Consejos para combatir el hígado graso
Revisado y aprobado por el médico Leonardo Biolatto
La enfermedad de hígado graso no alcohólico es una afección causada por la acumulación de grasa en el hígado. Lo más común es el hígado graso simple, donde no hay inflamación ni daño en este órgano. En casos avanzados, se le conoce como esteatohepatitis no alcohólica que se caracteriza por la inflamación y afectación de las células hepáticas.
Según la Asociación Estadounidense de Gastroenterología, entre el 30 y el 40 % de los adultos en los EE. UU. padecen esta enfermedad. Su diagnóstico se realiza cuando más del 5 % de las células hepáticas contienen grasa.
Esta afección suele ser asintomática, solo en la enfermedad avanzada pueden aparecer síntomas, con frecuencia a nivel digestivo. De no tratarse, el hígado graso puede provocar daños graves en este órgano, aumentando el riesgo de desarrollar cirrosis y cáncer de hígado.
La buena noticia es que, en las primeras etapas, el hígado graso puede ser reversible al poner en práctica algunos cambios en el estilo de vida. Aquí te explicamos 6 consejos que pueden ayudarte a combatir el hígado graso. ¡Sigue leyendo!
1. Baja de peso
Bajar de peso es la primera medida para tratar el hígado graso. La causa más frecuente de esta condición son los trastornos metabólicos que se suelen acompañar de sobrepeso, como la obesidad, las dislipidemias y la resistencia a la insulina.
Al practicar actividad física y elegir una dieta sana, se puede disminuir la cantidad de grasa del organismo y del hígado, y tratar además, otros problemas de salud relacionados con el sobrepeso.
En este sentido, perder aproximadamente el 5% del peso corporal podría ser suficiente para mejorar las pruebas hepáticas anormales y disminuir la grasa en el hígado. Incluso, perder entre el 7 % y el 10 % del peso corporal, puede reducir la inflamación y daño a las células del hígado.
Eso sí, lo ideal es que se pierda peso de manera gradual y mantenida, pues bajar los kilos de forma rápida, puede ser contraproducente para este tipo de enfermedad hepática.
2. Elige una dieta baja en grasas y azúcares
Otro consejo clave para el hígado graso es cuidar la alimentación. Elegir los alimentos adecuados ayudará no solo a bajar de peso, sino a evitar la acumulación de grasa en el organismo. En este sentido, algunos cambios sugeridos en la dieta para tratar el hígado graso son:
- Limita la ingesta de grasas: Reemplaza las grasas saturadas y trans (como las carnes rojas, mantequillas, embutidos), por grasas insaturadas, como los ácidos grasos omega 3.
- Elige alimentos con bajo índice glucémico: Es decir, aquellos alimentos que elevan menos el índice de glucemia en sangre, como algunas frutas, verduras y cereales integrales. Evita el pan y el arroz blanco, pues estos son alimentos con un alto índice glucémico.
- Evita el azúcar: si padeces hígado graso, debes dejar a un lado los alimentos con alto porcentaje en azúcares simples, como la fructosa. Se debe evitar el azúcar de mesa, pues esta se convierte en glucosa y fructosa durante la digestión.
Incluye alimentos que reduzcan las grasas
La dieta mediterránea es una opción ideal, gracias a la combinación de grasas saludables, antioxidantes y carbohidratos complejos. Asimismo, algunos alimentos destacan por su aporte en la pérdida de grasa en el hígado, entre estos:
- Proteína de suero: Consumir proteína de suero puede ayudar a disminuir el peso y a reducir las grasas acumuladas en el hígado. Es posible también, que reduzca los niveles de enzimas hepáticas en enfermedad avanzada.
- Grasas monoinsaturadas como el aceite de oliva, aguacate, nueces.
- Fibra soluble: Contenida en panes integrales y cereales, es necesaria para que el hígado funcione a un nivel óptimo. Existen, también, frutas para tratar el hígado graso y verduras que tienen un alto contenido en fibra.
3. Ejercítate
Otro consejo a seguir si quieres tratar y revertir el hígado graso es hacer ejercicio de manera regular. El ejercicio permite bajar de peso y ayuda a controlar las alteraciones metabólicas asociadas a esta enfermedad.
En el hígado, el ejercicio aumenta la oxidación de los ácidos grasos, es decir, la degradación de los mismos, evita su formación y acumulación en este órgano y previene el daño de las células hepáticas.
Puedes practicar diferentes actividades físicas como natación, baile, ejercicios anaeróbicos de fuerza y resistencia, incluso andar en bicicleta o correr. Lo ideal es realizar este tipo de actividad 3 a 5 veces por semana, en sesiones diarias de 30 a 60 minutos.
En todo caso, el régimen y tipo de ejercicio se debe ajustar a las capacidades de cada persona.
4. Consume suplementos indicados
Aún no existe un tratamiento farmacológico aprobado para tratar el hígado graso. Solo se recomienda consumir vitamina E en las personas no diabéticas. La vitamina E es un antioxidante capaz de mejorar el daño a nivel celular que se desencadena en esta patología.
Consumir vitamina C y D, potasio y omega-3 (EPA y DHA), bien sea en forma de suplementos o eligiendo alimentos que lo contengan, también puede contribuir a mejorar la salud hepática. El salmón, las sardinas, el brócoli y productos lácteos bajos en grasas son alimentos que contienen estos nutrientes.
Otra opción, que sirve como complemento a los suplementos indicados por el especialista, es el uso de remedios naturales para el hígado graso.
Si bien algunas hierbas naturales como té verde, el cardo mariano, la alcachofa, el boldo y el diente de león tienen propiedades hepatoprotectoras y depurativas, es recomendable pedir la aprobación del médico antes de consumirlas.
5. Controla las enfermedades metabólicas
Llevar un control médico cuando se padece de hígado graso es una prioridad, en especial, cuando es consecuencia de trastornos metabólicos, como diabetes mellitus, obesidad, dislipidemias, hipotiroidismo, hipertensión arterial, entre otras. Al tratar este tipo de enfermedades, se puede mejorar o revertir esta enfermedad.
En caso de padecer diabetes mellitus, el médico indicará fármacos, como metformina o pioglitazona, los cuales pueden ayudar a tratar el hígado graso. Si el problema metabólico es la obesidad, es posible que el especialista evalué la necesidad de una cirugía bariátrica.
6. Elimina el alcohol y tabaco
Consumir alcohol, así sea de manera ocasional, acelera el daño de las células hepáticas en personas que viven con hígado graso. El alcohol se metaboliza en el hígado y puede generar toxicidad, lo que interfiere en la eliminación de las grasas y en la regeneración del este órgano.
El tabaco también puede contribuir al desarrollo del hígado graso. El humo del tabaco contiene más de 7000 sustancias químicas, de las cuales, al menos 250 son dañinas, como el amoníaco y el cianuro de hidrógeno.
Además de afectar directa o indirectamente las células hepáticas, el cigarro puede intensificar otros trastornos metabólicos que lo estén generando.
Sigue estos consejos y cuida la salud de tu hígado
Es posible que las personas que padecen hígado graso no desarrollen consecuencias hepáticas a largo plazo. Sin embargo, de no tratarse, aumenta el riesgo de que pueda desencadenarse un daño grave en este órgano.
Como hasta el momento no hay fármacos aprobados para tratar esta enfermedad, conviene ser consecuente con los consejos antes mencionados.
Si te diagnostican hígado graso, no dudes en llevar un control médico estricto y acudir al nutricionista, quien te proporcionará una dieta adecuada para tratar el hígado graso que, combinada con actividad física, favorezca la pérdida de grasa en este órgano. Esto te dará bienestar y mejorará tu salud integral.
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