Candidiasis intestinal: causas, síntomas y tratamiento

La candidiasis intestinal es una invasión fúngica en las paredes del intestino. No se trata de una entidad clínica grave por sí sola, pero es indicativo de que algo va mal en el organismo a nivel inmunitario.
Candidiasis intestinal: causas, síntomas y tratamiento
Samuel Antonio Sánchez Amador

Escrito y verificado por el biólogo Samuel Antonio Sánchez Amador.

Última actualización: 10 octubre, 2023

Las candidiasis vaginales son muy comunes, pues provocan, de media, infección en el tracto urogenital en el 75 % de las mujeres, al menos una vez en su vida. Incluso, hasta el 10 % de ellas presentan esta patología de forma frecuente. De todas formas, la Candida es capaz causar otros cuadros, como la candidiasis intestinal.
Candida albicans es una levadura patogénica oportunista que vive en el microbioma intestinal de los seres humanos. No es un microorganismo dañino en sí mismo, pero cuando una persona presenta inmunosupresión o enfermedades asociadas, este puede aprovechar para expandirse sin control. ¿Quieres saber más al respecto?

Generalidades sobre Candida

El género Candida es un grupo de levaduras que comprende a más de 60 especies. Casi todas ellas son comensales endosimbiontes de sus hospedadores, pero cuando se produce una irregularidad interna, pueden crecer de más y volverse patogénicas. El 90 % de los cuadros infecciosos son causados por un microorganismo concreto, la Candida albicans.

C. albicans provoca el cuadro de candidiasis vaginal, que afecta a casi todas las mujeres en algún momento de su vida. Este tipo de infección es común sin que sea necesaria una inmunosupresión, ya que suele verse propiciada por los cambios hormonales y fisiológicos asociados al ciclo menstrual.

Más allá de su variante más típica, la candidiasis se puede presentar en otras formas. El muguet es la segunda manifestación clínica más común, y representa una invasión de C. albicans en el entorno orofaríngeo del paciente. Tal y como indica la revista Anales de Pediatríael muguet es una infección casi exclusiva de niños pequeños.

Cuando un bebé pasa por el tracto del parto —o al consumir leche materna— puede infectarse con Candida de forma inevitable. Como su sistema inmunitario aún no está del todo desarrollado, este desarrolla una infección bucal, de aspecto algodonoso y blanquecino. No es una entidad clínica preocupante, pues con antifúngicos se cura rápido.

De todas formas, un muguet en adultos sí que pude suponer un problema. Según estudios, la candidiasis oral o esofágica suele ser una clara señal de la transición al SIDA en pacientes con VIH. Cuando la Candida se asienta fuera del tracto urogenital en una persona supuestamente inmunocompetente, siempre es señal de que algo va mal.

Generalidades sobre Candida
Además de ser una causa frecuente de infecciones vaginales, la Candida puede provocar infecciones en el intestino.

Posibles causas de la candidiasis intestinal

Candida albicans puede infectar la cavidad orofaríngea y el tracto urogenital, pero también es capaz de desarrollarse en el tracto intestinal, lo que da lugar a la «candidiasis intestinal». A continuación, presentamos algunos de los posibles desencadenantes de esta entidad clínica.

Enfermedad de Crohn

La enfermedad de Crohn se manifiesta en forma de una inflamación recurrente de determinadas partes del tracto digestivo, sobre todo en el extremo inferior del intestino delgado. Hasta el 22 % de los pacientes con esta condición presentan una colonización significativa de Candida albicans a nivel intestinal, tal y como indican estudios.

Se cree que esta condición surge del desbalance entre las respuestas inmunitarias y el microbioma que habita en el entorno intestinal de la persona afectada. De forma significativa, los pacientes con Crohn presentan poblaciones de Candida en su tracto gástrico, pero aún no se ha dilucidado del todo la interacción entre ambos conceptos.

Colitis ulcerosa

La colitis ulcerosa es una enfermedad inflamatoria del colon y el recto, con síntomas frecuentes en forma de diarrea y dolor abdominal. Según el estudio ya citado, los pacientes con una forma crónica de esta enfermedad parecen tener poblaciones aumentadas de C. albicans en su entorno intestinal.

Además, se ha demostrado que la administración de antifúngicos puede ser útil para disminuir los síntomas en pacientes con una colitis ulcerosa activa. Todos estos datos parecen indicar que la candidiasis intestinal está más vinculada con las enfermedades inflamatorias crónicas del intestino de lo que pudiera parecer.

Úlceras gástricas

Según estudios, estas levaduras infestan las úlceras estomacales, sobre todo aquellas que ya están claramente formadas. Además, cuanto mayor sea la colonización de Candida en el entorno de la lesión, más difícil será el tratamiento general.

Patologías que provocan inmunosupresión

Como hemos dicho con anterioridad, una candidiasis fuera del entorno vaginal es casi siempre un signo de inmunosupresión. Esta puede venir derivada de patologías propias o, en su defecto, de hábitos y consumo de ciertos fármacos. Podemos destacar los siguientes:

  1. Consumo de corticoides: los fármacos corticoides se utilizan para paliar los síntomas de patologías autoinmunes, entre otras muchas cosas. Debido a sus usos, se consideran medicamentos inmunosupresores.
  2. Estrés prolongado en el tiempo: el cortisol, la hormona del estrés por excelencia, provoca inmunosupresión, tal y como indican estudios. Por ello, las personas con cuadros de ansiedad crónica y otros trastornos emocionales suelen ser más proclives a eventos infecciosos.
  3. Alcoholismo, diabetes, tabaquismo y otros factores relacionados con el estilo de vida.
  4. SIDA: el VIH infecta y destruye con el tiempo a los linfocitos CD4, esenciales para el desarrollo de la respuesta inmunitaria. Si el conteo de CD4 es menor a 200 unidades por milímetro cúbico de sangre, la persona pasa de estar infectada a tener SIDA. En este estado de inmunosupresión, la infección por Candida está asegurada.
  5. Cáncer de sangre: en algunos tipos de cánceres, los linfocitos sanos son sustituidos por cepas mutadas e inservibles. Las leucemias y otras condiciones pueden provocar una profunda inmunosupresión en el paciente.

En resumen, la candidiasis fuera del entorno vaginal se propician por patologías previas. Por ello, además de una entidad clínica en sí misma, se considera un indicativo de otra condición subyacente más grave.

Síntomas de candidiasis intestinal

La candidiasis intestinal provoca síntomas en el entorno gástrico, pero también más allá de él. Algunos de ellos son la distensión abdominal, los cólicos, la palidez, la anorexia y la diarrea irregular (sin mocos o sangre), tal y como indican reportes clínicos. La falta de ingesta de comida y la deshidratación también pueden provocar fatiga, cefaleas, entre otros síntomas inespecíficos.

La candidiasis intestinal inhibe la reparación de lesiones y eventos inflamatorios en modelos animales, según estudios ya citados. Por ello, más allá de la propia invasión, la sintomatología puede ir más dictaminada por la falta de sanado de la condición primigenia (una úlcera, Crohn, colitis, etcétera). Saber dónde empieza y termina el cuadro es complejo en estos casos.

Dolor e inflamación abdominal
La candidiasis intestinal puede provocar distensión, diarrea y cólicos. Además, puede conducir a estados de deshidratación.

El mayor riesgo de la candidiasis: la candidemia

La candidemia, dentro de las candidiasis, se define como la presencia de unidades de Candida albicans en el aparato circulatorio. Dicho de otro modo, este hongo ingresa en el torrente sanguíneo y se expande a distintos órganos del cuerpo.

Según estudios, en países como España, la candidemia ocurre en 4,3 personas por cada 100 000 habitantes. La incidencia aumenta con los años, pues cada vez son más los pacientes que permanecen vivos por periodos prolongados en unidades de cuidados intensivos con patologías graves. La tasa de mortalidad en este cuadro clínico es del 44 %.

¿Cómo se puede diagnosticar?

A diferencia de otras variantes de candidiasis, esta se puede diagnosticar realizando un coprocultivo, o lo que es lo mismo, un análisis de las heces. Una vez se obtiene la muestra, esta se aísla y se incuba bajo unas condiciones concretas. Si el hongo comienza a crecer (formando una película algodonosa), el paciente está infectado.

También se puede acudir a un análisis de sangre y a la cuantificación de inmunoglobulinas en el perfil hematológico. Se espera que, ante una candidiasis, estén aumentados los anticuerpos de tipo IgA, IgG, IgM Anti-C. albicans.

Tratamiento para la candidiasis intestinal

Resulta complejo encontrar un tratamiento estandarizado para la candidiasis intestinal, pues es una entidad clínica muy rara que solo se contempla en personas inmunocomprometidas o con problemas intestinales previos. Como es natural, una vez eliminada la infección, se hace necesario tratar el problema de raíz.

Una única dosis oral del antifúngico fluconazol en forma de tableta es eficaz en el 90 % de los cuadros de candidiasis vaginal. Para el cuadro que aquí nos concierne, también se suele recurrir a antifúngicos, pero es necesario variar la dieta del paciente.

Por ejemplo, se deben cortar de raíz los alimentos con carbohidratos simples, levaduras o productos fermentados, al menos hasta que la candidasis intestinal comience a dar signos de desaparición. También se suelen restringir todos los azúcares simples, ya que es una de las fuentes de energía más utilizadas por la Candida para proliferarse.

El tratamiento principal son los antifúngicos, pero también hay que limitar el crecimiento de Candida con una dieta muy baja en hidratos de carbono y azúcares.



¿Qué hay que recordar?

La mayoría de casos de candidiasis intestinal van precedidos de una entidad clínica previa. Es importante hacer controles regulares una vez que ha terminado el cuadro infeccioso para evitar su reaparición. De igual forma, conviene abordar sus desencadenantes, como los cánceres, el VIH, los problemas inflamatorios crónicos en el intestino y otras entidades.

En última instancia, cabe destacar que poco se puede hacer para evitar una candidiasis intestinal. La mejor prevención siempre será acudir al médico en cuanto se empiecen a notar síntomas intestinales para instaurar un tratamiento lo antes posible.


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