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Aprende a escuchar a tu cuerpo

5 minutos
No podemos ignorar lo que nuestro cuerpo nos dice, ya que tiene todas las respuestas a nuestras sensaciones. No reprimas tus emociones: escucha a tu interior y déjalas brotar.
Aprende a escuchar a tu cuerpo
Bernardo Peña

Escrito y verificado por el psicólogo Bernardo Peña

Escrito por Raquel Aldana
Última actualización: 06 julio, 2023

Muchas enfermedades son el resultado o la consecuencia directa de un cúmulo de emociones reprimidas durante cierto tiempo. Hemos aprendido a vivir en alerta de forma permanente, lo cual, en muchas ocasiones, nos impide tomar verdadera conciencia de lo que nuestro cuerpo intenta decir.

Debemos aprender a escucharlo, pues en él se encuentran respuestas a varias de nuestras inquietudes y pesares, a los dolores, a los pensamientos que nos preocupan o a los procesos de curación a los que no estamos atendiendo.


Relación entre cuerpo y mente

Se dice que nuestro aparato digestivo es nuestro segundo cerebro, actúa de manera independiente con respecto al cerebro de la cabeza. Expertos como los del U.S. Department of Health and Human Services han llegado a conclusiones donde se muestra que, aproximadamente un 95 % de la serotonina que tenemos en nuestro cuerpo se produce en colaboración con el aparato digestivo.

Cada individuo debe desarrollar su manera de sintonizar con sus necesidades corporales, pues las sensaciones son tan diversas y complejas, que resultaría bastante simplista, y hasta un tanto inocente, el intentar hacer una lista de ellas.

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¿Por dónde debemos empezar?

Es recomendable hacerlo por las cosas sencillas. Por ejemplo, si estás cansado, descansa. En ocasiones, nos auto sometemos a rutinas que suelen sobrepasar nuestra disposición de tiempo, lo cual nos sumerge en ciclos que terminan en cansancios extremos.

Ahora bien, hay otras cuestiones en los quehaceres diarios que no podemos obviar, pero si regular y a su vez, invitarnos a ser un poco más conscientes del uso de nuestro tiempo. Cuando tengas que ir al lavabo, ve; si sientes necesidad de llorar, entonces hazlo. Es importante notar tus reacciones frente a estos escenarios, así como también la velocidad de tu respiración y el ritmo de tu corazón.

Por mencionar algo más, según lees esto, tu respiración se hace más rápida o más lenta. En otras ocasiones, leer sobre problemas gastrointestinales o sobre el ciclo menstrual… ¿Te hace sentir algo especial?.

Debemos permitirnos entender cómo se siente nuestro cuerpo y escucharlo.

Algunas filosofías, como por ejemplo la Taoísta, la Zen o la Budista, han tratado de enfocarse en escuchar la consciencia y el cuerpo, es por ello que suelen ayunar con frecuencia, de esta manera, el cuerpo produce otros sonidos diferentes a los que suele producir después de ingerir alimentos.

Por lo que puede resaltarse que tras muchos años de evolución, nos hemos ido desvinculando cada vez más de nuestras sensaciones y de nuestras necesidades corporales. Sabemos que el ritmo de vida moderno es un poco acelerado y tiende a ser un tanto estresante para algunas personas.

Esto último nos podría ayudar a interiorizar que la comprensión, viene justo después de haberse permitido experimentar lo que se siente. Este proceso ocurre tanto en el cuerpo como en el intelecto, por lo que cobra especial relevancia el hecho de que permitamos a cada sensación que se manifieste.

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Una vez que hayas empezado a experimentar ansiedad o cualquier otra sensación negativa, lo venidero tiende a volverse un poco más complejo de entender.

Un estudio realizado en la Universidad Complutense de Madrid, España en 2018, describió  los niveles de depresión en una muestra de participantes y evidenció como la depresión afectaba sus cuerpos, a veces paralizándolos por segundos, incluso minutos en medio de los episodios de ansiedad y depresión.

Por lo anteriormente expuesto, si has atravesado algún episodio similar, se recomienda cerrar los ojos por unos minutos, inhalar y exhalar entre 3 y 5 veces, si es posible buscar un lugar calmo y sin ruido. Dedicate un momento a repasar lo sucedido en las últimas horas o en los últimos días. Seguramente esto pueda darte una pista sobre lo que ha desencadenado ciertos síntomas.

Visita este artículo: Efectos negativos de un mal descanso
El pilar básico de la curación

Nuestras sensaciones y emociones nos ayudan a vivir de manera un poco más consciente, también a participar mas responsablemente en nuestras vivencias, a la par que podemos aprender a confiar en “eso” que nuestro cuerpo nos dice en muchas ocasiones..

A veces, posponemos lo que realmente importan, como lo es atender algún dolor que nos causan nuestras propias emociones. De esta manera, nuestro cuerpo nos habla cada vez más alto para llamar la atención, lo que puede tener consecuencias negativas para nuestra salud.

La tristeza y el dolor, nuestros grandes aliados

Hemos aprendido que siempre debemos estar animados y sentirnos bien con los altibajos de la vida. Sin embargo, no hemos logrado entender que lo verdaderamente importante es sentir.

No debemos desechar, menospreciar o infravalorar nuestra tristeza, pues son dos grandes maestros que la naturaleza ha dispuesto para ayudarnos a caminar por la vida, por ende, a entenderla mejor.

Negar o no atender a estas emociones es una cuestión cultural que nos han ido imponiendo con el paso de los años. Por ejemplo, no nos enseñaron que tenemos una capacidad innata de hacer frente al dolor, y que nuestro cuerpo sabe hacerlo.

De hecho, llorar es un manera más de canalizar nuestra energía y comprender a nuestro cuerpo, por eso no hay que reprimirse.

Reprimir nuestras emociones

Reprimimos la completa expresión de nuestras emociones a través de la toma de medicaciones o incluso de la práctica deportiva. Cuando realizamos estas tareas, producimos encefalinas: estas hormonas reprimen nuestras lágrimas, lo que nos impide canalizar nuestros sentimientos.

Para hacernos una idea de esto, las lágrimas de alegría y las de tristeza difieren en su composición y en las hormonas que las provocan, así como en su finalidad. Por esta razón es muy importante dejar que broten si nuestro cuerpo nos lo pide.

En muchas ocasiones logramos ver demasiado tarde qué es lo que podíamos haber hecho o cómo deberíamos de habernos comportado en un determinado momento.

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El dolor que pone fin al dolor
Creemos que una vida llena de esfuerzos y sacrificios es una vida más honorable que una vida llena de alegría. Dicho así suena muy duro, lo cual nos hace reflexionar sobre la presión a la que nosotros mismos nos sometemos.

Para lograr esto, es necesario aligerar nuestra carga emocional y dar paso a una nueva actitud que nos ayude a generar sentimientos más saludables.

O sea, lo importante es no huir de lo que ocurre en nuestro cuerpo y ser capaces de resolver aquello que hemos intentado mantener dormido durante tanto tiempo.


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  • Fernández, J., & Edo, S. (1994). Emociones y salud. Anuario de Psicología. https://doi.org/10.1136/bmj.38668.616806.3A.
  • Rodríguez-Barquero, V. (2005). Terapias mente-cuerpo: Una reintegración de mente, cuerpo y espíritu. Revista de Ciencias Sociales. https://doi.org/0482-5276.

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