Cómo prevenir las lesiones mentales en el deporte y darles importancia
Escrito y verificado por el médico Leonardo Biolatto
En el deporte de alto rendimiento, las lesiones físicas siempre captan más atención que los problemas psicológicos. Sin embargo, las lesiones mentales están allí y se desarrollan progresivamente, durante meses o años, hasta que un día explotan.
El cerebro está preparado para darnos alarmas notorias cuando tenemos un problema físico. Ello nos hace responder con más urgencia a los dolores musculares, las distensiones, los esguinces y las fracturas, por ejemplo. Pero no sucede lo mismo cuando hablamos de salud mental en el deporte.
Alberto Valle, psicólogo y coach de deportistas de alto rendimiento, reconoce que en la actualidad existe una mayor concienciación sobre las necesidades psíquicas y emocionales de los atletas. No obstante, queda camino por recorrer. Conversamos con el especialista para ahondar en el tema.
¿Por qué los deportistas de alto nivel pueden sufrir lesiones mentales?
Para el experto Alberto Valle, el deporte de alta competición se enmarca en una actividad «bajo presión extrema, en un entorno que busca el máximo resultado durante el máximo tiempo». El grado de tensión es elevado y no tener las herramientas necesarias para gestionar la situación puede acarrear daños a largo plazo.
Además, tras el abandono de la actividad profesional, suele haber anonimato, agrega Valle. Es otra parte importante de la vida de los deportistas que, si no se planifica, no permitirá el disfrute de los años de retiro.
También hay que considerar que el deporte de alto nivel se asocia con la fama. Dicha exposición mediática y a la opinión pública genera mucho estrés.
Un atleta que no está entrenado para afrontar la presión de ser famoso, podría sufrir daños en su salud mental. Como explica el psicólogo, hay una gran pérdida de la privacidad y las exigencias crecen sobre la persona: qué debe hacer, cómo debe comportarse, quién lo está observando, cuántos logros necesita alcanzar y sostener en el tiempo.
«La imagen ha de ser siempre la de la perfección física y moral —desarrolla Alberto Valle, al hablar de las expectativas públicas sobre un deportista famoso—. Cuando eso no sucede, se reciben oleadas de críticas feroces».
Las lesiones mentales no son solo de los deportistas
La fama no es exclusiva de los atletas de élite. Y las circunstancias de rendir al máximo en muy poco tiempo se reproducen en ámbitos laborales que están alejados de las cámaras.
Basta pensar en los casos históricos de artistas que, para lidiar con la presión y los plazos de entrega de sus obras, recurrieron a sustancias ilegales y comprometieron su salud. E, incluso, pusieron en riesgo su vida.
Es así que, según relata Valle, los psicólogos como él no trabajan solo con deportistas. También lo hacen con músicos, actores o grandes empresarios.
Hay una realidad común que se reproduce en estas personas. «Todos tienen una misma base de estrés-ansiedad-depresión y, a partir de ahí, manifestaciones que oscilan entre miedo escénico, sensación de soledad, fobias, ataques de ansiedad o adicciones», nos hace saber el coach.
Estrategias para prevenir las lesiones mentales en el deporte de élite
Cuando un deportista empieza su camino profesional, es importante que dé relevancia a su salud mental. En concreto, debería prestar atención a su bienestar emocional y ser capaz de reconocer en qué cuestiones destaca y en cuáles no.
Hay un proceso de aprendizaje respecto a las emociones. Los atletas necesitan entender cómo ellas modifican su comportamiento y sus actos, lo que, en definitiva, impactará en su carrera deportiva.
Es clave no perder la motivación. Como recalca el coach de alto rendimiento, «la gestión emocional y el desarrollo de la resiliencia y la asertividad van a ayudar a enfrentarse a un entorno competitivo extremo, para seguir disfrutando de la pasión, sin que ella nos consuma».
Y añade el psicólogo: «Si no estamos entrenados en el reconocimiento de las emociones, es probable que aguantemos lo indecible antes de buscar ayuda». Al esconder los sentimientos, se demora la atención y existe la posibilidad de llegar al profesional en un estado avanzado de lesión mental.
Para Alberto Valle, el mindfulness y las técnicas de relajación son estrategias útiles en pos de afrontar los momentos de máximo estrés competitivo. Y, por supuesto, el acompañamiento de un buen psicólogo puede marcar la diferencia.
El especialista también destaca la necesidad de una red de apoyo de amigos y familiares. Ellos ayudan a «poner pie en tierra y conectar con el mundo real, alejado de los focos», complementa.
El acompañamiento es igual de importante en el retiro del mundo de la competición. La gestión de dicho cambio vital requiere una planificación.
¿Cuál es el rol del psicólogo deportivo?
Valle reconoce que es difícil para los deportistas entender que pueden recurrir a un psicólogo, aunque ahora no tengan problemas evidentes. En realidad, ese sería el mejor momento para comenzar con el apoyo profesional, pues les ayudaría en la preparación para enfrentar las tensiones futuras. Más aún, si nos alejamos de la élite y entramos en el mundo del deporte amateur, menor es la importancia que se da a los profesionales de salud mental.
Y, sin embargo, la figura del psicólogo deportivo se hace imprescindible para cuidar y potenciar al atleta de alto rendimiento. Sin un apoyo acorde, señala el especialista, «es fácil que el deportista caiga en la desesperanza».
El psicólogo está obligado a ser la máxima ayuda y quien aporte mayores cuotas de sinceridad al deportista, para conducirlo a una mejor salud mental, independientemente de lo que digan los resultados o los patrocinadores.
También es necesaria la ayuda profesional para permanecer en lo más alto. Muchos deportistas llegan a rozar el máximo nivel de competición, pero no lo pueden sostener a largo plazo. Y es que intentar seguir ese ritmo de exigencia, sin un psicólogo deportivo, es causa segura de desgaste y, quizás, hasta de abandono.
Un tema que necesita más atención
De muchas personas que alcanzan grandes metas en sus profesiones, se dice que tienen un talento natural. No obstante, la carencia de entrenamiento mental ha dado lugar a finales trágicos.
La falta de desarrollo de habilidades para la gestión emocional se vuelve un obstáculo cuando se llega a niveles de altas exigencias. Y las lesiones mentales que se produzcan podrán perdurar para toda la vida, aun cuando haya sucedido el retiro de la competición.
Desde su experiencia, Alberto Valle considera que hoy existe más preparación y prevención de los daños psicológicos en el deporte. De todas maneras, todavía queda mucho camino por recorrer para que los atletas entiendan la necesidad de poner su salud mental en manos especializadas.
Este texto se ofrece únicamente con propósitos informativos y no reemplaza la consulta con un profesional. Ante dudas, consulta a tu especialista.