Electricidad estática: ¿qué es y cuáles son sus riesgos para la salud?

Seguro que esa leve descarga que sentiste al tocar un objeto te trajo la pregunta: «¿por qué tengo electricidad en el cuerpo?». Y si bien no es algo peligroso para la mayoría, en el ambiente laboral puede significar un problema.
Electricidad estática: ¿qué es y cuáles son sus riesgos para la salud?
Leidy Mora Molina

Revisado y aprobado por la enfermera Leidy Mora Molina.

Última actualización: 17 julio, 2024

El fenómeno de la electricidad estática puede manifestarse en casi cualquier lugar y momento. Se produce cuando se acumulan cargas eléctricas en un objeto y se disipan hacia otro que tiene menor carga, mediante el contacto.

En una fábrica, en la oficina, en la casa, al estrecharle la mano a alguien, al tocar el pomo de una puerta o al rozar una superficie, puede saltar de improviso una descarga y eso genera un sobresalto. De manera directa, la chispa y la transferencia de electricidad no son peligrosas.

Sin embargo, en ciertos ambientes y circunstancias, las consecuencias podrían ser severas. Tal es el caso de la posibilidad de una explosión o un incendio cuando hay materiales inflamables alrededor.

¿Qué es la electricidad estática?

La estática es una forma de electricidad. Se produce por la acumulación de energía eléctrica en un material determinado.

Ello sucede con variadas materias, sean conductoras o no. Es así porque los cuerpos tienen la capacidad de absorber y retener un potencial eléctrico estacionario, que será mayor o menor de acuerdo a su constitución.

La electricidad llamada estática se denomina así porque los electrones se acumulan en los bordes del objeto. Al contrario, cuando estos electrones fluyen de un extremo hacia el otro, se llama dinámica. Esto último sería la corriente.

Hay producción de estática cuando dos elementos se frotan uno contra otro y luego se separan. El nombre técnico es triboelectricidad. Por ejemplo, las suelas de zapatos contra una alfombra. El frotamiento transfiere cargas hacia el material que tiene mayor tendencia a recibir los electrones.

¿Por qué tengo electricidad en el cuerpo?

El cuerpo humano es un buen conductor de la electricidad y también un acumulador de ella. Puede almacenar una gran cantidad de energía, aunque, si no llega a 4000 voltios, no experimentarás los «chispazos».

Muchas veces, la electricidad en tu cuerpo se descarga de forma invisible, pero otras veces se vuelve perceptible. En este último caso, la carga es mínima y no suele sobrepasar los 0,005 amperios.

La respuesta a por qué tienes electricidad acumulada en tu organismo reúne varios factores. Una documentación divulgativa del Instituto Nacional de Seguridad e Higiene en el Trabajo de España (INSHT) afirma que los más importantes son los siguientes:

  • Cercanía a campos eléctricos generados por cuerpos ya cargados.
  • Movimiento en el entorno, ya que a mayor movimiento, mayor carga.
  • Contacto con cuerpos o materiales susceptibles de cargarse eléctricamente.
  • Ciertas características físicas de la persona, por ejemplo, sudoración excesiva o hiperhidrosis.
  • Vestimenta, pues las fibras sintéticas, como el poliéster, favorecen a la acumulación de cargas.
  • Humedad en el ambiente. Por ejemplo, cuando el entorno es seco, es más factible la acumulación de cargas.
  • Tipo de piso, lo que es determinante en la conductividad. Los suelos alfombrados favorecen la acumulación de cargas, si son de fibra sintética.


¿Cuándo tengo más electricidad en el cuerpo?

Todos los elementos a nuestro alrededor generan electricidad estática, sin importar su estado: sólido, líquido o gaseoso. Entonces, tendremos más en nuestro cuerpo cuando intercambiemos electrones con materiales «muy cargados».

Los electrones se mueven de un lado al otro buscando equilibrio. El momento del traspaso es el desequilibrio y ocurre por una diferencia de cargas que deriva en un campo electrostático, según aclaran expertos de la Universidad de Valencia.

De manera general, podemos decir que hay dos mecanismos para que llegue electricidad a nuestro cuerpo:

  • Por fricción o rozamiento: cuando la piel contacta con un material de diferente composición o naturaleza que logra establecer un desequilibrio. Un objeto cede y el otro gana electrones. Por ejemplo, al rozar el cabello con un peine.
  • Carga por contacto: si se acerca un objeto a nuestra piel, podrá cargarla positiva o negativamente. Los electrones se desplazarán por cercanía.
La cantidad de electricidad estática producida por contacto es mucho menor que la que se genera por fricción.

Entre los materiales con mayor capacidad para producir electricidad estática en nuestro cuerpo están el vidrio, el nailon, el poliuretano, los acrílicos y el teflón. Entre los textiles, el poliéster tiene gran tendencia a acumular cargas, por lo que no solo transfiere electrones al cuerpo, sino que también genera inconvenientes en los procesos productivos.

Riesgos de la electricidad estática para la salud

Las descargas de electricidad estática son bajas en términos de amperaje. Por lo tanto, no resultan peligrosas para la salud de la mayoría de las personas, de manera directa.

En muchos casos, solo sentiremos una leve molestia o un ligero susto. No hay posibilidades de desarrollar una quemadura en la piel porque no es suficiente la exposición al destello.

Por otro lado, si tengo electricidad en el cuerpo, lo más probable es que la misma se disperse en los materiales adyacentes. Por ello, no hay manera de acumular electrones «de más» ni de sobrepasar un supuesto límite saludable de los mismos. El proceso de autorregulación de la electricidad definirá nuestra carga.

Una cuestión particular que vale aclarar es la de la supuesta alergia a la electricidad. La entidad todavía no ha sido catalogada como una enfermedad reconocida y se duda de su existencia.

Sin embargo, hay reportes que abogan por su reconocimiento, ya que, en teoría, existen personas que presentan síntomas asociados a la exposición electromagnética. No obstante, ello no podría relacionarse con la electricidad estática, pues los responsables serían los campos electromagnéticos externos, como las microondas.

¿Qué pasa con el marcapasos, si tengo electricidad en el cuerpo?

La electricidad estática puede plantear preocupaciones para las personas que utilizan marcapasos. Existe la duda sobre la posibilidad de que un chispazo o una descarga altere el funcionamiento del dispositivo.

En principio, no hay evidencias suficientes para sugerir que las cargas electroestáticas representen algún riesgo directo en este sentido. De acuerdo con investigaciones de laboratorio, recién con 1,2 a 1,3 amperios es posible que algún marcapasos falle. Y recordemos que las chispas de estática no llegan ni siquiera a 1 amperio.

Los marcapasos sí son sensibles a interferencias electromagnéticas. Por eso es recomendable mantener una distancia segura entre dispositivos que generan estos campos.

De todos modos, para mayor precaución y para quitarse la estática del cuerpo, es posible usar prendas de algodón en lugar de sintéticas, así como evitar ambientes secos. En los ámbitos que lo ameritan, los calzados con suelas conductoras pueden ayudar a disminuir la acumulación de electrones.



¿Hay riesgos laborales por la electricidad estática?

En el ámbito industrial hay diversas actividades que pueden generar o acumular cantidades considerables de carga eléctrica. Por ejemplo, la circulación de un fluido a alta velocidad por un ducto, el vaciado de granos en un silo, la pintura con atomizador a alta presión.

En tal sentido, los espacios de trabajo con interferencias estáticas frecuentes pueden ser molestos para los trabajadores. Además, ciertas especialidades laborales se exponen a riesgos concretos de accidentes.

Si la persona está realizando un trabajo en altura, podría significar una desatención o la realización un movimiento brusco que incremente las posibilidades de caída. Aparte, en zonas con riesgo de incendio o explosión, donde hay gases o sustancias inflamables (butano, propano, gasolina, alcohol), así como materiales detonantes (pólvora, dinamita), una chispa eléctrica puede resultar en un accidente catastrófico.

Medidas preventivas para quitar algo de electricidad estática del cuerpo

Tanto en el ámbito laboral como en el hogar, se pueden tomar medidas para reducir la energía estática de carga en los materiales con los que contactamos. Nunca la eliminaremos por completo y en casa no es algo que sea indispensable.

De todas maneras, si te sientes incómodo con los chispazos repetidos en tu entorno, prueba algo de lo siguiente:

  • Conecta a tierra tus dispositivos eléctricos.
  • Utiliza equipos de ionización de aire. Se han vuelto populares y se consiguen en mercados online.
  • Elige bien tu vestimenta: la ropa puede acumular electricidad estática, por lo que te recomendamos comprar prendas con tejidos antiestáticos.  Además, evita los sintéticos como la licra, el poliéster y el nailon. Es decir, opta por algodón o seda.
  • Usa materiales antiestáticos: un objeto aislante o un material que sea mal conductor no reducirá la acumulación de cargas estáticas. En todo caso, deberás preferir los materiales llamados disipativos.
  • Aumenta la humedad relativa de tus espacios: de esta forma, el aire disipa las cargas acumuladas. Es algo muy útil en empresas de papel, textiles, electrónica, automóviles, farmacéutica y pirotecnia.

No te preocupes por la electricidad estática, a menos que afecte tu trabajo

En una oficina o en el hogar, tocar objetos que producen descargas eléctricas suele constituir un motivo de queja o incomodidad. Pero nada más. Sin embargo, si la repetición es frecuente, el problema irá más allá de una simple molestia y hasta podría haber movimientos bruscos que desencadenen accidentes domésticos o laborales.

En una fábrica o en un taller donde hay sustancias peligrosas (tóxicas, inflamables o explosivas), los riesgos son mayores. Por esta razón, allí sí es imperioso tomar las medidas correspondientes de prevención y protección de los trabajadores, de acuerdo con lo establecido en la ley de cada país.

Es conveniente partir de un análisis y evaluación de los potenciales riesgos para determinar si la electricidad estática es o no algo para preocuparse. Luego, se buscarán las acciones y los mecanismos necesarios para controlar y reducir los factores que generan las descargas.

Por último, no hay que olvidar el factor humano. Junto a todas esas medidas, se debe brindar formación e información a los trabajadores sobre las normas de seguridad e higiene laboral.


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