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Qué es el vamping digital y por qué afecta el sueño de los jóvenes

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Cada vez es más común que los adolescentes extiendan sus horarios al engancharse en redes sociales o videojuegos. Sin embargo, esto se está reflejando en la calidad de su descanso.
Qué es el vamping digital y por qué afecta el sueño de los jóvenes
Última actualización: 13 septiembre, 2025

El uso del teléfono móvil y otros dispositivos digitales antes de dormir se ha normalizado, a pesar de las múltiples advertencias que nos han hecho sobre su relación con trastornos como el insomnio. Esta problemática, aunque afecta a personas de todas las edades, parece incrementar cada vez más entre niños y jóvenes. De ahí la popularidad del concepto de vamping digital.

La expresión resulta de la unión entre vampire (vampiro) y texting (enviar mensajes por teléfono), usada para referirse al hábito de permanecer conectados a dispositivos móviles o consolas justo antes de ir a la cama. Es una conducta que no solo retrasa la hora de conciliar el sueño, sino que tiene repercusiones en los ritmos biológicos naturales, pues causa un descanso superficial y poco reparador.

Vamping, un fenómeno creciente entre adolescentes

Una realidad que enfrentamos como sociedad hoy en día es que el acceso a dispositivos móviles en menores es cada vez más común. La evidencia demuestra que la edad promedio en que los niños reciben su primer móvil, tableta o consola de videojuegos ha disminuido de forma considerable en la última década.

Esto se debe en gran parte a la creciente digitalización de la vida cotidiana, pero también a la presión social, el deseo de los padres de mantener una comunicación inmediata y el hecho de representar una fuente de entretenimiento. ¿El problema? La exposición temprana, la falta de límites claros y el uso excesivo están pasando factura.

Una de las consecuencias más estudiadas es precisamente el vamping digital. Datos que fueron divulgados hace poco en Current Psychology informaron que, de 10 752 adolescentes analizados, un 73 % usaban las redes sociales la hora anterior a su hora de dormir, diariamente o entre 3 y 4 veces por semana.

Esto se ha vuelto un tema preocupante para los científicos, médicos y expertos en salud mental, pues la hiperconectividad —sobre todo previa al sueño— ha demostrado influir de forma significativa en la alteración de los ritmos circadianos, el sueño y el aumento de trastornos mentales en menores, quienes son más vulnerables al encontrarse en pleno desarrollo.

Dificultad para dormir, insomnio y bajo rendimiento escolar

Varios factores explican por qué el vamping digital afecta el descanso. El primero tiene que ver con la emisión de luz azul de los smartphones, tabletas y videojuegos, que altera el ciclo natural del sueño al retrasar la producción de melatonina. Los científicos plantean que esta luz genera “confusión” en el cerebro y hace que reciba señales de que aún es de día, lo que hace difícil conciliar el sueño.

Ahora bien, el tipo de actividades que se hacen en estos dispositivos parece tener más peso. Nuevas investigaciones sugieren que revisar las redes sociales, responder mensajes, ver noticias con connotaciones negativas y jugar videojuegos hiperestimula el cerebro, lo mantiene en alerta y dificulta alcanzar la relajación necesaria para dormir.

En los jóvenes estos estímulos tienen mayor impacto, ya que son mucho más sensibles a la sobrecarga de información y a tener episodios de estrés y ansiedad por el contenido consumido. Pero el vamping digital no limita sus efectos al sueño;  también favorece la falta de concentración y el bajo rendimiento escolar.

Por un lado, porque la privación del sueño afecta la memoria, el aprendizaje y la estabilidad emocional, pero también porque el hábito de trasnochar genera fatiga acumulada y pérdida de la motivación.

Cómo enfrentar el vamping digital

La medida más importante para evitar los efectos negativos del vamping digital es reducir el uso de pantallas tanto como sea posible, y sobre todo una o dos horas antes de ir a la cama. Sin embargo, es importante mencionar que en los adolescentes puede ser difícil implementar esta medida.

En ellos, la corteza prefrontal, que es la que controla la planificación y el autocontrol, aún está en desarrollo. Además, el sistema de recompensa de su cerebro es mucho más sensible a los estímulos inmediatos que generan los dispositivos. Por lo tanto, la intervención parental resulta esencial.

Los padres deben acompañar, supervisar y establecer límites sobre el uso de la tecnología, asegurándose de que estén fuera de la habitación durante la noche. También es importante conversar sobre los riesgos de estar tanto tiempo conectados y enseñar sobre rutinas más saludables antes de dormir. Algunos consejos generales son los siguientes:

  • Establecer horarios de sueño regulares. Es decir, dormir y levantarse a la misma hora, tanto como sea posible.
  • Descansar 10 minutos en la cama sin hacer nada, para indicar al cerebro que es momento de relajarse y dormir.
  • Limitar la exposición a móviles y otras fuentes de luz azul, al menos una hora antes de acostarse.
  • Si es posible, apagar el wifi. Esto corta la ‘tentación’ de echar un vistazo al móvil antes de dormir o de revisarlo a lo largo de la noche.
  • Practicar técnicas de relajación, como respiración profunda, meditación o leer un libro. Todas ayudan a bajar el ritmo para dormir mejor.
  • Dar ejemplo. Los jóvenes notan los hábitos de sus padres. Si ellos hacen “vamping” querrán imitarlo.

Un hábito que no se debe subestimar

No se trata de un simple “desvelo” frente a las pantallas, ni algo que suceda de forma puntual. El vamping digital está cada vez más presente, y nadie está exento de sufrir sus consecuencias. Como adultos es importante ser conscientes de su impacto, no solo por autocuidado, sino para orientar a los más jóvenes sobre la importancia del uso responsable de la tecnología.

Este texto se ofrece únicamente con propósitos informativos y no reemplaza la consulta con un profesional. Ante dudas, consulta a tu especialista.