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Conoce las diferencias entre lunares y verrugas

4 minutos
Al contar con irrigación sanguínea propia, las verrugas podrían causar sangrados abundantes si no se las extirpa usando el procedimiento médico adecuado.
Conoce las diferencias entre lunares y verrugas
José Gerardo Rosciano Paganelli

Revisado y aprobado por el médico José Gerardo Rosciano Paganelli

Escrito por Yamila Papa Pintor
Última actualización: 01 febrero, 2024

Muchas veces confundimos los lunares con las verrugas. Pero, ¿por qué es necesario conocer las diferencias que hay entre ambos? Pues bien, saber identificarlos nos pone en mejores condiciones para la detección temprana de anomalías en la piel. Y, esto es algo muy necesario para poder evitar un posible cáncer de piel, por ejemplo. En este artículo, te las explicamos.

Características de los lunares

El lunar común es un pequeño bulto en forma de cúpula, que aparece en la piel. Tiene 5 mm de ancho. Normalmente, es ovalado o redondo. Su superficie es lisa y tiene un borde definido. Suele ser de color rosado, castaño o tostado. Puede aparecer en cualquier momento de la vida, si bien nacemos ya con muchos de ellos.

Los lunares de las personas de piel clara son de color rosa mientras que los de las personas de tez morena son tostados. También se ha comprobado que quienes tienen cabello y piel clara presentan más cantidad de lunares que aquellos cuyos cabello y piel son oscuros.

Los lunares son lesiones en la piel que contienen gran cantidad de células encargadas de dar pigmento, llamadas melanocitos.

En promedio, un adulto tiene alrededor de 40 lunares en todo su cuerpo. Las probabilidades de que se conviertan en cancerígenos oscila entre el 0,1% y el 0,2%.

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Ahora bien, es preciso consultar con el dermatólogo si el lunar:

  • fuera plano y grande
  • no tuviera forma redonda u ovalada
  • su borde estuviera poco definido

El médico se encargará de hacer un diagnóstico, para lo que quizás indique la realización de estudios especiales. Este consejo es aún más relevante si aparecieran más lunares en otras partes del cuerpo. También, si alguno de estos nuevos lunares o de los ya existentes cambiara su aspecto.

He aquí, pues, algunos aspectos que deberás observar:

  • altura (su apariencia fuera más abultada)
  • tamaño
  • forma
  • si picara, sangrase o supurara
  • o bien, si apareciese un lunar que no se asemejara al resto, si los hubiera

En estos casos, lo habitual es que se extraiga el tejido para analizarlo con el fin de descartar la presencia de células cancerosas.

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Los factores que aumentan la posibilidad de que un lunar se convierta en melanoma son:

1. Cantidad de lunares

Las personas con más de 50 lunares comunes tienen más probabilidades de padecer algún tipo de complicación y hasta melanoma o cáncer de piel. Sin embargo, es de destacar que la gran mayoría de los lunares comunes no producen ninguna patología grave. Por eso, podemos tenerlos sin que nos causen ningún problema.

2. Exposición solar

La radiación solar es muy dañina para nuestro organismo. Por ejemplo, tumbarse en la playa entre las 11 horas y las 16 horas, así como en la cama solar, podría provocar quemaduras graves. Todo ello incrementa el riesgo de padecer cáncer de piel. De ahí la importancia de no exponerse demasiado tiempo al sol y usar cremas con factor de protección solar.

3. Antecedentes familiares

¿Algún miembro de tu familia ha padecido problemas en la piel o melanoma? Si fuera así, es todavía más importante que evites la exposición al sol y que estés atenta a la aparición de nuevos lunares.

Las personas con piel muy clara, rubias o pelicoloradas, corren mayor riesgo de que los lunares devengan melanomas. Lo mismo sucede con los individuos con ojos verdes, azules o grises.

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Si tu piel fuera muy sensible a la exposición al sol, has de observar cuidadosamente las manchas que vayan apareciendo.

Características de las verrugas

Las verrugas son lesiones cutáneas provocadas por el virus del papiloma humano. Su forma es variable y, por lo general, más visibles que los lunares. Son profundas, por lo que pueden afectar a varias capas de la piel. Por eso, su extirpación no siempre es sencilla.

Al contar con irrigación sanguínea propia, podrían causar sangrados abundantes si no se las extirpa usando el procedimiento médico adecuado. Su manipulación también podría causar dolor porque la verruga compromete terminaciones nerviosas.

El desarrollo de las verrugas está relacionado con un fallo del sistema inmunitario. Según el serotipo, el virus podría afectar diferentes zonas del cuerpo: manos, rostro, nuca, pies, axilas, genitales, etc. A veces, se desprenden solas y desaparecen de forma espontánea.

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Las técnicas que se usan para eliminar las verrugas son diversas. Entre otros factores, dependen de la gravedad de la lesión, del tamaño, de dónde se encuentre.

  • Criocirugía: se utiliza nitrógeno líquido o dióxido de carbono sólido (conocido como hielo seco) para congelar el tejido. Es un tratamiento algo doloroso, pero es de los más efectivos para erradicar las verrugas.
  • Medicación tópica: preparados especiales con ácidos que las queman poco a poco.
  • Electrodesecación: no se recomienda en el caso de que las verrugas sean benignas, ya que genera cicatrices.
  • Extirpación quirúrgica: no es muy efectiva y casi no se utiliza, debido al riesgo de diseminación viral y al alto índice de reincidencia.
  • Antibiótico inyectable: causa la inhibición del ADN de la verruga para prevenir que se siga expandiendo.
  • Láser: es la más usada en casos de pacientes con verrugas que molestan, pero que no presentan condiciones o características nocivas. Se aplica una inyección en el centro de la verruga para dormir la zona y se extrae “quemando” los alrededores para que se desprenda sola. No quedan cicatrices.

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