Cómo conservar alimentos perecederos
Escrito y verificado por la nutricionista Anna Vilarrasa
La forma en que se conserva la comida en casa es una oportunidad ideal para mantenerla en óptimas condiciones. Por esto, es importante conocer algunos trucos para conservar alimentos perecederos.
La correcta preservación de los alimentos es necesaria para evitar el crecimiento de microorganismos como levaduras, bacterias u hongos. Con esta también es posible impedir deterioros como la rancidez o el pardeamiento enzimático.
Las técnicas de conservación son muy numerosas y su aplicación depende del tipo de producto y el uso que se le quiera dar. En casa, y una vez efectuada la compra, es importante conocer cuál es la mejor forma de tratar y almacenar los alimentos. Sobretodo los perecederos pues tienden a estropearse con facilidad.
Qué son los alimentos perecederos
Los alimentos perecederos se caracterizan por tener en su composición una mayor cantidad de agua libre. Esta queda disponible para los microorganismos, favorece su desarrollo y el producto es susceptible de sufrir una descomposición más rápida.
Por este motivo, y a diferencia de los no perecederos, este tipo de productos se estropea con más facilidad y su vida útil es más corta. Además, la mayoría de ellos precisa de una conservación a temperaturas de refrigeración.
El hecho de ser más susceptibles implica que es necesario conservar estos alimentos bajo unas condiciones determinadas. Sin embargo, una vez almacenados de la forma correcta la mayoría de ellos deben consumirse en un corto espacio de tiempo.
La gama de alimentos perecederos es amplia e incluye frutas y verduras frescas, lácteos, huevos, carne y pescado. Además, todas las sobras de platos cocinados también se consideran dentro de este grupo así como las conservas que contienen alimentos perecederos una vez abiertas.
¿Cuánto tiempo se conservan los alimentos perecederos más comunes?
Esta es una cuestión que suele preocupar a muchas personas, ya que a menudo estos no se compran envasados y carecen de etiqueta para consultar las fechas. La Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos ofrece una tabla orientativa de los tiempos de conservación de algunos de ellos.
Según este mismo organismo son períodos cortos, pero seguros para evitar que los alimentos se echen a perder o se vuelvan peligrosos. La temperatura adecuada es de 4 grados.
- Huevos frescos: de 3 a 5 semanas.
- Yemas y claras de huevo crudas: de 2 a 4 días.
- Huevos líquidos pasteurizados una vez abiertos: 3 días.
- Carne picada: entre 1 y 2 días.
- Fiambres (al peso o una vez abiertos): entre 3 y 5 días.
- Carne fresca (ternera, cordero, cerdo): de 3 a 5 días.
- Carne de aves de corral cruda (pollo, pavo): de 1 a 2 días.
- Pescado y marisco crudo: entre 1 y 2 días.
- Leche fresca y leche UHT una vez abierta: de 3 a 5 días.
- Sobras de alimentos perecederos: entre 3 y 5 días.
Por otro lado, los vegetales también precisan de un almacenamiento en condiciones determinadas para garantizar su seguridad y calidad. En este caso, los períodos de tiempo son los siguientes para frutas y verduras almacenadas entre 1 y 4 grados.
- Entre 1 y 2 días: plátanos, cerezas, bayas, setas.
- De 2 a 3 días: espárragos.
- De 3 a 5 días: uvas, peras, melocotones, ruibarbo, ciruelas y aguacate.
- 1 semana: melones, arándanos, albaricoques, judías verdes, apio, remolachas, nabos, zanahorias, repollo, brócoli, coliflor, coles de Bruselas, pimientos, lechugas y pepinos.
- Entre 1 y 3 semanas: manzanas y cítricos.
Condiciones óptimas de conservación
Para conservar de la mejor forma posible estos alimentos no solo es necesario mantenerlos en el lugar y la temperatura adecuados. Existen otros cuestiones a tener en cuenta que también son clave para este cometido.
Por un lado, es necesario colocar los productos en la nevera o el congelador con el mínimo tiempo posible pues no es recomendable que estén mucho rato a temperatura ambiente. Por esto, en el momento de la compra, deben ser los últimos en adquirirse y los primeros en almacenar.
En el frigorífico es imprescindible mantener los alimentos dentro de recipientes adecuados y con cierre hermético. También es necesario separar los crudos de los ya cocinados para evitar la contaminación cruzada.
Los aparatos refrigeradores deben mantenerse en las temperaturas adecuadas. Esta es de 4º C o menos para la nevera y de -18º C para el congelador. Además es importante el orden y la limpieza del interior sobretodo si se producen derrames de líquidos o alimentos.
La higiene y el orden también son necesarios para todos aquellos alimentos perecederos que no precisan refrigeración. En este caso, es básico mantenerlos en sitios específicos para su almacenamiento y lejos de productos potencialmente dañinos (productos químicos y de limpieza domésticos).
Consejos útiles para optimizar la conservación de alimentos
En algunas ocasiones, puede parecer un poco difícil cumplir todas las condiciones necesarias de almacenamiento ideal. Por suerte, existen otros trucos y consejos que facilitan en gran medida esta tarea:
- El primero de todos ellos se puede aplicar en el momento de la compra, incluso antes. Es importante y muy útil hacer una lista de la compra de los alimentos perecederos que se van a necesitar a lo largo de los siguientes días o de la semana para adquirir solo aquellos necesarios y en las cantidades justas para evitar que se estropeen.
- Si es posible, transportar los productos más delicados y que necesitan refrigeración (carne, lácteos, pescado…) en bolsas especiales que ayudan a mantener la temperatura.
- Abrir el frigorífico con frecuencia o dejarlo abierto provoca una pérdida de frío. De esta forma, se pone en peligro la conservación de los alimentos a parte de aumentar el consumo energético.
- Marcar las fechas de compra en etiquetas y colocar en un lugar visible. Esto permite tener claro cuando es mejor consumir cada alimento. De la misma forma, es muy útil ordenar los alimentos según la fecha adecuada de consumo.
- No sobrecargar la nevera y dejar espacios entre recipientes permite una distribución homogénea de la temperatura.
- Si se adquiere carne y pescado para una temporada más larga, congelar enseguida aquellas raciones que no se vayan a consumir en breve. Cuanto más rápido, menor es la pérdida de calidad y el riesgo de desarrollo de patógenos.
Alimentos perecederos
Una dieta basada en alimentos frescos sin procesar puede presentar muchos beneficios para la salud. Aunque casi todos ellos (carne, pescado, lácteos, huevos o vegetales) suelen ser productos más susceptibles a sufrir daños o contaminación.
Por este motivo, saber mantener los productos perecederos bajo las condiciones idóneas es básico para impedir enfermedades transmitidas por alimentos y una posible pérdida de calidad.
La mayoría de ellos requiere una conservación en frío, en sitios adecuados, limpios y dentro de los contenedores apropiados. Además, es necesario respetar otras normas de seguridad alimentaria en la cocina. Entre ellas, destacan lavarse las manos y las superficies antes de manipular alimentos, separar los crudos de los cocidos o aplicar las temperaturas adecuadas de cocción.
Pese al cumplimento de todos los pasos, los alimentos no están libres de sufrir algún tipo de perjuicio. Por esto, delante de una comida que pueda estar en mal estado (textura inadecuada, aparición de moho, olor fuerte o desagradable) es preferible desecharla.
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