Resaca emocional después de Navidad: ¿por qué te sientes raro después de la celebración?

El día de Navidad termina y la celebración junto a tus seres queridos ha ido muy bien. Para todos ha sido un día bonito que dejará hermosos recuerdos. Sin embargo, no te sientes del todo feliz. Te invade una mezcla de cansancio y tristeza. Tranquilo, estás pasando por una resaca emocional.
Esta es la respuesta natural de tu cuerpo y mente después de un evento intenso, aunque haya sido positivo. Tu sistema nervioso ha estado en modo de alerta por horas y necesita recuperarse. Volver a la calma no sucede de inmediato, por ello puedes sentirte desubicado o fuera de lugar.
Los factores que te producen una resaca al terminar la Navidad
Aunque es una fecha esperada, en ella se concentran varios factores que agotan tus recursos emocionales:
- Sobreestimulación social: interactuar con varias personas durante horas requiere atención constante. Tu cerebro procesa información sin parar, lo que consume la energía mental muy rápido.
- Fatiga por exceso de decisiones: desde qué servir primero hasta cómo responder a los comentarios, has tomado numerosas pequeñas decisiones. Cada elección va mermando tu capacidad de autorregulación. Por ello, al final de la velada estás exhausto.
- Bajón post-evento: al acercarse la fecha, has organizado, comprado, coordinado. Durante la celebración, la adrenalina y la dopamina te mantienen activo. Cuando todo termina, esos niveles caen bruscamente y aparece un vacío emocional temporal.
- El peso de las expectativas: las expectativas porque todo salga perfecto generan tensión, aunque no seas consciente de ello en el momento. Cuando se libera aparece el cansancio.
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Rutina de 10 minutos para un cierre
Hay una forma de cerrar el día deliberadamente para conseguir que tu mente se tranquilice y puedas sentirte bien de nuevo.
- Dedica dos minutos a recoger lo esencial. No debes dejar todo impecable, solo eliminar aquellos elementos que generan ruido visual. Lavar los platos o meterlos en el lavavajillas, limpiar la mesa y tirar el papel de regalo permitirá que tu cerebro comience a desconectarse de la Navidad.
- Date una ducha rápida, lávate la cara o cámbiate de ropa. Estas acciones funcionan como una transición del evento navideño al descanso, con ellas tu cerebro entiende que la jornada social ha finalizado.
- Escribe tres frases sobre cómo te sientes. No busques coherencia ni profundidad, simplemente vacía lo que ronda tu cabeza. Puede ser algo como “estoy contento pero cansado”. Poner palabras a tu estado reduce la intensidad emocional.
- Decide una cosa concreta que harás a la mañana siguiente. Puedes tomar un desayuno tranquilo, dar un paseo corto o ver una serie. Tener un plan reduce la ansiedad anticipatoria y te da algo a lo que dirigir tu atención cuando te despiertes.
Tener resaca emocional no significa que hayas hecho algo mal. Tu cuerpo solo está procesando la sobrecarga de estímulos, relaciones y emociones concentradas en pocas horas. Reconoce que necesitas tiempo para recuperarte y trátate con más cuidado en lugar de exigirte una energía que no tienes.
Mañana verás las cosas con otra perspectiva, pero ahora mismo, lo único que necesitas es cerrar el día sin prisas.
Este texto se ofrece únicamente con propósitos informativos y no reemplaza la consulta con un profesional. Ante dudas, consulta a tu especialista.







