Cómo detectar a tiempo anomalías en la tiroides
La tiroides es una glándula que controla ciertos procesos importantes de nuestro cuerpo. Cuando la glándula tiroidea se ve afectada, muchos órganos de nuestro cuerpo también sufren las consecuencias, derivando en diferentes problemas de salud. Según las estadísticas mundiales, las anomalías en la tiroides afectan en mayor porcentaje a las mujeres, especialmente después de los 40 años, durante o después de un embarazo.
La función principal de la glándula tiroidea es producir tres hormonas: tiroxina (T4), triyodotironina (T3) y calcitonina. Las T4 y T3 son las que están relacionadas con el metabolismo de nuestro cuerpo y estimulan casi todas las células corporales, que a su vez interfieren en las funciones vitales. Teniendo en cuenta que es una glándula tan importante, es necesario prestarle mucha atención e identificar si podemos estar sufriendo algún tipo de disfunción que, a posteriori, pueda convertirse en un problema mayor.
Por lo general, no existe una sintomatología clara que nos permita detectar alguna anomalía sus primeras etapas. Por esta razón, los exámenes de laboratorio clínico desempeñan un papel muy importante, ya que mediante estas pruebas directas se puede identificar si pudiera haber o no algún tipo de problema relacionado. Así lo afirma este estudio del Instituto Nacional de Endocrinología de La Habana (Cuba).
¿Cómo se diagnostica un problema de tiroides?
Si se detecta a tiempo algún tipo de anomalía tiroidea, la persona puede recibir un tratamiento oportuno, lo que ayudará a disminuir los síntomas, a controlarlos y a aprender a vivir con una enfermedad que, bien tratada, no tiene por qué afectar a su calidad de vida.
Pero, ¿cómo se realiza este examen?
- En primer lugar, se revisa la historia clínica del paciente y su historia familiar.
- Luego, se hace un examen físico que incluye la palpación del cuello, para buscar alguna pista importante.
- La prueba analítica es la manera más efectiva, pues a través de ella se pueden estudiar los valores de hormona tiroidea y TSH.
¿Qué síntomas nos alertan de las anomalías en la tiroides?
Como ya se ha mencionado, las alteraciones de la glándula tiroides no son fáciles de detectar, especialmente en sus etapas iniciales. A menudo, las anomalías tiroideas se pronuncian con síntomas comunes, que pueden hacer que los profesionales en salud lo confundan con otro trastorno más leve, aunque no menos importante, como pueden ser el estrés, la fatiga, la depresión o la demencia.
Por esta razón, es importante estar bien informados y saber que si tenemos síntomas frecuentes debemos consultar al médico y exigirle un examen concreto que nos permita tener un diagnóstico más claro y, sobre todo, a tiempo. Es cierto que algunos de estos síntomas se pueden presentar debido a otros trastornos, pero si no son temporales y continúan afectando a nuestra calidad de vida, deberemos preocuparnos.
Alteraciones en nuestro metabolismo
Cualquier tipo de anomalía en la tiroides provoca alteraciones en nuestro metabolismo, lo que puede generar, a su vez, otros trastornos en nuestros órganos y acabar derivando en serios problemas de salud. Como es muy común en las mujeres, se puede pronunciar afectando a su ciclo menstrual e incluso a su fertilidad. Conocer bien todos los síntomas de las anomalías en la tiroides nos permitirá evitar sus consecuencias.
Un hipotiroidismo no controlado puede producir problemas de sobrepeso, colesterol elevado y riesgo de sufrir problemas cardiovasculares. Además, también puede producir nerviosismo, depresión, falta de ánimo o apatía. Otros síntomas que nos permiten alarmarnos a tiempo pueden ser la hinchazón de la cara y los ojos; expresión facial pálida; cambios en la voz; aumento de la transpiración; calambres; pérdida de cabello y cambios en la piel.
Desmejora la calidad de vida
Estos síntomas claramente desmejoran la calidad de vida de la persona y le impiden llevar un estilo de vida normal. Muchas veces, el paciente no tiene muy claro qué es lo que le sucede, dificultándole al profesional de la salud la detección a tiempo de un problema en la tiroides. Por esta razón, es muy importante estar bien informados al respecto, tanto para identificar si se padecen las señales mencionadas como para sospechar de un problema de tiroides.
Como el riesgo se incrementa especialmente a partir de los 40 años, se recomienda la realización de controles periódicos cada cinco años. Asimismo, las mujeres embarazadas deben tener un control especial, que incluya revisión de la tiroides, para prevenir complicaciones durante o después del embarazo, tanto para ellas como para el bebé.
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