Dieta "lazy keto": qué es y cuáles son sus riesgos
Escrito y verificado por el nutricionista Saúl Sánchez Arias
La dieta lazy keto es un tipo de dieta cetogénica muy restrictiva que apuesta por reducir al máximo la ingesta de carbohidratos para generar ciertos beneficios. Ahora bien, no vale para todo el mundo este planteamiento dietético. La adherencia no siempre es buena y esto puede condicionar el seguimiento a mediano plazo, incrementando el efecto rebote.
Al mismo tiempo, hay que destacar que las pautas con pocos carbohidratos pueden no ser adecuadas para ciertas poblaciones, sobre todo de deportistas. En estos casos, los hidratos de carbono suponen el sustrato energético principal para la realización de actividades de alta intensidad.
¿En qué se basa la dieta “lazy keto”?
A diferencia de otros protocolos de dieta cetogénica más flexibles, la lazy keto permite como máximo una ingesta diaria de 20 gramos de hidratos de carbono. Por lo tanto, asegura un estado de cetosis constante en el que el hígado produce glucosa a partir de otros elementos, como los aminoácidos y los ácidos grasos.
En esta versión no se cuentan las calorías. Lo único que importa es controlar ese límite de 20 gramos de carbohidratos.
Esto puede tener consideraciones positivas en el tratamiento de algunas patologías, como la diabetes tipo 2. Así lo evidencia una investigación publicada en Journal of Medical Internet Research.
De hecho, este tipo de dietas se popularizaron para mejorar el manejo de enfermedades asociadas al sistema nervioso central, como es el caso de la epilepsia resistente a la farmacología. Existen muchas evidencias de que este planteamiento reduce de manera significativa la intensidad y la frecuencia de las crisis convulsivas. Puede suponer una alternativa recomendable para estos pacientes.
Ahora bien, en la actualidad se utilizan para mejorar el estado de composición corporal. Esto tiene sus pros y sus contras.
Si hay una patología metabólica, sí pueden funcionar. Junto con otros buenos hábitos. Pero en el caso de personas que solo tienen sobrepeso, existen opciones menos restrictivas y que generan mayor adherencia según pasa el tiempo.
Hay que buscar también la comodidad del paciente.
Riesgos de la dieta “lazy keto”
Los riesgos de la dieta lazy keto son limitados. Se trata de un planteamiento seguro para la salud, aunque puede generar ciertos efectos secundarios a corto plazo.
La mayor parte de ellos son de tipo gastrointestinal, como el estreñimiento. Y se producen por la falta de fibra que conlleva esta pauta. Al fin y al cabo, dicha sustancia es necesaria para incrementar el volumen del bolo y para facilitar el tránsito en el tubo digestivo.
También se puede experimentar durante los primeros días lo que conoce como gripe cetogénica. Así lo describe un artículo publicado en la revista Frontiers in Nutrition.
Cursa con cansancio, dolor de cabeza en algunos casos y fatiga. Si bien es cierto que remite según pasan los días, para algunas personas puede suponer una excesiva incomodidad. Una introducción progresiva al planteamiento reduciría la intensidad de este problema.
Pero quizás, el principal riesgo esté asociado a la práctica de ejercicio. Hacer actividad física en condiciones de cetosis provocará una disminución del rendimiento.
Y cuando hablamos de trabajo de fuerza, también la incidencia de las lesiones musculares podría verse incrementada. Por ello no se recomienda un deporte intenso en este momento.
Si lo que se pretende es mejorar el estado de composición corporal, es posible adoptar una dieta lazy keto, aunque acompañada de ejercicio aeróbico ligero. El alto consumo de proteínas será eficiente para retener tejido magro, evitando el catabolismo. A su vez, la situación de cetosis conseguirá estimular la movilización y la oxidación de las grasas.
Una versión extrema y difícil de seguir
Según has podido comprobar, la lazy keto es una versión extrema de la dieta cetogénica. No resulta fácil de seguir por la mayor parte de las personas, ya que conlleva una férrea restricción de alimentos.
Puede volverse monótona y repetitiva, dejando a un lado los efectos gastrointestinales que provoca. Por este motivo, la adherencia no suele ser buena.
Por último, ten en cuenta que si el objetivo es mejorar el estado de salud, no bastará con optimizar la dieta. Habrá que poner en marcha una serie de hábitos en su conjunto.
Por ejemplo, es determinante promocionar la práctica de ejercicio físico de manera regular. Sobre todo enfatizando el trabajo de fuerza. Así se mantiene controlada la inflamación en el medio interno.
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