Acrocianosis: qué es y cuál es su tratamiento

Revisado y aprobado por el biotecnólogo Alejandro Duarte

Escrito por Equipo Editorial

Última actualización: 09 julio, 2023

La acrocianosis es un cuadro clínico caracterizado por una coloración azul de las zonas acras. Estas son, principalmente, las manos y los pies. La palabra proviene del griego, donde akro significa ‘extremo’ y kyan, ‘azul oscuro’. Se trata de una coloración azulada persistente e indolora.

Suele presentarse en mujeres, sobre todo, en los dedos de la mano. Además, se ha observado que este cuadro suele desencadenarse con la exposición al frío o bajo situaciones de estrés. ¿Quieres saber más al respecto? En este artículo te explicamos en qué consiste y su tratamiento. ¡Sigue leyendo!

¿Por qué se produce la acrocianosis?

Como veníamos comentando, la acrocianosis consiste en la coloración azulada y frialdad de las partes distales de las extremidades. También suele presentarse sudoración. Se debe a un espasmo arterial que, generalmente, se produce por el frío o el estrés emocional.

El cuadro clínico se debe a que, al contraerse las arterias, la sangre llega con dificultad a las partes más extremas del cuerpo. Del mismo modo, tampoco llega el oxígeno. Así, los dedos de las manos y los pies tienden a volverse azules y fríos.

No se sabe cuáles son los factores etiológicos de la acrocianosis. Sin embargo, se ha observado que en pacientes que la presentan, suelen sufrir de alteraciones inmunológicas. Por ejemplo, en aquellos que presentan una elevación de anticuerpos antinucleares (ANA). Estos son anticuerpos que se encuentran elevados en enfermedades autoinmunes. También se hallan inmunocomplejos circulantes.

Por otra parte, se ha observado que la acrocianosis suele darse con mayor frecuencia en mujeres, generalmente alrededor de los 20 años. Sin embargo, a veces aparece en la infancia, en determinadas circunstancias.

También se ha observado con relativa frecuencia en pacientes con esquizofrenia. No obstante, esto no se puede considerar un factor etiológico como tal. En este sentido, falta por investigar más a fondo esta relación para poder determinar si, en efecto, podría hacerse dicha consideración.

En otros casos se ha relacionado la acrocianosis con algunos medicamentos. Por ejemplo, los betabloqueantes y algunos quimioterápicos.

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¿Cuáles son los síntomas?

Como hemos mencionado, se trata de un síndrome vascular permanente. La afectación suele ser simétrica. Además, predomina en dedos y manos, y en menor medida, en los pies. Es importante destacar que el frío no es un desencadenante como se podría pensar. Es un agravante de la sintomatología, que se encuentra menos acentuada en épocas de calor.

Aunque se trata de una patología indolora, en ocasiones sí que puede haber mayor sensibilidad y dolor. Esto ocurre si la temperatura exterior es muy fría. Del mismo modo, suele darse hiperhidrosis. Es un síntoma caracterizado por una excesiva producción de sudor. Suele darse en las palmas de las manos. Además, aumenta cuando hace calor y bajo estrés emocional.

La acrocianosis puede provocar problemas de autoestima en el paciente. Principalmente, porque es muy llamativa, pero, además, por dicha hiperhidrosis.

A diferencia de lo que sucede en el síndrome de Raynaud, en la acrocianosis la coloración azul persiste. De hecho, no se revierte fácilmente. Tampoco se producen cambios tróficos ni úlceras. Además, en el síndrome de Raynaud el paciente sí presenta dolor.

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Tipos de acrocianosis

De acuerdo con la literatura científica, la acrocianosis se clasifica en dos tipos:

• Primaria: es más común entre los 20 y 30 años. Rara vez ocurre tras la menopausia. Este hecho sugiere una influencia hormonal en la patología.
• Secundaria: es una forma que se asocia con ayuno y anorexia nerviosa. También se ha observado en neoplasias, enfermedades como la sífilis, etcétera. Incluso, con la administración de ciertos medicamentos, como algunos antidepresivos.

Tratamiento

En ocasiones se emplean medicamentos para dilatar las arterias, como los bloqueadores de los canales de calcio. El problema es que su eficacia no está demostrada.

Es muy importante explicarle al paciente que no es una patología grave. También es necesario que entienda que es un síndrome permanente, y que ciertas situaciones pueden agravarlo. Si entiende bien el mecanismo por el que se produce, sabrá cómo manejar mejor la situación.