Los 3 mejores aceites para freír (y los 2 que debes evitar por tu bien)

Si al freír tu cocina se llena de humo y los alimentos adquieren un sabor amargo, lo más probable es que el problema esté en el aceite elegido. No todos soportan las altas temperaturas de la fritura y, cuando se usan los inadecuados, el resultado puede ser poco apetecible y hasta incómodo para quienes cocinan.
El punto de humo es la temperatura en la que un aceite deja de brillar y comienza a humear, y evitar que llegue a ese límite es esencial. En ese momento se descompone químicamente, altera el sabor de la comida con un gusto amargo y libera sustancias irritantes en el aire, como la acroleína, responsable de ese olor picante que molesta los ojos y la garganta.
A continuación, te contamos cuáles son los aceites más recomendables para freír y cuáles es mejor evitar.
Aceites recomendados para freír
Para lograr una fritura exitosa, debes elegir aceites con un punto de humo elevado y buena estabilidad al calor. Estos factores permiten que los alimentos se cocinen de manera uniforme, sin adquirir sabores extraños ni llenarse de humo la cocina. Aquí tienes tres opciones que destacan por su rendimiento y versatilidad.
- Aceite de girasol alto oleico: no debe confundirse con el aceite de girasol convencional. La versión alto oleico contiene una mayor proporción de ácido oleico, una grasa monoinsaturada que resiste mejor las altas temperaturas. Su punto de humo ronda los 230 °C y, al tener un sabor neutro, no interfiere con el gusto de los alimentos. Es ideal para freír croquetas, empanadas o cualquier preparación en la que se busque un acabado crujiente sin alterar el sabor original.
- Aceite de aguacate refinado: es una de las alternativas más seguras para frituras a temperaturas muy altas, ya que su punto de humo supera los 250 °C. La versión refinada se caracteriza por un sabor suave y discreto, lo que lo convierte en un aceite versátil para freír tanto carnes como vegetales. Además, al no aportar notas intensas, permite que los ingredientes mantengan su sabor propio.
- Aceite de orujo de oliva: dentro de la familia de los aceites de oliva, esta es la opción más práctica para freír. Al ser refinado, alcanza un punto de humo elevado y ofrece un sabor más suave que el virgen extra, lo que evita que la fritura quede demasiado intensa. Es una alternativa económica y eficaz para quienes buscan aprovechar las propiedades del aceite de oliva sin gastar de más.
Aceites que debes evitar para freír
Tan importante como saber qué aceite elegir para freír es reconocer cuáles no son adecuados. Usarlos en la sartén puede arruinar el sabor de los alimentos y llenar la cocina de humo innecesario.
- Aceite de oliva virgen extra (AOVE): aunque es muy apreciado por su aroma y calidad, no resulta apropiado para frituras. Su punto de humo es relativamente bajo y sus delicados compuestos aromáticos se degradan con el calor intenso, generando un gusto amargo que se transfiere a la comida. El AOVE funciona mejor en crudo, para aliñar ensaladas, terminar platos o dar un toque final de sabor.
- Aceites de semillas no refinados (lino, nuez, sésamo): estos aceites son muy delicados y sensibles al calor. Tienen puntos de humo bajos y se oxidan con rapidez, lo que los hace inestables para freír. Su uso ideal es en crudo, como aderezo en ensaladas, salsas o para aportar un matiz aromático al final de la preparación. De esta manera conservan sus características sin perder calidad ni sabor.
Elegir bien el aceite para freír mejora el sabor de tus platos y hace que cocinar sea una experiencia más agradable y sencilla. Conocer cuáles son las opciones más seguras y cuáles es mejor reservar para otros usos te permitirá disfrutar de frituras crujientes sin humo ni sabores amargos. Ten presente esta información y descubre cómo un buen aceite puede transformar tus recetas cotidianas.
Este texto se ofrece únicamente con propósitos informativos y no reemplaza la consulta con un profesional. Ante dudas, consulta a tu especialista.






