Cómo podemos cambiar algunos hábitos para comer correctamente
Revisado y aprobado por la nutricionista Eliana Delgado Villanueva
Si quieres bajar de peso y mejorar tu estilo de vida, te aseguramos que la solución muchas veces la puedes encontrar donde menos te lo esperas. La dieta es el primer aspecto que suele venir a la cabeza, pero quizás esta no es la respuesta. Comer correctamente es el primer paso que debes dar.
La dieta es una solución temporal, pero después de eliminar los kilos que tenías de más debes continuar alimentándote de manera equilibrada y saludable. Si no lo haces recuperarás el peso anterior. En este momento es importante evaluar tus hábitos alimenticios.
Para comer correctamente no hay que depender de un plan restrictivo de alimentación que indique qué y cómo planificar tus comidas. En realidad, se trata de un estilo de vida sana, no de un castigo. Por supuesto, habrá espacio para darte tus gustos, aunque sean poco saludables.
A continuación, te diremos cómo puedes cambiar algunos hábitos para comenzar esta nueva etapa.
Proceso para comenzar a comer correctamente
El Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades elaboró una guía para mejorar los hábitos en la alimentación. Establecieron tres enfoques para efectuar el cambio de manera exitosa: reflexionar, sustituir y reforzar.
- Reflexionar sobre tus hábitos de alimentación, ya sean buenos o malos. Se trata de entender cómo adquiriste esas costumbres que te llevaron a comer de una forma poco saludable.
- Sustituir esos hábitos malos por nuevas prácticas que te motiven a comer de forma saludable.
- Reforzar lo que has aprendido para no volver a cometer los errores del pasado.
Es un proceso lento, pero seguro. En la etapa de reflexión existen algunos pasos que tendrás que dar para que seas consciente de cómo has actuado y de qué te llevó a querer generar una evolución en tus prácticas alimentarias.
1. Elabora una lista con todos tus hábitos de alimentación
La idea es que tomes un cuaderno y comiences un diario de alimentación con lo que comes, a qué hora, cómo combinas tus alimentos, cuál es el postre, etc. Esto te ayudará a detectar cuáles son los pasos en falso que has dado.
2. Subraya los hábitos que consideres malos
Son aquellos que te llevan a no comer correctamente y mucho más de lo que necesitas. Por ejemplo: no masticar, comer rápido, saltarse comidas, comer de pie o viendo algún aparato tecnológico, comer cuando no tienes hambre, entre otros.
3. Atención a los hábitos poco saludables
El objetivo es detectar cuáles son los factores que te llevan a incurrir en estas malas prácticas. En este proceso también darás con los buenos pasos que has dado, por ejemplo: tomar leche baja en grasas o comer frutas de postre.
4. Elabora una lista con los factores desencadenantes
Así podrás saber cuándo y dónde puedes comer de manera inapropiada. Por ejemplo, no hacer actividad física, comprar siempre tus bocadillos favoritos, no planificar tus platos diarios, pensar que la comida te subirá el ánimo, etc.
5. Subrayar aquellos factores más frecuentes
Puede ser visitar a tus padres, salir con amigos o no saber qué comer durante las ingestas principales. Lo importante es que las identifiques, de manera que las regules adecuadamente.
6. Responde las siguientes preguntas
- ¿Qué puedo hacer para evitar esta situación? En este punto sabrás cómo empezar el cambio. Identificarás qué hacer para no seguir cometiendo los mismos errores.
- ¿Puedo hacer algo distinto que me permita elegir opciones más saludables? No siempre se pueden elegir caminos diferentes.
Lo importante es tener conciencia de estos procesos, y tomar la mayor cantidad de previsiones posibles. Por ejemplo, seguramente puedes asistir a estas actividades con tus refrigerios o comidas, o sentarte alejado de los postres. Todo esto forma parte del cambio de hábitos.
Sustituir es una cuestión de conciencia
Si llegaste a la etapa de la sustitución es porque ya has atravesado un camino arduo de reflexión, donde has detectado qué cosas malas te han llevado a comer de una manera poco saludable. Es ahora cuando debes comenzar por adquirir nuevas prácticas.
- Come más despacio.
- Come cuando realmente tengas hambre.
- Identifica qué alimentos puedes agregar a tus menús.
- Planifica tus menús semanales.
- Ten en cuenta las meriendas.
Reforzar para no decaer
Cuando te identifiques con tus nuevos hábitos, comer correctamente se vuelve algo espontáneo y placentero. Recuerda que las costumbres se refuerzan con la práctica diaria. Al principio te costará porque has dado un vuelco a las costumbres que quizás aprendiste en tu infancia.
Sé paciente. Cuando sientas que estás volviendo a una práctica poco saludable, detente, respira y rectifica.
Vuelve a preguntarte qué te ha llevado a volver a incurrir en esto y qué debes hacer para volver a hacer las cosas bien. No hay duda alguna: se trata de un reto que cambiará tu vida para siempre.
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