Carrillones de viento, sonidos armonizadores para el hogar
Escrito y verificado por la psicóloga Valeria Sabater
Algunas personas escogen carrillones de viento originales para decorar su casa. Estos objetos se colocan en las entradas del hogar, en el porche, en las ventanas, en las puertas, etc.
Lo cierto es que han alcanzado fama porque, mientras el viento agita sus tubos de metal y la brisa los hace tintinear, consiguen recrear sonidos que ayudan a crear un ambiente de relajación.
No obstante, ¿te has preguntado alguna vez cuál es su origen? ¿O cuál es su finalidad? Hoy te queremos hablar de los carrillones de viento, armonizadores del hogar y portadores de buena suerte.
Carrillones de viento que armonizan el hogar
La mayoría de las personas compran carrillones de viento porque estos resultan estéticos y originales para decorar la casa. Además, también resulta agradable escuchar cómo el viento agita esos móviles de metal o madera con los que están elaborados. Ahora bien, ¿cuál es su origen o qué culturas los han popularizado?
Puede que no te extrañe saber que los indios Sioux fueron los primeros en comercializarlos en mercados locales para el turismo. Para ellos, los carrillones de viento eran objetos mágicos que colocaban alrededor de sus asentamientos para proteger al poblado de las malas energías. De hecho, cuando el viento los agitaba, el sonido producido por ese conjunto de piedras, metales y huesos actuaba como una barrera para alejar a los espíritus malvados.
Tradición y magia que no eran exclusivos del pueblo indígena americano. En Oriente, los llamados “móviles de viento” también disponen de una larga historia asociada a la protección del hogar. Es interesante saber que en China, por ejemplo, hay auténticos lutieres de estos objetos. Es decir, personas especializadas en encontrar los mejores materiales para que el viento emita, al entrar en contacto con ellos, armónicos y relajantes sonidos.
De hecho, el siguiente artículo del experto Enrique Hurtado Mendieta explica que la forma de vida enfocada a la creación de estos originales objetos fue uno de los precedentes para desarrollar las piezas musicales más sublimes de la actualidad. Por lo que, sin duda, son más que simples “ornamentos”.
En esta línea, cabe mencionar que los carillones más apreciados son los que disponen de doce tubos de metal con una cúpula de madera. Según explican estos lutieres orientales, los sonidos son semejantes a los de un arpa y resultan más relajantes y armónicos.
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La corriente Feng Shui
Dentro de la corriente Feng Shui, los carrillones o móviles de viento son unos objetos capaces de armonizar y eliminar las energías negativas del hogar. Por lo que pueden resultar útiles si los colocas en las habitaciones, tal y como se suele hacer con los “atrapasueños”.
Además, no hace falta que la brisa del viento los agite para traer buena suerte. En estos casos, y según esta teoría, el hogar ya tiene en su interior sus propias “energías” y sus propios “vientos”. Así pues, no tienes más que colgarlos en el salón o en la habitación de los niños para que ellos mismos llenen de buenas vibraciones el ambiente.
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Asimismo, no hace falta que creas en “su poder” para usarlos. Dejando a un lado el tema de “las energías”, y según el libro Cómo aplicar el Feng Shui de Martine Evraud, los carrillones de viento ayudarán a relajarte, ya que su sonido suave actúa como un tranquilizador natural que viene bien escuchar de vez en cuando.
Así, al abrir una ventana y dejar que la brisa de la mañana agite sus pequeños colgantes; te permites, durante unos segundos, entrar en contacto con la madre naturaleza.
¿Y tú? ¿También tienes tu propio carrillón de viento? Recuerda que siempre puedes hacer uno tú misma con cristales, metales y cuerdas. ¡Es realmente fácil!
¿Cómo hacer un carrillón de viento?
Materiales:
- 7 Palos de madera o bambú.
- Taladro.
- Silicona o cola de pegar.
- Hilos o cuerdas.
- Adornos y bolas de madera o metal.
Procedimiento:
- Corta los 7 palos de madera con una diferencia de 3 cm de largo. Después, marca los agujeros en línea (parecido a la forma de una flauta) y, con ayuda del taladro, ábrelos.
- Pasa el hilo por el agujero más próximo al extremo del palo, anúdalo para que no se suelte y pégalo con un poco de silicona. No olvides reservar uno de los palos de madera para que haga de soporte.
- Coloca en horizontal el palo que has reservado y, en cada uno de sus agujeros, pasa los hilos que sujetan los otros. A continuación, mete en cada hilo las bolas de metal o las decoraciones que más te gusten y cierra con un nudo para que se mantengan sujetos.
- Para finalizar, une todos los hilos con una bola de madera y corta el sobrante. ¡Listo para colgarlo donde quieras!
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- Evraud M, Le Hardy S. Cómo aplicar el Feng Shui. Barcelona: Amat; 2012.
- Hurtado Mendieta, Enrique (2013). Arte y Máquinas. Universidad de Murcia. https://digitum.um.es/digitum/handle/10201/41848
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