Consejos de alimentación durante y después de la radioterapia

La radioterapia y la dieta pueden actuar de manera sinérgica. Además, cuidar la alimentación en estas situaciones reduce los efectos secundarios propios del tratamiento.
Consejos de alimentación durante y después de la radioterapia
Saúl Sánchez Arias

Escrito y verificado por el nutricionista Saúl Sánchez Arias.

Última actualización: 06 julio, 2023

Los procesos oncológicos son enfermedades complejas que requieren un tratamiento preciso que combine farmacología y dieta. De este modo, puede producirse un efecto sinérgico entre ambos componentes, mejorándose el pronóstico. Por este motivo, te vamos a ofrecer una serie de consejos de alimentación durante y después de la radioterapia.

En los últimos años, las recomendaciones nutricionales en el marco del cáncer han variado mucho. Antes se apostaba por un modelo hipercalórico y rico en carbohidratos. En la actualidad, se defiende lo contrario. La restricción de los azúcares y el aporte de ciertos micronutrientes parece ser efectivo para incrementar la supervivencia.

Alimentación durante la radioterapia

La dieta en el proceso de radioterapia tiene como objetivo reducir los efectos secundarios de la misma y aumentar su efectividad. Para esto último se pueden utilizar estrategias como la dieta cetogénica, sobre todo en tumores dependientes de la glucosa.

De acuerdo con una investigación publicada en la revista Molecular Metabolism , la restricción de los carbohidratos resulta útil como tratamiento coadyuvante en procesos oncológicos, ya que retrasa o frena el crecimiento tumoral. No obstante, es preciso ofrecer una serie de recomendaciones dietéticas más precisas para evitar efectos secundarios propios del tratamiento.

Diarrea por radioterapia.
La diarrea es uno de los efectos secundarios más frecuentes de la radioterapia, por lo que la dieta se convierte en una aliada clave para reducirla.

Para evitar la boca seca

Es frecuente que los tratamientos oncológicos originen una sensación constante de boca seca. Para evitar esta condición es preciso consumir pequeñas cantidades de agua de manera regular. Además, es necesario evitar los alimentos secos, por lo que puede resultar una buena opción utilizar salsas un poco grasas o triturar los alimentos en forma de puré.

Si existe mucositis

La mucositis es la inflamación de toda la mucosa del aparato digestivo. En este tipo de situaciones, la prioridad es evitar ofrecer alimentos con carácter ácido, como los cítricos. Aquellos de textura dura tampoco son una buena opción. En su lugar, opta productos fríos que ofrezcan un ligero efecto analgésico.

Cuando aparece dificultad para tragar

Cuando se manifiesta la disfagia, lo óptimo es fraccionar las comidas para evitar los volúmenes de alimento grandes. Además, puede ser conveniente no introducir en la dieta sólidos duros, como la carne.

Una estrategia eficaz es triturar las preparaciones hasta obtener un puré y consumirlas junto a tragos frecuentes de agua.

En casos de falta de apetito

Es frecuente que los tratamientos oncológicos provoquen reducción del apetito, tal y como afirma una investigación publicada en Support Care in Cancer. En este caso, es importante repartir la cantidad de calorías diarias en varias comidas pequeñas.

A pesar de que tradicionalmente se recomendaba elegir alimentos ricos en carbohidratos en estos casos, en la actualidad se pone en duda este consejo.

Para saber más: ¿Por qué el estrés aumenta el apetito?

Si existen diarreas

El últimos de los efectos secundarios más frecuentes de la radioterapia es la diarrea. Para evitar dicho problema, resulta esencial la ingesta de alimentos lácteos fermentados y de fibra soluble, como la presente en las manzanas. Los probióticos del yogur han demostrado ser eficaces en el tratamiento de esta condición intestinal.

Cuando la radioterapia se aplica a nivel abdominal, es mucho más probable que se desarrollen diarreas a lo largo del proceso. Por este motivo, se pueden poner en marcha una serie de cambios más estrictos.

Resulta fundamental plantear una alimentación pobre en residuos, con un bajo contenido en fibra. Al mismo tiempo, se debe de moderar la presencia de grasas y de leche, incrementando la ingesta de líquidos.

Alimentación después de la radioterapia

Una vez concluido el tratamiento, es posible aplicar una serie de protocolos dietéticos con el objetivo de estimular los procesos de autofagia internos y mejorar el funcionamiento general del organismo. Uno de ellos es el ayuno intermitente, cuya implementación se ha asociado con un menor riesgo de desarrollar problemas oncológicos por reincidencia.

Por otra parte, se recomienda la restricción de los alimentos ultraprocesados. La presencia de grasas trans y de aditivos en los mismos resulta contraproducente para la salud. Es siempre preferible elegir productos frescos, como los vegetales, las carnes o los pescados.

Al mismo tiempo, se desaconseja el consumo de alcohol y de refrescos. Estos últimos contienen grandes cantidades de azúcares simples o de edulcorantes artificiales que dificultan el funcionamiento de los procesos fisiológicos.

Paciente oncológica en radioterapia.
Una vez finalizado el tratamiento de radioterapia, la dieta sigue siendo un pilar para prevenir recaídas.

La alimentación en la radioterapia es un punto de apoyo

Según hemos comentado, la alimentación es capaz de reducir los efectos secundarios de la radioterapia. Además, mejora sus efectos, siempre y cuando se introduzcan nutrientes de calidad y se limiten los alimentos que se consideran nocivos.

Por este motivo, si sufres cualquier proceso oncológico, acude al nutricionista como parte complementaria del equipo de abordaje. Este profesional podrá elaborar un plan dietético a tu medida que actúe de manera sinérgica con la farmacología administrada. De este modo, se mejorarán el pronóstico y el manejo de la patología.


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