Cuando el verano es sinónimo de soledad
Para muchas personas el verano es una época fantástica. Significa vacaciones y sol, entre otras muchas palabras y adjetivos con los que lo podríamos identificar. Pero, para alguna personas no es un periodo tan feliz. Sino que sufren en silencio, atrapadas en sus casas, mientras sienten una profunda sensación de soledad en verano.
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La soledad del verano
Cuando llega el verano y, por ende, las vacaciones, para algunos las rutinas cambian drásticamente. De repente, el ritmo de trabajo se modifica y este desajuste, en ocasiones, nos bloquea.
Tanto si somos estudiantes como trabajadores, dejamos de ver durante unos meses a nuestros compañeros de escuela o trabajo. Esto implica que nuestra capacidad para socializar disminuye.
Si nos centramos en los estudiantes, podemos pensar que tener, como mínimo, dos meses enteros de tiempo libre es algo que sabrán aprovechar. Pero, ¿van a salir todos los días? ¿Y si les ha quedado alguna asignatura pendiente para septiembre?
Llegado el momento, el verano cansa y deseamos volver a la rutina, reunirnos de nuevo con nuestros compañeros de clase.
Esto mismo ocurre si somos trabajadores. Cuando la rutina se modifica, no somos capaces de ser productivos. Debemos reorganizarnos y, en ocasiones, no logramos hacerlo.
Digamos que todo en su justa medida es positivo, pero unas vacaciones excesivamente largas pueden agotarnos y hacer que deseemos volver a nuestros quehaceres diarios para sentirnos útiles. Es verdad que todo depende de la persona, pero muchas tienen la necesidad de sentir el estrés y la presión por entregar un trabajo a tiempo o sumergirse de lleno en proyectos innovadores.
En verano, haz planes
En verano lo normal es estar con la familia y es posible que te sientas solo si esta se encuentra lejos. Por ende, muchas de tus amistades se alejarán de ti para irse con sus seres queridos, pero esto no debería preocuparte.
Aunque tu situación puede ser muy distinta a la de tus conocidos, esto no tiene que deprimirte ni impedirte disfrutar del verano. Piensa que no volverá a hacer el sol que hace, ni tendrás tanto tiempo libre como ahora.
Malgastar estas horas quejándote y lamentándote porque te encuentras solo y eso te asusta no es algo productivo. Por eso, es el momento de hacer las maletas.
Si tienes la playa cerca o prefieres la piscina, puedes planear varias actividades en ellas. Quizás un paseo para ver el atardecer o disfrutar del sol y del agua refrescante en los momentos de más calor.
¿Qué tal saborear el placer de la lectura bajo el abrigo de la sombrilla? También, existe la posibilidad de hacer un curso de verano e irte allá donde quieras. En esta época, se planean muchos cursos interesantes con los que puedes aprender y completar tu currículum.
¿Te olvidas de las actividades tan divertidas que puedes hacer? Los paseos a caballo o probar el rafting pueden ser unos planes muy interesantes.
No te preocupes si estás solo
Siempre nos sentimos mal si estamos solos, por eso planear un viaje en solitario o hacer una actividad sin nadie más nos abruma y entristece.
Sin embargo, esta es una realidad que nos han inculcado y que deberíamos solucionar ya mismo. La soledad puede ser tu mejor aliada y el verano una oportunidad de conocerte mejor.
Por eso, si quieres irte a Australia o a cualquier otro lugar del mundo, no tengas miedo de hacerlo. No estarás solo, ¡conocerás a mucha gente por el camino!
La soledad es una sensación que nos limita para disfrutar de la vida, por eso es el momento de hacer las paces con ella. Sácale todo el partido que tiene.
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El verano puede ser una oportunidad para solucionar problemas que has estado cargando durante todo el año. Aprovéchalo para reflexionar y, si viajas, descubre la posibilidad de tus dificultades desde una nueva perspectiva.
Por todo esto, no desaproveches tu verano. Disfruta de tus días libres, sal, toma el sol y conoce gente nueva. Hay muchas cosas por hacer y tú te las estás perdiendo.
¿Seguirás permitiendo que te abrume la soledad en verano?
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