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Ejercicio con hiperpotasemia: ¿cómo hacerlo de forma segura?

5 minutos
Tal vez has escuchado que si tienes el potasio alto no puedes realizar ejercicio. Esto no es del todo cierto. Te contamos cómo entrenar con seguridad si padeces esta condición.
Ejercicio con hiperpotasemia: ¿cómo hacerlo de forma segura?
Leonardo Biolatto

Revisado y aprobado por el médico Leonardo Biolatto

Escrito por Equipo Editorial
Última actualización: 06 julio, 2023

La hiperpotasemia es una condición en la que tu organismo tiene altos niveles de potasio en la sangre. Bajo esta situación, sí puedes realizar actividad física, pero con unos controles específicos. El ejercicio con la hiperpotasemia es compatible y vamos a conocer la forma segura de confirmarlo.

El potasio es un mineral electrolito esencial que el cuerpo necesita para muchos procesos biológicos, como la contracción muscular y la transmisión nerviosa. Un exceso en sus niveles puede dañarnos.

El rango normal es de 3,5 a 5 milimoles por litro (mmol/L) en la sangre. Si te han identificado hiperpotasemia (más de 5 mmol/L), acude a un especialista para que pueda conducir el mejor plan para tu salud. Luego, podrás diseñar el esquema de ejercicios acorde.

Relación entre ejercicio e hiperpotasemia

Los riñones son los encargados de eliminar el exceso de potasio en el cuerpo, a través de la orina. Si presentas ciertas afecciones de salud, como alguna patología cardíaca, renal o diabetes, se incrementa el riesgo de padecer hiperpotasemia.

Cuando estos índices de potasio son altos, excediendo su rango normal, puedes presentar síntomas como los siguientes:

  • Vómitos o náuseas.
  • Dolor en el pecho.
  • Dificultad para respirar.
  • Palpitaciones.
En algunos casos, es necesaria asistencia médica de emergencia porque la vida puede correr peligro.

Al ejecutar cualquier tipo de ejercicio, tus músculos pierden potasio, provocando un aumento de sus niveles en la sangre. Es por ello que un incremento repentino y excesivo puede ocasionar problemas cardíacos, en lo que se conoce como arritmia provocada por el ejercicio.

A pesar de esto, si realizas ejercicios con regularidad, lo más seguro es que tengas un estilo de vida sano. En este contexto, el riesgo de una arritmia se reduce considerablemente.

En el otro extremo, si ya te han diagnosticado hiperpotasemia por alguna razón de base (eres diabético, por ejemplo), ten presente que el ejercicio y el incremento de potasio sanguíneo pueden ir de la mano.

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Las patologías renales suelen cursar con alteraciones del medio interno, entre las que se incluye el aumento exagerado del potasio en la sangre.

Sugerencias para que te ejercites de forma segura si tienes hiperpotasemia

Tu médico evaluará los riesgos en las rutinas de ejercicios y te recomendará una que sea fiable para ti, teniendo en cuenta los factores asociados a la hiperpotasemia, como tu edad, si tienes otras condiciones de salud, si tu padecimiento es agudo o crónico y hasta qué punto hay daño en tus riñones y en tu sistema cardiovascular.

El siguiente paso es ejercitarse. Para hacerlo con seguridad, hemos agrupado varios consejos que puedes tener en cuenta.

1. Trata de seguir una rutina

Lo mejor es que programes y realices la rutina siempre a una hora determinada. También te ayudará que no optes por horarios cercanos al momento en que te vayas a dormir; eso afecta de sobremanera la reposición del potasio intramuscular.

2. Evita el sobreesfuerzo

Trata de evadir ejercicios de alta intensidad cuando comienzas la rutina. Resérvalos para el final o a medida que avanza la mayor parte del entrenamiento.

Comienzas con baja intensidad y aumenta el nivel de manera gradual. Si sientes que te excedes, no te esfuerces más y trata de descansar. Si aumentas tu nivel de trabajo poco a poco, vas a garantizar que no exista un pico rápido en los volúmenes de potasio.

3. Camina

Esta es de las mejores opciones de entrenamiento para los pacientes por hiperpotasemia. Puedes aumentar la velocidad y el tiempo de caminata con el paso de las semanas.

4. El descanso es importante

No te esfuerces demasiado y dale al descanso el lugar que se merece como un mecanismo de recuperación efectiva durante la actividad física. Deja que tus músculos se relajen después de cada ejercicio.

Así reduces el riesgo de lesiones, favoreces la reposición de potasio y la cicatrización de los grupos musculares. Este último proceso evita que demasiado potasio pase a la circulación.

5. La hidratación es indispensable

Siempre debes mantenerte hidratado durante el ejercicio. Si presentas una enfermedad renal de base, debes consultar con tu médico la mejor forma de administrar el consumo de agua durante la rutina de entrenamiento.

Hay cálculos que el profesional puede hacer para determinar cuánto líquido debe ingresar a tu cuerpo sin sobrecargar los riñones. Al mismo tiempo, evitando la deshidratación.

6. No olvides calentar y estirar

Antes de iniciar la rutina es recomendable que practiques algunos movimientos ligeros de calentamiento que aumenten tu flexibilidad. Asegúrate también de estirar después de terminar.

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Siempre se trata de ser progresivos con los movimientos para no forzar la salida de potasio del músculo de manera brusca.

Equilibra el ejercicio y la hiperpotasemia con un estilo de vida acorde

Uno de los mayores beneficios que puedes obtener al adaptar tu estilo de vida ante esta situación es que reduzcas el sodio al seguir una dieta baja en potasio. En muchos productos, ambos minerales van de la mano.

Es recomendable que evites el consumo de aquellas comidas que contengan altos niveles de potasio, como las legumbres (frijoles, lentejas y soja), las papas, el café, la leche y el té. Las verduras como la calabaza, el brócoli y la espinaca también deberían reducir su presencia en el plato.

Las proteínas animales son necesarias y un nutricionista puede guiarte en la cantidad diaria recomendada para no forzar los riñones. De esta manera, cuidas los órganos de filtración y obtienes aminoácidos que son claves para sostener la rutina de entrenamiento.

Tu estilo de vida puede ir de la mano con tus ganas de hacer ejercicio y con la realidad de la hiperpotasemia.


Todas las fuentes citadas fueron revisadas a profundidad por nuestro equipo, para asegurar su calidad, confiabilidad, vigencia y validez. La bibliografía de este artículo fue considerada confiable y de precisión académica o científica.


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Este texto se ofrece únicamente con propósitos informativos y no reemplaza la consulta con un profesional. Ante dudas, consulta a tu especialista.