7 consejos para limpiar paredes blancas de forma fácil

No hay dudas de que las paredes blancas son estéticas, combinables y luminosas. Sin embargo, pueden representar un problema al momento de la limpieza. Sigue estos consejos para dejarlas como nuevas.
7 consejos para limpiar paredes blancas de forma fácil

Escrito por Jonatan Menguez

Última actualización: 06 julio, 2023

Un color que nunca defrauda ni pasa de moda. La pintura blanca en el hogar hace que las habitaciones ganen luminosidad y sensación de amplitud. Sin embargo, son algo complejas de mantener. La más pequeña mancha puede ser muy notoria en este tipo de decoración. Por lo tanto, es recomendable aplicar ciertos consejos para limpiar paredes blancas de forma sencilla y duradera.

Las huellas dactilares, el roce de los muebles, las manos de los pequeños o el polvo acumulado afectan las paredes blancas más que a cualquier otra. Debido a esta condición, es importante efectuar su limpieza con los métodos correctos. Los mismos pueden incluir desde productos desengrasantes hasta bicarbonato de sodio.

¿Por qué son importantes los consejos para limpiar paredes blancas?

Las paredes blancas dan un aspecto elegante a las habitaciones, además de amplificar el espacio y ser fáciles de combinar. Su luminosidad es una característica aplicable a numerosos estilos decorativos.

Sin embargo, para que funcionen estas ventajas, es necesario mantenerlas limpias. La mayor desventaja de estas paredes es la facilidad con que se ensucian.

Basta con tener un interruptor de luz para notar las manchas de dedos alrededor o identificar pequeños sectores sucios producto de la circulación de polvo. Las sillas, las mesas o las bibliotecas suelen generar marcas por roce, mientras que los niños pueden ensuciarlas con facilidad si juegan cerca.

¿Con qué frecuencia higienizarlas?

Todas estas posibilidades vuelven fundamentales los consejos para limpiar paredes blancas; tarea que debe realizarse durante las limpiezas profundas. En estas instancias es cuando se dispone el espacio, es decir, se corren los muebles, se descuelgan los cuadros y se levantan las sillas.

De esta manera, se puede aprovechar para pasar un paño seco que remueva el polvo de las mismas hasta en los sectores más complejos de acceder. Es frecuente que las higienizaciones de este tipo se efectúen 1 o 2 veces por mes. Sin embargo, las paredes blancas exigen que ciertas manchas se remuevan de inmediato.



Los mejores consejos para limpiar paredes blancas

Es común frustrarse después de pintar una pared de blanco y divisar una mancha al poco tiempo. El mantenimiento de las mismas es complejo y requiere de acciones inmediatas. Por lo tanto, es recomendable seguir una serie de consejos para limpiar paredes blancas.

1. Disponer de las herramientas necesarias

No es lo mismo quitar una mancha específica de lodo que efectuar una limpieza general o una remoción de polvo. Por este motivo, es importante identificar el tipo de higienización que se quiera realizar. En el caso de limpiezas generales, basta con una esponja, servilletas de papel, una toalla y un paño de microfibra.

Para manchas más complejas utilizar bicarbonato de sodio, limpiadores multiusos, detergente para platos y cepillo para fregar. Si se van a emplear productos de limpieza con mezclas entre ellos, será recomendable colocarse guantes de látex para proteger la piel.

Productos de limpieza para paredes blancas.
Los productos de limpieza químicos ameritan un cuidado especial al ser manipulados.

2. Adquirir productos especiales para manchas pegajosas

En el caso de las manchas relacionadas con la comida, la bebida y cualquier elemento similar, es recomendable aplicar algún producto de limpieza multiusos. A través de un paño o una toalla de papel, la colocación de estos desengrasantes suele ser efectiva para blanquear las paredes con manchas pegajosas.

Hay que accionar de forma rápida cuando las mismas se generan.

3. Limpiar de arriba hacia abajo

Tanto para las paredes blancas como para evitar los restos de polvo, se recomienda remover la mugre de arriba hacia abajo. De esta manera, todo lo acumulado en la parte superior cae hacia el suelo y luego se efectúa la limpieza del mismo. Para quitar el polvo de las paredes blancas, basta con pasarle un paño de microfibra húmedo.

Para las partes altas se puede ajustar el paño a una escoba u otro elemento similar, que sirva para llegar a esos espacios. Es importante remojar el artículo de forma constante. De esta manera, se evita que la mugre se acumule en el paño y se extienda por toda la pared.

4. Borrador mágico

Se trata de una herramienta que solo debe aplicarse en casos extremos, ya que el borrador mágico es un objeto abrasivo. Está compuesto por espuma de melamina y actúa de manera similar a una lija.

Por lo tanto, es posible que dañe algunas superficies si se aplica con mucha fuerza. Es poco aconsejable en paredes con brillo. Sin embargo, humedeciendo y raspando con suavidad, el borrador mágico es capaz de remover manchas complejas.

5. Detergente para las manchas difíciles

En instancias más complejas de limpieza, es posible utilizar jabón para platos o detergente. Se trata de un producto poco aplicado fuera de su función principal, sin embargo, es efectivo en manchas de superficies que no salen con otros limpiadores.

Colocar una gota de detergente en una esponja y aplicarla sobre la mancha, frotando de manera suave hasta que se genere espuma, es lo ideal. Luego, dejar reposar durante unos minutos.

Una vez que la pared absorbió el producto, repasar la zona con un paño de microfibra humedecido en agua tibia. Si la mancha no salió del todo, repetir el proceso.



6. Bicarbonato de sodio

Un producto multiuso también efectivo para la limpieza es el bicarbonato de sodio. En el caso de las paredes blancas, se debe aplicar con un método similar al del detergente.

En primer lugar, mezclar en un recipiente 3 cucharadas de bicarbonato y 1 de agua. Se ha de generar una pasta de consistencia pegajosa.

Luego, colocarla sobre la mancha hasta cubrirla por completo. Dejar reposar durante más tiempo que el detergente y, una vez que se encuentra seca, frotarla con un paño de microfibra.

Es importante que el paño o la toalla de papel se encuentren un poco humedecidos.
Bicarbonato de sodio para limpiar paredes blancas.
El bicarbonato siempre es un limpiador que hay que tener a mano. Posee buenas propiedades para las paredes blancas.

7. Manchas específicas

Algunas marcas se generan por la circulación frecuente de polvo o el roce con los muebles, pero también existen manchas producidas por accidentes puntuales:

  • Marcas de dedos: es común que aparezcan huellas digitales en paredes cercanas a puertas, llaveros o interruptores de luz. En general, estas marcas se remueven con productos de limpieza multiuso. Es importante no humedecer tanto la zona ni los paños. Si se encuentra cerca de algún circuito de luz, cortar la electricidad con antelación.
  • Manchas de tinta o sangre: se trata de manchas bastante complejas de remover. Utilizar lejía o lavandina puede ser efectivo. Sin embargo, la pared blanca no debe tener motivos decorativos y el producto tiene que estar diluido en agua, en las proporciones que indique el fabricante. Aplicar mediante un paño y con guantes protectores.
  • Marcas de lápices: para este problema existe una solución más sencilla. Las marcas de lápiz suelen eliminarse con una simple goma de borrar. La goma de miga de pan serviría.
  • Humedad: las difíciles manchas de humedad se retiran también usando lejía. Aplicarla con un cepillo de cerdas duras y siempre llevando mascarilla, junto a la protección de manos y ojos, es lo recomendable. La lavandina tiene que estar diluida, al menos, en 3 medidas de agua por cada medida de lejía.

Ser cuidadoso con los movimientos

Para realizar una limpieza efectiva de las paredes blancas y mantenerlas en buen estado, hay que tener cuidado de no extender las manchas. Realiza movimientos suaves y circulares con el producto aplicado, ya sea mediante un cepillo, un paño o una toalla.

No se debe extender el raspaje más allá de la marca, ya que pueden afectarse otros sectores de la pared. Al finalizar, siempre quitar los restos de agua.


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