Amigdalitis en niños: ¿cómo tratarla?

La amigdalitis en niños rara vez causa complicaciones. De todas maneras, se trata de una condición médica que debe ser evaluada por el pediatra, en especial si se presenta de forma recurrente. ¿Qué hacer al respecto?
Amigdalitis en niños: ¿cómo tratarla?
Elisa Martin Cano

Revisado y aprobado por la médica Elisa Martin Cano.

Escrito por Edith Sánchez

Última actualización: 27 julio, 2023

La amigdalitis en niños es un problema de salud frecuente, sobre todo durante los primeros años de vida. Está causada por la infección de varios tipos de gérmenes, aunque rara vez deriva en alguna complicación.

Por lo general, los síntomas se resuelven en poco tiempo sin necesidad de un tratamiento. Pese a esto, hay quienes buscan remedios para controlarlos y acelerar su alivio. ¿Cómo se puede combatir?

La amigdalitis en niños

Se habla de amigdalitis cuando hay una inflamación de una o de las dos amígdalas palatinas. Estas últimas son unas pequeñas masas de tejido en forma oval, con mucha carnosidad, que están ubicadas en ambos lados de la garganta, justo en la parte posterior.

En el interior de estos bultos hay células productoras de anticuerpos, cuya función es servir como primera línea de defensa ante los agentes infecciosos. Sin embargo, debido a la presencia de virus o bacterias, tienden a inflamarse y generar molestia.

Los síntomas más habituales de la amigdalitis en niños son los siguientes:

  • Dolor de garganta persistente.
  • Fiebre.
  • Mal aliento que no se disipa con el lavado habitual de dientes.
  • Inflamación de los ganglios linfáticos del cuello.
  • Dificultad para tragar.

Ante la presencia de esas manifestaciones se debe consultar al pediatra. Una vez se realice el diagnóstico de amigdalitis, el profesional orientará hacia las mejores opciones terapéuticas según el caso.

La amigdalitis en niños
Las infecciones bacterianas o virales son causas de amigdalitis en niños. Es necesario consultar al pediatra para obtener un tratamiento adecuado según su origen.

Tratamientos caseros para la amigdalitis en niños

La amigdalitis en niños, una vez diagnosticada en la consulta pediátrica, se puede tratar en casa. Con algunos cuidados básicos es posible mejorar la sintomatología hasta que la enfermedad remita. En general, cuando su origen es viral, la remisión ocurre a los 7 días.

Hidratación

Un óptimo consumo de agua y líquidos saludables puede resultar útil para tratar la amigdalitis en niños. Si bien no curará la enfermedad, sí mejorará síntomas como la irritación y sequedad de la garganta.

Además, dado que se pueden dar episodios de fiebre, es esencial para evitar la deshidratación. Por ello, varias veces al día, asegúrate de proporcionarles agua tibia,  infusiones con miel, caldos o jugos de frutas.

Humidificador

De acuerdo con información publicada en la Clínica Mayo, los humidificadores pueden contribuir al alivio de los síntomas respiratorios. En este caso particular, respirar aire húmedo puede calmar la sequedad de la garganta y reducir la sensación de dolor.

Gárgaras son sal

Los niños más pequeños deben evitar este remedio. Sin embargo, si están en edad de hacerlo de manera adecuada, es también una opción en caso de amigdalitis. Como explica Sorana Segal-Maurer, jefa de la División de Enfermedades Infecciosas del New York Hospital Queens, en un artículo de la corporación WebMD, esto proporciona alivio síntomatico.

Su aplicación varias veces al día contribuye a reducir la irritación y la presencia de gérmenes. Para ello, basta con agregar un cuarto de cucharadita de sal en un vaso de agua tibia.

Evitar los irritantes

Los irritantes como el humo de cigarrillo y los productos químicos de limpieza pueden incrementar las molestias cuando los niños padecen amigdalitis. Por eso, en la medida posible, se deben evitar dentro del hogar.

Descanso y alimentación

Entre otras cosas, hay que alentar a los niños a descansar y dormir más para favorecer su recuperación. Esto, sumado a una adecuada nutrición, será determinante para el alivio. Algunos alimentos recomendados son los siguientes:

  • Frutas cítricas y frutos rojos.
  • Vegetales de hojas verdes.
  • Cereales integrales.
  • Pescados y carnes magras.

Tratamientos médicos para la amigdalitis en niños

En el caso de que la amigdalitis en niños haya sido provocada por una bacteria, el pediatra puede indicar la toma de algún antibiótico oral. Si su origen es una infección por estreptococos, lo más común es que se indique la administración de penicilina o algún medicamento alternativo, si es alérgico a ella.

Se debe tener presente que, aunque los síntomas ya no estén presentes, la ingesta de los antibióticos recetados debe ser completa. Es decir, el niño debe ingerir toda la dosis que el pediatra le recetó. No se debe cortar la toma durante el período indicado, pues de otra manera la infección puede empeorar o extenderse.

A partir de los 4 años, es posible que también se indique alguna pastilla para chupar. La misma contribuirá a calmar los síntomas de forma temporal. En caso de fiebre, es necesario consultar sobre el uso de paracetamol infantil o ibuprofeno. Si es baja, no será necesaria la medicación.

Tratamientos médicos para la amigdalitis en niños
Si la amigdalitis no mejora con los cuidados básicos, el médico puede sugerir medicamentos antibióticos, paracetamol o, en casos graves, una cirugía.

Cirugía

Si la amigdalitis en niños aparece de manera recurrente en poco tiempo, es posible que el pediatra sugiera una cirugía llamada amigdalectomía en la que se extirpan las amígdalas. La misma se realiza en las siguientes situaciones:

  • Si los episodios son reincidentes.
  • Si hay apnea del sueño.
  • Si se presenta dificultad para tragar o respirar.
  • Cuando el niño no mejora con antibióticos.

Descubre: Bronquitis en niños: síntomas y tratamientos

Medidas de prevención de contagios

La amigdalitis en niños es contagiosa. Los gérmenes pueden pasar a otra persona y transmitirle la enfermedad, al toser o estornudar. Por ello, es importante enseñarles a los niños a hacerlo sobre el pliegue del codo y a usar pañuelos.

Los buenos hábitos de higiene son indispensables. Es importante que los menores se laven sus manos varias veces al día y eviten compartir objetos de uso personal. Además, un vez finalizada la infección,  hay que reemplazar su cepillo de dientes. ¡Tenlo en cuenta!


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