Cómo curar un piercing
Revisado y aprobado por el médico Leonardo Biolatto
Antes de curar un piercing lo más importante es que haya sido realizado en las condiciones higiénicas adecuadas y por alguien que sepa lo que hace. Si el estudio en donde se lleva a cabo no cumple con unas condiciones básicas esto puede dar lugar a todo tipo de problemas.
En principio todo el material que se vaya a utilizar debe estar esterilizado. La persona que realice la perforación debe lavarse bien las manos, utilizar guantes quirúrgicos nuevos y no tocar nada que no se haya esterilizado previamente. Así mismo es necesario que desinfecte bien la parte del cuerpo en donde se hará la perforación.
La perforación o el piercing no puede realizarse sobre zonas de la piel que estén afectadas por quemaduras, lunares, manchas, cicatrices o verrugas. Obviamente quien haga el procedimiento no debe fumar, comer o beber mientras dura el procedimiento. Al final debe desechar todos los materiales utilizados.
Los cuidados iniciales
El piercing rompe la piel por ambos lados. Por lo tanto genera una lesión de cierta consideración. Lo normal es que la zona se inflame y se enrojezca generando molestias en los días siguientes. Para curar un piercing adecuadamente y prevenir que se infecte han de seguirse algunas medidas básicas como las siguientes:
- Perforación manual con aguja hueca: el uso de pistolas perforadoras suele dar origen a mayores problemas. Estas pistolas son mucho más difíciles de esterilizar y mantener higiénicas.
- Dejar la guía de la perforación: para curar el piercing adecuadamente es necesario dejar la guía o el “palito” que ponen allí. Si te lo quitas la piel quedará expuesta en carne viva y esto va a dificultar la cicatrización.
- Limpieza regular: es necesario hacer una limpieza diaria para curar el piercing y evitar que se presenten infecciones. Lo adecuado es hacerlo con jabón antibacteriano suave e hisopos de algodón. En los primeros días conviene hacer entre tres y cuatro limpiezas al día.
De otro lado lo recomendable es limpiar el piercing en una solución de agua mezclada con sal marina. Esto ayuda a eliminar las sustancias infectadas del mismo y contribuye a reducir la irritación.
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Curar un piercing con problemas
Para curar un piercing de forma correcta es importante que estés muy pendiente de cualquier señal de infección. A veces estas pasan desapercibidas. Si hay comezón permanente, enrojecimiento que no cesa, sensación de ardor, filtración de algún líquido por el orificio o mal olor es probable que se haya infectado.
Lo más adecuado en esos casos es consultar con el médico. Aunque las infecciones causadas por una perforación suelen ser leves y transitorias nunca te puedes confiar. Tampoco es recomendable acudir a medidas caseras o consejos populares ya que solo un profesional te puede orientar correctamente en esta situación.
Mientras el médico te indica lo que debes hacer para curar un piercing infectado lo mejor es que te abstengas de ponerte cremas, lociones o de ir a piscinas. A veces lo que hay detrás de estos casos es una posible alergia al metal.
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Problemas con un piercing antiguo
Por lo general el agujero de la perforación sana completamente después de un lapso de entre dos y siete meses. Solo hasta que estés seguro de que el piercing sanó por completo puedes retirarlo. Hacerlo antes te expone a irritación o infección.
Lo aconsejable es que, una vez sano, laves el agujero dos veces al día, preferiblemente con solución salina. Debes hacerlo con mucho cuidado para evitar lastimarte. Es necesario que durante todo ese proceso hagas un seguimiento continuo para verificar que todo marcha de forma correcta.
Si después ya no quieres seguir llevando el piercing debes saber que solamente los agujeros muy pequeños se cierran completamente sin ayuda médica. Los agujeros más grandes van a necesitar de atención especializada, la cual incluye el uso de sustancias cicatrizantes.
Otros datos a tener en cuenta
No todos los piercings se curan de igual manera. No hay que olvidar que se trata de una herida abierta y entraña diversos riesgos que están relacionados con la parte del cuerpo en donde se realice. Los piercings que se curan más rápido son los de la oreja, la nariz y la lengua. En cambio, curar un piercing en el ombligo puede llevar hasta siete meses.
Para curar un piercing en la boca no solo se necesitan las medidas higiénicas señaladas, sino que también es necesario evitar los alimentos grasos, picantes, ácidos y las bebidas alcohólicas. Los piercings en la lengua exigen el uso de enjuaguel piercing bucal sin alcohol, de dos a tres veces al día.
Los piercings en el cuerpo exigen que no te pongas ropa ajustada mientras sanan. Los piercings genitales pueden demorar hasta 10 semanas en sanar. No es conveniente tener relaciones sexuales en los primeros días y después usar siempre preservativos.
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Mataix, J., & Silvestre, J. F. (2009). Reacciones cutáneas adversas por tatuajes y piercings. Actas Dermo-Sifiliográficas, 100(8), 643-656.
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