8 comportamientos que te ayudan a reconocer si alguien se está haciendo la víctima
Revisado y aprobado por el psicólogo Bernardo Peña
La mayoría de nosotros buscamos rodearnos de personas que nos brinden bienestar emocional, no solo dándonos su apoyo, sino transmitiéndonos buenas energías cuando tenemos la oportunidad de estar a su lado. No obstante, no estamos exentos de cruzarnos con alguien que se hace la víctima.
Aunque no está mal ayudar a alguien cuando lo necesita, es fundamental saber identificar si en realidad requieren que les demos la mano o están tratando de manipularnos. Y es que, valiéndose de un buen corazón, muchos comienzan a victimizarse con el fin de generar lástima o aligerar sus responsabilidades.
Sus conductas hacen que culpen a otros de sus males. Dado que suelen encontrar quien les tenga compasión, no llegan a solucionar su vida por sus propios medios. Debido a esto es importante saber cómo se comportan y qué tipo de estrategias usan para generarnos esa sensación de tener que ayudarles siempre.
1. Creen que el mundo está en su contra
Aunque algunos aún lo desconocen, las personalidades de aquellos que se hacen la víctima puede estar relacionada con un trastorno paranoide. Según el Manual MSD, este tipo de trastorno les lleva a deformar de manera pesimista la realidad de manera injustificada. A menudo estas personas desconfían de los demás pensando que solo quieren perjudicarlos.
El individuo se lamenta de forma constante. Para estar a la defensiva, piensa que todo el mundo está en su contra. Es común que al hablar con ellos se manifiesten de forma quejumbrosa. Además, aseguran que nadie les quiere o que ninguno está en la capacidad de entender las situaciones que atraviesan.
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2. La “víctima” no asume su responsabilidad
La incapacidad para asumir sus responsabilidades es uno de los principales comportamientos de los que siempre quieren hacerse la víctima. En su mente están tan convencidos de que otros pueden ayudarles, que incluso de forma involuntaria pretenden que los demás asuman lo que les corresponde.
Para ellos es muy simple ignorar el papel que desempeñan en sus problemas. Por ello, pueden señalar a otros sin importar las consecuencias. De hecho, llegan a ser tan manipuladores que, tras ganarse tu confianza, consiguen que sientas culpa cuando no les puedes ayudar.
3. Exageran los problemas
Como dice el refrán: hacen una tormenta en un vaso de agua. La costumbre de sentirse frágiles hace que exageren las situaciones que les desagradan o sus problemas.
Como siempre quieren que les tengan lástima, lloran o se hacen los enfadados. Así hacen que su supuesto agresor se sienta culpable y le pida disculpas.
4. Siempre les pasa todo lo malo
Hablar con este tipo de personas puede llegar a desgastarnos. No solo por su mentalidad negativa, sino porque sus historias siempre son una tragedia. Así pues, siempre te contarán lo mal que les va con su trabajo, los problemas familiares y cuán malvadas son las demás personas que les rodean.
Nunca ven las oportunidades que pueden traer consigo las adversidades. Su mentalidad está cerrada como para pensar que todo puede estar mejor si se obra para ello.
5. Nunca piden disculpas
Las disculpas de una persona que se hace la víctima no suelen ser sinceras. Es más: muy rara vez reconocen sus errores y piden disculpas a quienes afectan.
Por lo general, sus mecanismos de manipulación se vuelven tan efectivos que siempre encuentran la manera de justificarse o quedar como los “buenos” de la película.
6. Sienten lástima por sí mismos
Los que se acostumbran a ser las víctimas ante los demás suelen sacar a flote sus defectos y tienen una autocrítica fuerte. Su hábito de sentir lástima por sí mismos hace que se vean como niños indefensos o personas frágiles ante la sociedad.
Cuando no consiguen generar simpatía o empatía en otros, se consuelan a sí mismos para encerrarse más en su rol de víctima.
7. Ven la vida llena de carencias
Incluso cuando le suceda algo bueno, la víctima encontrará alguna excusa para no hacer a un lado su pensamiento negativo y tóxico. Por muchas oportunidades que tengan, su vida siempre está llena de carencias, ya que no consiguen sentirse felices con nada.
Se quejarán si tienen, si no tienen, si les sobra o si alguien puede más que ellos. Se mantienen en un ciclo que les impide trascender de forma significativa.
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8. Víctima y rencoroso
Para no dejar de sufrir estas personas recuerdan sucesos del pasado. En ellos, quizá, alguien o algo les provocó algún tipo de herida.
Son incapaces de dejar atrás las cosas que les generaron dolor. Casi siempre, aprovechan cualquier oportunidad para traerlas de nuevo al presente.
Recuerda detectar a tiempo a estas personas
¿Conoces a alguien con estos comportamientos? ¡Cuidado! Aunque sea una persona cercana y quieras ayudarla, es importante que tengas en cuenta que muchos de sus actos ya son un hábito difícil de dejar. No permitas que te roben las energías. Procura mantenerte al margen de sus problemas para evitar que te manipulen.
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