¿Qué es la codificación predictiva cerebral?

Escrito y verificado por el psicólogo Andrés Carrillo

Última actualización: 25 mayo, 2023

La codificación predictiva cerebral es un fenómeno neurológico que consiste en la aceptación de hipótesis falsas basándonos en experiencias previas del cerebro. ¡Descubre cómo afecta nuestras vidas!

De manera natural, el cerebro humano responde a los estímulos que recibimos desde afuera (el medio ambiente). Sin embargo, la codificación predictiva cerebral ocurre cuando las personas comienzan a desarrollarse y consiguen diversas experiencias. Esto es que las vías de información entre el cerebro y el medio ambiente cambian.
En la medida que los seres humanos comienzan a obtener experiencias de su entorno, las respuestas del cerebro no necesariamente dependen de un estímulo real, sino de procesos cognitivos basados en hipótesis. En consecuencia, cuando las hipótesis de la cognición fallan, podemos experimentar sensaciones físicas falsas.

¿Qué es la codificación predictiva cerebral?

La codificación predictiva cerebral se trata de un sesgo cognitivo basado en la aceptación automática de hipótesis falsas. Por ejemplo, un jugador de fútbol que se haya recuperado de una dura lesión muscular podría experimentar el dolor durante un partido sin necesidad de haberse lesionado de nuevo.
En estos casos, lo que lleva a las personas a experimentar falsas sensaciones no es ningún estímulo externo. Se trata más bien de la percepción de las hipótesis erróneas en determinadas partes del cuerpo. Debe suponerse que, para dar pie a las codificaciones predictivas cerebrales, existen hechos presentes que les dan sustento.
En este marco, un precedente podría ser la experiencia de haber tenido una indigestión luego de haber comido una hamburguesa. La predicción que hace el cerebro para el futuro es que si volvemos a comer una hamburguesa en el mismo lugar de comida rápida tendremos indigestión de nuevo.

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¿Cómo puede influir en nuestra vida?

Los seres humanos somos entes biopsicosociales. Esto quiere decir que los aspectos biológicos, psicológicos y sociales tienen influencia.
En particular, las predicciones que provienen de los procesos cerebrales tienen una influencia directa en nuestra manera de comportarnos y de experimentar el mundo.
Sobre esta base se desarrollan una serie de escenarios frecuentes en los que las codificaciones predictivas influyen de manera intensa:

• En las relaciones interpersonales: las personas que han pasado por malas experiencias a nivel de relaciones con otros tienen la tendencia a validar hipótesis catastróficas respecto a nuevos vínculos.
• En relación a la salud física: aquellas personas que han sufrido daños físicos o lesiones de algún tipo pueden comenzar a experimentar dolor crónico en el área del cuerpo afectada.
• Con respecto al movimiento: experimentar dolor crónico, resulta limitante en cuanto a la movilidad de las personas. Aquellos pacientes que presentan sensaciones dolorosas en ciertas partes de su cuerpo tienden a evitar los movimientos de manera innecesaria.

Además de las áreas mencionadas, también existe un fenómeno que surge como alivio para las sensaciones físicas causadas por la codificación predictiva cerebral: el efecto placebo. Así, el cese del malestar físico producto de las hipótesis erróneas proviene de otras hipótesis que tampoco son acertadas.
El efecto placebo es la creencia de que sentimos alivio luego de hacer o ingerir algo que realmente no produciría ningún efecto si presentásemos una lesión real. En otras palabras, es un engaño que apacigua a otros.

¿Cómo se aplica la codificación predictiva cerebral?

La capacidad del cerebro humano para predecir eventos o resultados según la experiencia puede resultar útil en ciertos aspectos. Por ejemplo, para descifrar algunos códigos visuales o para jerarquizar formas que se presentan de manera desordenada.
Para comprender mejor cómo ocurre la codificación predictiva cerebral debemos saber cuáles son los canales de información que maneja el cerebro. Existen canales que van de abajo hacia arriba y otros que funcionan de arriba hacia abajo.
Los canales de abajo hacia arriba son aquellos que envían información recibida del entorno a través de los sentidos; lo que sentimos, vemos y oímos. Mientras que los canales de arriba hacia abajo son los encargados de transmitir sensaciones al cuerpo que son producto de la codificación predictiva cerebral.

Un ejemplo de la percepción que viene de arriba hacia abajo sería cuando vemos palabras que están escritas utilizando números en lugar de letras. El cerebro es capaz de interpretar los números como si fueran palabras por medio del contexto en el que se presentan.

Una de las aplicaciones más destacadas de la codificación predictiva es la tecnología. La creación de inteligencia artificial está basada en los patrones de predicción de un cerebro humano real, llevados a las máquinas por medio de codificación informática.

Actividades de codificación predictiva

Algunas actividades que están vinculadas a esta capacidad cerebral tienen que ver con la observación directa de imágenes, formas, letras, números y todo aquello que se pueda interpretar de otra manera según el contexto.
Existen una amplia variedad de juegos que se basan en las codificaciones que el cerebro es capaz de hacer al momento de observar ciertas imágenes. Por ejemplo, el clásico divertimento de encontrar las diferencias en dos imágenes similares.
El reto en las actividades de codificación predictiva es llevar la mente más allá de los patrones conocidos y enfocarse en lo nuevo. Es decir, hacer conciencia de lo que se está observando para que los canales de información que van de abajo hacia arriba puedan transmitir los nuevos datos de forma efectiva.

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¿Las predicciones del cerebro siempre son inconscientes?

Efectivamente, este proceso ocurre siempre de forma inconsciente. Ahora bien, una vez que comenzamos a adquirir nuevos datos respecto al contexto de la situación, las predicciones disminuyen y comenzamos a tener acceso a la realidad.
Lo más recomendable es emplear esta habilidad cerebral para fortalecer la concentración y la memoria. En la medida que entrenemos al cerebro para detectar los sesgos cognitivos dentro de la realidad, estaremos mejor preparados para detectar cualquier predicción errónea.