solanáceas (tomate, patata, berenjena y pimiento) agravan esta enfermedad.
- Las dietas crudívoras, que se basan en el consumo de alimentos crudos, mejoran el estado de esta dolencia.
- El consumo moderado de vino tinto, gracias a su contenido en resveratrol, controla la artritis.
- El consumo de frutas cítricas puede agravar esta enfermedad.
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Alimentos que sí funcionan
La misma fundación enumera los alimentos que sí que han demostrado de manera científica sus resultados positivos sobre la artritis:
- Aguacate: alivia la osteoartritis y retrasa su avance.
- Aceite de pescado de agua fría, como el bacalao, la caballa o el atún: es rico en ácidos grasos omega-3, los cuales contribuyen a reducir la inflamación en las articulaciones.
- Té verde: muy rico en antioxidantes y principios antiinflamatorios.
- Cúrcuma: excelente especia antiinflamatoria y analgésica, que reducirá la hinchazón y calmará el dolor.
- Jengibre: de un modo similar al de la cúrcuma, el jengibre también es muy eficaz para combatir la artritis.
- Aceite de oliva: este aceite es muy beneficioso para el organismo en general y para la artritis en particular.
- Semillas y aceite de lino: ricos en ácidos grasos omega-3 y glucosamina.
- Guindilla o ají: este tipo de picante ha demostrado en varios estudios que, por su contenido en capsaicina, puede ayudarnos a aliviar el dolor si lo aplicamos de manera externa, directamente sobre la piel de la zona afectada.
- Uña de gato: esta planta medicinal, conocida también como garra del diablo, es una de las más efectivas para tratar la artritis.
- Ortiga verde: es muy depurativa y ayuda a combatir los síntomas de esta dolencia.
Es fundamental consultar siempre con un médico o terapeuta antes de emplear un remedio natural, en especial si se está tomando medicación.
Vitaminas beneficiosas
Podemos completar los beneficios de una dieta que incluya estos alimentos con los siguientes suplementos vitamínicos naturales:
- Vitamina A: antioxidante y protectora de los tejidos.
- Vitamina C: ayuda a fabricar colágeno y tejido conjuntivo.
- Vitamina B1 o tiamina: convierte los azúcares en energía.
- Vitamina B2 o riboflavina: promueve la creación de nuevas células.
- Vitamina B3 o niacina: mejora la capacidad energética del organismo.
- Vitamina B6: mejora la síntesis de aminoácidos, eritrocitos y anticuerpos.
- Vitamina D: promueve la absorción del calcio y su carencia puede provocar debilidad ósea y muscular.
Podemos obtener estas vitaminas a través de los alimentos, o bien recurrir de manera puntual a algunos suplementos adaptados a nuestro caso particular. Nunca dedemos automedicarnos por nuestra cuenta, siempre hay que acudir a un profesional.
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