Contacto visual: secretos y curiosidades
Revisado y aprobado por la psicóloga Elena Sanz
El contacto visual es un elemento clave dentro de la interacción. Conjuntamente con los movimientos de otras partes del rostro y de las manos, constituyen la comunicación gestual.
Cuando la conversación es cara a cara, la gestualidad o el lenguaje corporal son más determinantes, en lo que a transmitir sentido se refiere, en comparación con lo que dicen las palabras.
Sin embargo, pese a que todos reconocemos que el contacto visual es importante, y afecta a nuestros interlocutores, no siempre sabemos establecerlo de una manera correcta.
¿Qué es el contacto visual y por qué es importante?
Dentro de la comunicación en general, hay diversos aspectos, elementos y componentes. El lenguaje corporal se considera uno de los más importantes, de hecho se afirma que constituye en torno al 55 % de la experiencia comunicativa.
En tal sentido, lo que hacemos con el rostro, las manos y el resto del cuerpo puede llegar a ser más importante de lo que decimos explícitamente con la boca.
De manera particular, se llama contacto visual al hecho de que dos personas se miren a los ojos mientras hablan. Incluso puede suceder cuando callan.
Ahora bien, esto tampoco puede o debe mantenerse por un tiempo demasiado prolongado, ya que podría resultar incómodo para la persona o para nosotros, si somos el objeto de la mirada.
El contacto visual suele ser el punto de partida y requisito para que se inicie una comunicación, ya que la mejor forma de hacer saber a una persona que le estamos hablando, es mirándola a los ojos.
En este mismo orden de ideas, nos ayuda a cumplir diversas funciones, como las siguientes:
- Le hacemos saber a la persona que le prestamos atención, o ella a nosotros;
- Acompañamos nuestras palabras con énfasis;
- Podemos interpretar o reconocer las emociones, así como transmitirlas;
- Cuando hay varias personas involucradas, permite asignar los turnos de palabra.
Los investigadores están de acuerdo en que el contacto visual modula la actividad de las estructuras en la red social del cerebro. De esta manera, la forma en que establecemos contacto visual puede revelar nuestras intenciones y crear determinadas reacciones en los demás.
8 secretos y curiosidades sobre el contacto visual
Todos valoramos el contacto visual como una pieza clave de un diálogo, pero ¿hasta qué punto afecta a nuestro interlocutor o revela cosas de nosotros mismos? En las líneas siguientes respondemos a estas preguntas, y lo hacemos con base en los estudios de los expertos en el área. Elegimos algunas curiosidades y secretos, que posiblemente te sorprenderán.
1. Puede impedir que los demás nos mientan
De acuerdo con un estudio publicado en Consciousness and Cognition en 2018, mirar a los ojos directamente puede reducir el comportamiento deshonesto de nuestro interlocutor. Esto podría explicar por qué la mayoría de las personas prefieren evitar el contacto visual al momento de decir una mentira.
Durante los interrogatorios policiales es muy importante que el sospechoso haga un contacto visual para que sus respuestas sean lo más honestas posibles (a la par de otras técnicas). Esto se puede aprovechar en la vida cotidiana, como por ejemplo, en las entrevistas de trabajo o en conversaciones con amigos, familiares o con la pareja.
2. Es un indicador de nuestra autoestima
Así lo asegura un estudio publicado en Self and Identity en 2011. Los investigadores encontraron que las personas con mayor autoestima realizan un contacto visual más largo, mientras que aquellas con una autopercepción más baja tienden a interrumpirlo con mayor frecuencia.
Alguien con baja autoestima teme frecuentemente a ser juzgado, siente desconfianza acerca de sus capacidades, su físico y sus opiniones y se desvalora frente a los demás. Todo esto se conjuga para preferir hacer contactos visuales más cortos, en comparación con alguien con mejor autoestima.
3. Disminuye nuestra capacidad de persuasión
A menudo se piensa que para persuadir a alguien es muy importante hacer un contacto visual directo. Esto está en sintonía con lo que hemos expuesto: quien así lo hace demuestra autoconfianza y es menos propenso a decir mentiras. Sin embargo, y de acuerdo con una investigación publicada en Psychological Science en 2013, podría tener un efecto contrario.
El estudió encontró que la insistencia de mantener un contacto visual permanente reduce la capacidad de persuasión. Que estas afirmaciones no se malinterpreten: por supuesto que es importante mirar a nuestro interlocutor para persuadirlo, solo que cuando se hace de manera excesiva tiende a jugar en contra, ya que la otra persona se puede sentir incómoda o intimidada.
4. Acerca a personas desconocidas
Un estudio publicado en Biology Letters en 2011 encontró que la frecuencia y el estilo de la mirada puede acercar a dos personas que se acaban de conocer. Los investigadores creen que el contacto visual aumenta el mimetismo entre extraños.
Es decir, potencia la capacidad de imitar los gestos y las expresiones del otro; lo que a su vez se traduce en una mayor intimidad. Cuando estamos frente a alguien que se expresa, actúa y se comporta como nosotros, es más probable que nos sintamos cómodos. Esto tiene efectos al momento de tener una primera cita o cuando intentamos hacer nuevas amistades.
5. Es una pieza clave en el romance
Todos sabemos que la mirada es un ingrediente imprescindible para el romance. Esto no solo es algo que hemos confirmado en más de una ocasión, sino que está avalado por la ciencia. Un estudio publicado en Computers in Human Behavior en 2o2o encontró que el contacto visual en las primeras interacciones románticas reduce la incertidumbre y aumenta la intimidad.
Por el contrario, cuando se reduce, nuestro interlocutor tiende a tener más incertidumbre, la cual busca compensar a través de preguntas para lograr una mayor intimidad y comodidad. Además, y de acuerdo con la evidencia, el contacto visual tiene un papel directo en la excitación física.
6. Aumenta el afecto de nuestros interlocutores
Tal y como señalan los investigadores, la mirada directa aumenta el afecto positivo que nos profesan. Cuando miramos a nuestros interlocutores estos son más amables con nosotros y nos demuestran más confianza; asimismo, el trato es más cariñoso en general.
Esto además funciona para el que habla, es decir, cuando establecemos contacto visual con alguien es porque le profesamos un afecto. Por el contrario, ante personas que no nos agradan, tendemos a evitarlo o a reducirlo a lo estrictamente necesario.
7. No todas las miradas son iguales
Cuando nos miran o cuando miramos, esto puede darse de varias maneras:
- Mirada fija: el contacto visual es prolongado; denota atención en la persona o en lo que dice. Sin embargo, si es demasiado fija, puede significar agresividad o molestia.
- Mirada huidiza: una persona puede evitar mirar a los ojos a otro por diversas razones: inseguridad, vergüenza, timidez, temor…
- Párpados entornados: los ojos entrecerrados pueden significar desconfianza, desacuerdo, o que la persona no ve bien.
- Parpadeo intermitente: puede ocurrir por nervios o por sorpresa. Aunque hay quienes tienen un tic, que los hace parpadear constantemente.
- Ojos muy abiertos: ocurre cuando algo nos sorprende; si las pupilas se dilatan, tal vez es signo de que nos atrae la persona.
8. Puede denotar algún trastorno subyacente
No podemos despedir esta selección de curiosidades sin mencionar las condiciones que pueden evitar que una persona establezca contacto visual. Hay diversas explicaciones al respecto; te mencionamos dos de las más comunes:
- Fobia social: los expertos señalan que evitar mirar a las personas es uno de los síntomas más característicos del trastorno de ansiedad social. Las personas así lo hacen para alejarse del escrutinio y el miedo a ser juzgados.
- Trastorno del espectro autista (TEA): por otro lado, la evidencia indica que los patrones anormales de contacto visual son frecuentes en el autismo. Estos se pueden presentar con una mirada excesivamente directa o por el contrario evitar mirar.
Por supuesto, no toda persona que tenga patrones anormales padece de alguno de estos trastornos. Hay quienes simplemente optan por evitar la mirada al hablar porque son tímidos.
Habla con los ojos
Hacer contacto visual es algo que para la mayoría de las personas se hace de manera automática. Mientras te comunicas no piensas en aumentarlo o reducirlo, solo lo haces de forma natural para acompañar las palabras.
En todo caso, la mirada nunca pasa desapercibida; algo que hemos corroborado con base en la ciencia. La próxima vez que hables con alguien, fíjate cómo sus patrones de visualización inciden en ti; y viceversa. Podrás encontrar que la mirada dice mucho más de lo que pensabas.
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