Duchas vaginales: qué son y cuáles son sus riesgos

Hay quienes creen que las duchas vaginales son la mejor opción para mantener la zona íntima limpia y libre de malos olores. No obstante, estos tipos de procedimientos no son tan buenos como parecen. ¿Por qué razón?
Duchas vaginales: qué son y cuáles son sus riesgos
Leonardo Biolatto

Revisado y aprobado por el médico Leonardo Biolatto.

Escrito por Leonardo Biolatto

Última actualización: 24 mayo, 2023

Las duchas vaginales hacen referencia al lavado o limpieza de la vagina con agua u otros líquidos preparados en farmacias. En general, pueden contener compuestos como el vinagre, el bicarbonato de sodio o el yodo.

Se estima que, solo En Estados Unidos, 1 de cada 4 mujeres en edad fértil (entre los 15 y 45 años) realizan estos lavados de manera regular. ¿En qué consisten? ¿Cuáles son sus riesgos? A continuación, lo detallamos.

¿En qué consisten las duchas vaginales?

Como parte de la higiene íntima, muchas mujeres se someten a duchas vaginales, sobre todo cuando notan alteraciones en el flujo. Este procedimiento consiste en la aplicación de preparados farmacéuticos que contienen antisépticos, perfumes o sustancias como vinagre o bicarbonato.

Por lo general, su forma de presentación son en botellas o bolsas. Las mismas se exprimen para que el líquido entre a la parte interna de la vagina y realice la limpieza deseada. Sin embargo, lejos de ser algo positivo, todo indica que su aplicación acarrea consecuencias negativas.

¿En qué consisten las duchas vaginales?
Las duchas vaginales alteran el pH de la zona íntima y elevan el riesgo de infecciones.

Beneficios de las duchas vaginales

No hay evidencias científicas que respalden el uso de duchas vaginales como medidas de protección ante enfermedades. Por el contrario, médicos y ginecólogos desaconsejan su uso, no solo argumentando que alteran el pH vaginal, sino asociando su uso a un mayor riesgo de infecciones en la zona.

A menudo, estos tratamientos se hacen con el fin de eliminar olores desagradables de la vagina o «limpiar» los residuos que quedan tras el periodo menstrual. No obstante, respecto a esto es necesario desmontar ciertos mitos.

Riesgos de las duchas vaginales

La zona vulvar está colonizada por diferentes bacterias que luchan por mantener a la raya a los microorganismos patógenos. Además, producen un ambiente ácido que propician la protección vaginal frente a infecciones.

Al lavar esta parte del cuerpo de manera excesiva y con productos irritantes, el equilibrio bacteriano y el ambiente ácido se alteran, lo que propicia el crecimiento excesivo de agentes infecciosos como los hongos y bacterias.

En otras palabras, las duchas vaginales pueden conducir a un sobrecrecimiento de microorganismos peligrosos, que causan enfermedades como la candidiasis vaginal o vaginosis bacteriana.

Por otro lado, si la mujer tenía una infección previa, este tipo de lavados pueden empeorar la situación. Incluso, se relacionan con un mayor riesgo de afecciones uterinas y enfermedad inflamatoria pélvica.

Leer el siguiente artículo: Tipos de flujo vaginal, ¿cuáles son?

¿Las duchas vaginales eliminan el mal olor?

Primero que todo, hay que asumir que la zona íntima tiene un olor particular, que no siempre resulta agradable. Sin embargo, suele ser suave y no causa mayor problema. Ahora bien, si se produce un olor fuerte y desagradable, lo mejor es acudir al médico para determinar su causa.

Si bien pareciese que las duchas ayudan a eliminarlo, en realidad pueden ser perjudiciales. ¿Por qué? Los lavados solo enmascaran el olor por un breve período de tiempo y la infección seguirá presente. Incluso, es posible que evolucione y cause complicaciones.

Así pues, si el flujo tiene mal olor, o presenta una textura diferente, es mejor acudir a ginecología. Esto sobre todo si hay otros síntomas como ardor al orinar, flujo espeso, comezón, irritación, etcétera. El médico determinará qué tratamiento seguir, según el tipo de infección. 

¿Las duchas vaginales eliminan el mal olor?
Las duchas vaginales no son una solución contra el mal olor vaginal. Aunque lo ocultan de manera momentánea, dificultan el tratamiento de las infecciones que lo ocasionan.

¿Las duchas vaginales ayuda a prevenir las infecciones de transmisión sexual?

¡Cuidado! No hay ningún tipo de ducha vaginal que permita prevenir las infecciones de transmisión sexual o el embarazo. Estos no son más que mitos que se han compartido entre la población. De hecho, como ya lo comentamos, su práctica remueve las bacterias saludables y facilita la proliferación de bacterias y hongos patógenos.

¿Cuál es la mejor manera de mantener limpia la vagina?

Aunque parezca sorprendente, la vagina tiene la capacidad de limpiarse de manera autónoma. Esto lo hace mediante la producción de mucosidad, que elimina y barre los residuos de sangre, bacterias, semen o cualquier sustancia que entre en contacto con sus tejidos.

Además, es normal que esta zona desprenda un olor diferente a lo largo del día o del ciclo menstrual. Incluso, dicho olor puede estar influenciado por factores como las hormonas, el ejercicio físico o el estado de ánimo.

En cualquier caso, para asegurar una buena higiene íntima, solo es necesario lavar la parte externa de la vagina con agua tibia y jabón neutro. También conviene evitar el uso de toallitas, tampones o perfumes para la zona.

Considerando lo anterior, es necesario evitar el uso de duchas vaginales, excepto si el ginecólogo lo indica. Ante alteraciones del flujo u olor vaginal, lo mejor es acudir al médico o especialista. Hay que evitar este procedimiento, al igual que el uso de perfumes, ya que alteran el pH y elevan el riesgo de infecciones.


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