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Pollo en mal estado: cómo identificarlo y prevenir riesgos

7 minutos
Si el pollo se siente resbaladizo al tacto y si tiene una coloración gris o manchas amarillas, descártalo. Podría significar que ha comenzado a descomponerse. Descubre otras señales de que el pollo no está apto para consumir.
Pollo en mal estado: cómo identificarlo y prevenir riesgos
Leonardo Biolatto

Revisado y aprobado por el médico Leonardo Biolatto

Última actualización: 01 agosto, 2024

El pollo es una gran fuente de proteínas, vitaminas del complejo B, minerales como hierro y otros nutrientes esenciales para el cuerpo. Sin embargo, como cualquier carne de animal, es susceptible a la contaminación bacteriana y al deterioro si no se maneja y almacena de la manera adecuada.

Es común tener un pollo en la nevera y no estar seguro de si está apto para el consumo o no. Por eso, en este manual práctico podrás aprender a determinar si esta proteína está en buen estado, a partir de aspectos como: su olor, su color o su textura.

¿Qué pasa si como pollo en mal estado?

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Si compras el pollo en el supermercado, investiga bien el envase para cerciorarte de que está en buen estado.

Cada español consume unos 10,5 kilos de pollo al año en España, según el último Informe del Consumo Alimentario. Esto lo convierte en el tipo de carne más consumida, y la explicación es sencilla: además de ser más económica que la carne de res o de cerdo, tiene una gran cantidad de nutrientes.

Los principales componentes de la carne de pollo son agua (un 70 %), proteínas (20 %) y grasa (hasta un 10 %), pero también incluye aportes significativos de hierro, zinc, selenio, fósforo, magnesio y vitaminas de los complejos A y B, según describe la Fundación Española de Nutrición.

Para garantizar la calidad nutricional del pollo ―y disfrutar de su sabor― es necesario un correcto almacenamiento y manejo del alimento. Un pollo deteriorado puede contener bacterias como Salmonella, Clostridium perfringens, Campylobacter, E. coli y más. Ingerirlas puede desencadenar una intoxicación alimentaria que incluya vómitos, náuseas, diarrea, fiebre y malestar general.

Estas son 7 señales de que el pollo no está fresco

Existen muchas maneras de darse cuenta de que la carne de pollo no es apta para el consumo. Desde el aspecto hasta el olor, hay una serie de señales que indican que es mejor descartarlo, ya sea que viene desde el supermercado o que haya estado almacenado en tu congelador. Veamos, a continuación, siete indicios que te darán la pauta de que debes deshacerte de este alimento.

1. El olor

El olor es la primera señal que debería alertarte que una pieza de pollo está en mal estado. Si tiene un olor desagradable, significa que hay bacterias que están proliferando en la carne y que pueden representar un riesgo para la salud si se consume.

Un olor desagradable puede traducirse en un hedor amargo o agrio, en olor a amoníaco o sulfuro; también cualquier olor que no sea el característico aroma natural y ligero del pollo.

2. Fecha de caducidad

El pollo es uno de los alimentos que no debes consumir si ya han caducado, sobre todo si tienes dudas sobre su frescura. Antes de comprar el pollo, asegúrate de que la fecha de caducidad esté vigente y que aún haya tiempo suficiente para consumirlo antes de que expire.

Por otra parte, mucha gente se pregunta qué ocurre si el pollo vence mientras está congelado. En ese caso, y si no existe ningún indicio de deterioro, podría consumirse incluso después de su fecha de vencimiento, pues las temperaturas bajas actúan como conservante.

3. Textura

La textura es otra señal que nos habla sobre la frescura del pollo. Si al tocar la pieza se siente elástica y firme, está en buen estado. Si— por el contrario— está pegajosa, resbaladiza o presenta áreas blandas, podría ser un signo de que las bacterias han comenzado a descomponer la carne y que ya no es segura para el consumo.

4. Color

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Si el pollo tiene una coloración extraña, es indicio de que no está en buen estado.

El pollo fresco, cuando está crudo, presenta una coloración rosa y carnosa. Si es opaca, es probable que esté comenzando a echarse a perder. Si es gris, significa que ya está deteriorado, y es mejor descartarlo.

También es posible que presente manchas amarillas u oscuras; cualquiera de estas señales debería alertarnos, pues podría tratarse de moho o de bacterias.

5. Estado del envase

Es común que, cuando compramos pollo en el supermercado, no nos fijemos con detalle en la bandeja en la que viene la pieza. Sin embargo, es recomendable cerciorarse muy bien de que el alimento esté cerrado de manera hermética.

Si el paquete está rasgado, significa que permite la entrada del aire y de contaminantes externos, lo que aumenta el riesgo de contaminación bacteriana.

6. Capa de hielo

Algo que muchas personas no saben es que una capa de hielo gruesa sobre el pollo puede significar que ya no está en buen estado porque lleva demasiado tiempo congelado, o porque ha sido congelado y vuelto a congelar varias veces. En cualquier caso, nos comunica que ha sido expuesto a fluctuaciones de temperatura, lo que podría comprometer su calidad y seguridad.

7. Sensación al cocinar

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Desecha el pollo si, al cocinarlo, notas algo fuera de lo común en su textura, sabor u olor.

Es posible que el pollo pase una inspección visual realizada por ti, pero que te des cuenta de que algo no va bien al momento de cocinarlo o al probarlo.

Por ejemplo, si cuando lo estás cortando percibes un olor extraño, o si la textura de la carne se siente extraña en la boca, podría significar que el pollo estaba en mal estado. Confía en tus sentidos al cocinar pollo y, si algo parece fuera de lo normal, descártalo.

Sigue estos consejos para almacenar y manipular el pollo de forma correcta

Para garantizar que el pollo que comemos esté en buen estado, es sustancial que se manipule de manera correcta desde el comienzo de la cadena de producción. Sin embargo, una vez que llega a casa, también hay unas cuantas cosas que podemos hacer para asegurar su frescura y su seguridad.

1. Guarda las sobras de pollo de manera correcta

El pollo crudo puede conservarse en la nevera entre uno y dos días. Ahora, si has cocinado pollo y quieres guardar las sobras, el cocido puede conservarse en la nevera unos tres o cuatro días. Más allá de ese tiempo, aumenta el riesgo de contaminación bacteriana.

Al guardar las sobras de pollo, hazlo en un envase cerrado de forma hermética, para evitar que agentes contaminantes externos puedan ingresar.

2. Congela el pollo hasta nueve meses

El pollo puede congelarse hasta nueve meses, aunque cuanto más tiempo pase congelado menos valor nutricional tendrá. En cuanto a la temperatura, los expertos recomiendan que las carnes y las aves se guarden en el refrigerador a menos de 4 °C, pues las bacterias tienden a crecer de manera más lenta por debajo de esta temperatura.

3. No recalientes el pollo

También debes tener en cuenta que el pollo es uno de los alimentos que no deben ser recalentados si han estado almacenados por mucho tiempo. Esto podría promover el crecimiento bacteriano, además de perder su calidad y sabor.

4. No vuelvas a congelar el pollo

Una vez que el pollo ha sido descongelado, consúmelo o descártalo. Si lo vuelves a congelar, se afectará el valor nutricional de los alimentos, pero además las bacterias inactivas podrían multiplicarse de nuevo, aumentando el riesgo de intoxicación alimentaria.

5. Desinfecta el área cuando descartes un pollo en mal estado

Si has identificado una pieza de pollo en mal estado y quieres deshacerte de ella, hazlo de manera segura para evitar contaminar el área de la cocina donde cocinas otros alimentos.

Al manipular el pollo, no lo toques directamente. Pon la pieza en mal estado en una bolsa de plástico con cierre hermético para contener cualquier goteo o residuo, y luego deséchala en la basura de manera segura. Luego, lávate bien las manos y no olvides desinfectar cualquier rincón que haya estado en contacto con el pollo.

¿Qué hacer si consumes pollo en mal estado?

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Consumir pollo en mal estado podría causarte una descompostura.

Si has consumido pollo en mal estado y experimentas algún síntoma como vómitos, diarrea, fiebre o náuseas, busca atención médica. Además, no olvides hidratarte y descansar para recuperarte lo antes posible.

Por último, si el pollo ha llegado en mal estado desde algún establecimiento comercial, reporta el incidente para evitar que otras personas corran la misma suerte.

Como ves, para darte cuenta de la frescura de un pollo basta con una inspección con tus propios sentidos. Si sigues estos consejos, podrás disfrutar del sabor y de los beneficios de un pollo seguro para el consumo.


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Este texto se ofrece únicamente con propósitos informativos y no reemplaza la consulta con un profesional. Ante dudas, consulta a tu especialista.