Posiciones para el balance de brazos en yoga, de principiante a avanzado
Las posiciones de balance de brazos constituyen una modalidad dentro del yoga. Son muy vistosas e integran fuerza, resistencia, equilibrio y coordinación. No solo para poder realizarlas, sino para alcanzar la relajación.
Son diversos los beneficios que conlleva la práctica del balance de brazos:
- Activa la circulación.
- Aumenta la concentración y la confianza.
- Fortalece los músculos en la zona media o core.
Recomendaciones generales antes de empezar
El yoga es una disciplina que se conoce y se ha practicado desde la antigüedad. A su vez, existen diferentes modalidades. Entre las mismas, se encuentra el conjunto de posturas conocidas como balance de brazos.
Antes de empezar en el trabajo con el balance de brazos, debemos tener en cuenta que su dominio y aprendizaje son progresivos. No se logran de un día para otro.
Veamos, entonces, algunas recomendaciones para realizar estas poses:
- Las manos son la base: como en una edificación, si las fundaciones están sólidas, se podrá sostener. En este sentido, los dedos deben estar separados y bien apoyados siempre.
- Vista al frente: al realizar las posturas de balance de brazos, es posible que por temor miremos el piso, pero así perderemos el equilibrio.
- Esfuérzate desde el core: el abdomen es el centro del cuerpo y el equilibrio se logra desde allí. Es indispensable encontrar tu centro de gravedad.
- No olvides respirar: a veces, cuando realizamos un esfuerzo, tendemos a contener el aire. Pero no debemos hacer esto, ya que la respiración en el yoga es fundamental.
El equilibrio se logra con la mente.
Las poses de balance de brazos revisten cierta dificultad desde el punto de vista físico. Sin embargo, debemos recordar que no todo es cuestión de músculos. Asimismo, los beneficios de esta modalidad y del yoga en general, también lo son para la mente y el físico, de acuerdo con lo que señalan las diversas investigaciones.
No es lo mismo la actividad física convencional que el yoga. Debes tener esto en cuenta. La práctica del yoga añade un elemento meditativo que no encontramos en los deportes.
Balance de brazos: poses para principiantes
En el balance de brazos conviene trabajar progresivamente. Así que comencemos con algunas posturas que no deberían resultar tan complicadas.
Cuervo (bakasana)
La postura del cuervo también es conocida como bakasana. En sánscrito significa «postura de la grulla». Es ideal para conocer dónde está nuestro centro de gravedad. Por lo que es la base para progresar en los próximos ejercicios y evitar caernos.
En el cuervo comenzamos en cuclillas, en puntas de pie. Las manos bien apoyadas, las rodillas abiertas por fuera de los brazos, junto a los hombros. Desde allí nos inclinamos hacia delante y despegamos los pies del piso.
No te inclines demasiado. Aprovecha los codos para ayudar a sostener el peso de las piernas.
Brazos presionados (bhujapidasana)
Bhujapidasana se puede traducir como «postura de los hombros oprimidos». Aunque las rodillas no están exactamente a la altura de los hombros, sino sobre los tríceps.
Esta pose comienza en cuclillas, algo parecido a la anterior, con las rodillas por fuera de los brazos. Solo que los pies van delante, alineados con la altura de la barbilla. Luego despegamos los pies del piso y los cruzamos, como si hiciéramos un lazo. Desde allí sostenemos el cuerpo en equilibrio.
Balanza (tolasana)
Tola significa «balanza» o «equilibrio». Esta pose requiere que podamos sentarnos en flor de loto, que es una de las posturas básicas de yoga.
La balanza se hace de la siguiente manera: con los brazos a los lados, manos junto a los glúteos, tratamos de elevarnos. Seguro vamos a sentir que el cuerpo se balancea un poco, hasta que consigamos el equilibrio.
Balance de brazos en nivel intermedio
¿Dominas todas estas posturas? ¿Consideras que ya no eres un principiante? Entonces, puedes avanzar al siguiente nivel.
Cuervo lateral (parsva bakasana)
En la postura del cuervo lateral, el cuerpo se encoge, recogiendo las rodillas y ladeando lo más posible, hasta encajar las caderas en un codo y las rodillas en el otro. Desde cierto punto de vista, en esta pose de balance de brazos es más fácil conservar el equilibrio, pues la parte de abajo del cuerpo está sostenida por los codos.
Pavo real (mayurasana)
Comenzamos arrodillados. Clavamos los codos debajo del abdomen y las manos con los dedos apuntando hacia atrás, en dirección de los pies. Inclinamos el peso hacia delante, sosteniéndonos desde el centro del cuerpo, con los codos en V.
Si bien se puede mantener el cuerpo completamente horizontal, paralelo al piso, esto no es tan indispensable. De hecho, algunas personas conservan mejor el equilibrio inclinándose un poco hacia la cabeza. Sobre todo, los que tienen mucho peso en las piernas.
Poses de nivel avanzado para el balance de brazos
¿Quieres algo más complicado? Ahí te van unas cuantas poses para que te perfecciones.
Luciérnaga (tittibhasana)
Se comienza igual que en la pose de brazos presionados. Las rodillas por fuera, los pies por delante. Pero una vez que despegamos los pies del piso, los proyectamos hacia el frente.
La espalda mantiene cierta inclinación, pues con eso compensamos. Además, los brazos ayudan a sostener los muslos. Al principio, se pueden tener las rodillas dobladas.
Con el tiempo y el dominio, se estiran las piernas y los pies en puntas.
Libélula (maksikanagasana)
Es una posición algo complicada. En la libélula, un pie queda montado sobre un codo, con la rodilla en ángulo, y el otro apunta hacia un lado, con la pierna extendida. El resto del cuerpo permanece en una posición similar a las flexiones de codo o lagartijas.
La libélula se puede comenzar desde la posición inicial del cuervo.
Trompa de elefante (eka hasta bhujasana)
Una pierna va por encima del hombro y la otra va extendida por debajo del cuerpo. Se despega el cuerpo, levantándose del suelo, presionando fuerte con las manos. Pero no termina allí: una vez se alcanza la posición de equilibrio, se extienden y encogen las puntas de los pies, alternadamente.
Ocho curvas (astavakrasana)
Y para terminar, astavakrasana: la postura de las ocho curvas. Fíjate la que tenemos en la foto de portada.
Es como el cuervo lateral, pues las piernas van hacia un lado; pero se estiran con una por encima del codo y la otra debajo. Los pies, al final, se trenzan en un lazo.
El balance posible
Alcanzar el equilibrio es uno de los mayores retos en la vida. Y aunque algunas veces lo logramos, no siempre permanecemos en la misma posición.
Con el balance de brazos aprendemos a trabajar de manera coordinada los brazos, el pecho, los hombros, las caderas, las piernas, los pies, el abdomen y la cabeza. Las primeras veces no lo conseguiremos. Sin embargo, lo importante es que tengamos una buena base y que sepamos cuál es nuestro centro de gravedad.
La práctica te hará parecer todo más sencillo en unos meses. Y con el tiempo verás que lo más difícil en el balance de brazos es pronunciar los nombres de las posiciones: astavakrasana, maksikanagasana o bhujapidasana.
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