Dieta para las personas con cáncer
Escrito y verificado por el nutricionista Saúl Sánchez Arias
El cáncer es una enfermedad compleja que depende de componentes genéticos y ambientales. La dieta puede influir en el riesgo de desarrollar esta patología, y supone, por otro lado, un apoyo al tratamiento quimioterápico.
A la hora de plantear una alimentación enfocada a los pacientes con cáncer, es necesario tener en cuenta una serie de directrices. Resulta importante restringir aquellos alimentos que están involucrados en la promoción tumoral.
Al mismo tiempo, es necesario enfatizar el consumo de los productos que contienen un carácter antioxidante y antiinflamatorio. Esta serie de ingredientes potencian los efectos de la quimioterapia y reducen los efectos secundarios de la misma.
Eliminar la ingesta de procesados
El consumo de alimentos procesados, ricos en aditivos, azúcares simples y grasas trans, está relacionado con el aumento del riesgo de desarrollar cáncer. Así lo indica un artículo publicado en la revista British Medical Journal.
Esta clase de sustancias incrementan el número de mutaciones originadas a nivel celular y suponen un sustrato energético para el propio tumor, promocionando su crecimiento. Por estos motivos resulta primordial restringir los productos procesados en pacientes que ya han desarrollado la enfermedad.
Si bien en individuos sanos el cese en la ingesta tiene un carácter preventivo, en pacientes oncológicos puede aumentar la esperanza de vida. Esto se vincula al incremento en la expectativa de respuesta a los tratamientos.
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La dieta para el cáncer debe contener alimentos antioxidantes
Los antioxidantes son sustancias que contrarrestan la formación de radicales libres. Combaten el estrés oxidativo y reducen el riesgo de mutaciones en el ADN que puedan desencadenar procesos cancerosos. Su consumo habitual se relaciona con la protección frente al desarrollo de este tipo de patologías.
En pacientes que ya tienen esta enfermedad, resulta necesario aumentar la ingesta de estos productos con el objetivo de frenar el crecimiento tumoral. Algunos fitonoutrientes, como el licopeno presente en los tomates, podrían ayudar a enlentecer el crecimiento del tumor, tal y como afirma un artículo publicado en la revista Nutrition and Cancer.
Para aumentar el aporte de antioxidantes en la dieta es fundamental incrementar el consumo de frutas y verduras. Es necesario enfatizar la ingesta de vegetales de color rojo, así como de crucíferas.
Las frutas exóticas, a su vez, se caracterizan por un alto contenido en vitaminas y en fitonutrientes que pueden cumplir con el objetivo de luchar contra los productos de la oxidación celular. La variedad es clave para la dieta.
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Suplementos en la dieta para el cáncer
Existen, además, algunas sustancias que administradas en forma de suplementos ayudan a las personas con cáncer. Una de ellos es la melatonina, una hormona encargada de regular los ciclos circadianos del sueño y con un marcado poder antioxidante.
Los efectos de este suplemento han sido evidenciados en la literatura científica. Se pueden encontrar reflejados en un artículo publicado en la revista Oncotarget.
No obstante, estos beneficios se encuentran en dosis superiores a las utilizadas a día de hoy a nivel clínico. Los estudios que relacionan la melatonina con la prevención o con el tratamiento del cáncer utilizan dosis superiores a los 10 miligramos diarios.
Además, esta hormona consigue reducir los efectos secundarios asociados al tratamiento farmacológico. De este modo, se mejora la calidad del sueño, se reducen los niveles de estrés y mejoran los marcadores asociados a la salud metabólica.
Es necesario optimizar la dieta para los pacientes con cáncer
El cáncer es una enfermedad multifactorial que está directamente relacionada con ciertos componentes ambientales. Por este motivo, es necesario optimizar la dieta para prevenir el desarrollo de la patología y para ayudar a tratarla.
Un correcto aporte de nutrientes es capaz de ayudar a frenar el crecimiento tumoral y potenciar los efectos del tratamiento farmacológico. Para percibir estos beneficios es necesario enfatizar el consumo de frutas y de verduras. Estos alimentos contienen vitaminas y fitonutrientes con elevada capacidad antioxidante en su interior.
Además, resulta fundamental restringir todos aquellos alimentos de la dieta que producen inflamación y que presentan la capacidad de aumentar la mutagenicidad. Ejemplos típicos son los alimentos procesados. Esta clase de sustancias resultan negativas para la salud a medio y largo plazo, y se vinculan con el desarrollo de enfermedades complejas.
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