Agnotología: ¿para qué sirve el estudio de la ignorancia?
El término «agnotología» no es tan popular. Para entender de que se trata, hay que partir del significado de la ignorancia. A menudo, se asume que esta es la falta de conocimiento. Incluso, así lo define la Real Academia Española.
No obstante, la ignorancia puede adquirir diferentes formas que van más allá de esta concepción y que se relacionan con la desinformación, la censura, la apatía y la fe ciega.
En este sentido, no depende solo de la falta de información disponible, sino de la creación y difusión estratégica de datos erróneos o engañosos por parte de entidades poderosas, cuyo objetivo es generar duda y desinformación para manipular a las masas según sus intereses.
Ante esta realidad, cada vez más común gracias a las nuevas tecnologías de difusión, se vuelve pertinente una agnotología —o estudio de la ignorancia inducida— que describiremos a continuación.
¿Qué es la agnotología?
La agnotología es el estudio de la difusión deliberada de la ignorancia a través de información errónea o engañosa. Su significado etimológico proviene de la conjunción del termino griego agnōsis, que significa «no conocimiento»; y ontología, que hace referencia a la rama de la metafísica que aborda la naturaleza del ser.
Su origen se le atribuye a Robert Proctor, profesor de historia de la ciencia y de la tecnología de la Universidad de Stanford, quien comenzó a indagar las tácticas empleadas por la industria tabacalera para generar confusión en torno a si fumar causa cáncer. También a Lain Boal, quien acuñó el término de «agnotología» en 1995.
La inquietud de Proctor comenzó cuando, en 1979, se hizo público un memorando secreto, escrito 10 años antes por la empresa tabacalera Brown & Williamson. Allí, se demostraban las prácticas empleadas por las empresas del sector para contrarrestar las campañas antitabaco.
Es decir, la estrategia de este sector era generar confusión en la población sobre los efectos nocivos del tabaco (científicamente comprobados para el momento), con el objetivo de que más personas compraran cigarrillos.
Uno de los pasajes más controversiales de este memorando expresaba de forma textual lo siguiente:
«La duda es nuestro producto. Es la mejor manera de competir con el volumen de información que existe en la mente del público en general. También es el medio para crear controversia».
De esta forma, Proctor encontró que la industria tabacalera no quería que los consumidores supieran sobre los efectos dañinos de su producto.
La ignorancia como estratagema política
Según Proctor, el memorando de 1969 y las técnicas empleadas por la industria tabacalera se convirtieron en el ejemplo perfecto de agnotología. En este caso, la ignorancia no solo implica lo desconocido, sino que también es una estratagema política, creada de manera deliberada por agentes poderosos que quieren que no sepamos.
En la actualidad, este estudio se ha vuelto tan importante como cuando Proctor estudiaba el ocultamiento de los hechos sobre la relación entre el cáncer y el tabaquismo. Basta con referirnos a la cantidad abrumadora de desinformación que se propagada por las redes sociales, que no hacen más que desprestigiar, cuestionar y desmantelar el conocimiento científico.
Ejemplos de agnotología
Danah Boyd, académica de la tecnología y de los medios sociales, afirma que YouTube es la principal herramienta de búsqueda que usan los menores de 25 años para informarse sobre cualquier tema. Sin embargo, el contenido explicativo científico en esta plataforma es escaso en comparación con aquellos de procedencia dudosa y conspirativo.
Y es que una de las formas de propagar la ignorancia intencionada es propiciando un acceso más fácil al contenido con tales características. ¿Cuántas veces la comunidad científica se ha reservado los descubrimientos en determinadas áreas con el fin de obtener cierto beneficio monetario de por medio?
Pero esto no es todo, aunque la evidencia esté disponible, los que se encargan de propagar la ignorancia también saben estructurar su información en internet para que aquellos que acceden al material científico también puedan ver el contenido conspirativo. Todo ello a través de la optimización de los motores de búsqueda.
Por ejemplo, Boyd afirma que YouTube cuenta con un excelente material sobre el valor de la vacunación, pero innumerables activistas antivacunas han utilizado esta plataforma de manera sistemática para promover su movimiento.
De este modo, cuando las personas buscan los videos del Centro para el Control y Prevención de Enfermedades, también ven los que cuestionan las vacunas o los de padres que hablan emocionadamente de su visión del resultado de la vacunación.
Otro ejemplo bastante común de agnotología refiere al cambio climático. A pesar de que hay suficiente evidencia que respalda esta realidad, existe una campaña de desinformación respecto a este tema que no ha hecho más que generar confusión en la población y propiciar el negacionismo.
El pretexto de un debate equilibrado
Como podemos ver, es muy fácil caer en la trampa de considerar «ambas perspectivas» para obtener un panorama completo de la realidad. Si bien es necesario analizar todas las posturas para tener un conocimiento más acertado, muchas veces nos dejamos engañar por esta pretensión y empezamos a hacer eco de contenidos errados.
Respecto a este punto, Proctor afirma que la ignorancia suele propagarse con la excusa de un debate equilibrado, en el que entran en conflicto la evidencia científica y un contenido falso.
En estos casos, se crea una falsa imagen de la verdad y se alega que hay dos versiones de cada historia y que los «expertos» no se ponen de acuerdo. Sin embargo, la realidad es que la contrapartida de la evidencia es puro engaño y solo busca desprestigiar al verdadero conocimiento.
De esta forma, no basta con que el contenido de calidad esté disponible al público y que demos por hecho que la evidencia es suficiente para que las personas accedan a él. Es importante que comprendamos que existe una batalla de información en las redes y que debemos evitar colocarnos en medio.
Importancia del estudio de la ignorancia
En definitiva, recalcamos la importancia de explorar el concepto de «agnotología» y su potencial rol en el estudio de la ignorancia.
Esta noción nos permite reflexionar lo que no sabemos y por qué no lo sabemos, qué es lo que propaga la ignorancia en nuestra sociedad, cuáles son los factores que permiten que la ignorancia sea usada como instrumento político y social, etcétera.
Solo así podremos ser menos ingenuos a la hora de aproximarnos a los diversos contenidos que se propagan en las redes sociales y los medios de comunicación.
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