Fenazopiridina: para qué sirve y contraindicaciones

La fenazopiridina es un fármaco de venta libre, pero que puede causar efectos secundarios como la tinción de la orina. Además, está contraindicado en ciertas enfermedades. Te explicamos las consideraciones más importantes respecto a este fármaco.
Fenazopiridina: para qué sirve y contraindicaciones
Diego Pereira

Revisado y aprobado por el médico Diego Pereira.

Escrito por Equipo Editorial

Última actualización: 06 julio, 2023

La fenazopiridina es un medicamento de venta libre que se utiliza como analgésico. Ejerce su acción en la parte inferior del tracto urinario, es decir, en la vejiga y la uretra. Por eso, se suele emplear para tratar síntomas urinarios.

Este compuesto fue descubierto por Bernhard Joos, que fundó la farmacéutica suiza Cilag. Aunque se usa para tratar el ardor, el escozor o el aumento de la necesidad de orinar, no debe confundirse con un antibiótico.

El problema es que muchas personas desconocen cómo se debe emplear este medicamento de forma adecuada y cuáles son sus contraindicaciones. Por ello, en este artículo te explicamos todo lo que debes saber sobre la fenazopiridina y para qué se utiliza. 

¿Qué es la fenazopiridina?

La fenazopiridina es un analgésico.
Se trata de un fármaco bastante útil.

La fenazopiridina es un fármaco que se utiliza para aliviar síntomas urinarios. Por ejemplo, parece ser útil para tratar el dolor, el ardor o la irritación en las vías urinarias. También sirve para disminuir la urgencia de orinar y la necesidad de hacerlo con frecuencia.

Todos estos síntomas son muy típicos de las infecciones urinarias. Del mismo modo, son signos que pueden aparecer tras exámenes de diagnóstico en las mismas, lesiones o ciertas cirugías. No obstante, es importante volver a destacar que la fenazopiridina no es un antibiótico.
Según explica un artículo de Medizzine, este fármaco se elimina rápidamente y casi al completo por la orina. Casi un 90 % del medicamento se excreta en las primeras 24 horas por esta vía. Su efecto es puramente analgésico, no antimicrobiano.

Por eso, se debe utilizar como medicamento auxiliar. Por ejemplo, para tratar la uretritis, la pielonefritis, la cistitis, etcétera. Se recomienda su administración antes y después de realizar exámenes de las vías urinarias, como endoscopias o sondajes, ya que ayuda a disminuir las molestias producidas por los mismos.

Consideraciones antes de usar

La fenazopiridina es un medicamento de venta libre. Esto quiere decir que, en la mayoría de lugares, no se requiere receta médica para obtenerlo. Sin embargo, como cualquier otro fármaco, debe emplearse teniendo en cuenta ciertas consideraciones.

Lo primero, tal y como señala el Vademecum, la fenazopiridina está contraindicada en pacientes con insuficiencia hepática y renal. Tampoco se debe utilizar en personas que tengan alergia conocida a alguno de los componentes o al propio fármaco.

Del mismo modo, está contraindicada si existen glomerulonefritis, hepatitis o pielonefritis asociada al embarazo. La glomerulonefritis es una patología que consiste en una inflamación del glomérulo renal (zona donde se produce la filtración de la sangre).

Si hay antecedentes de metahemoglobulinemia (un trastorno sanguíneo) tampoco se debe administrar este medicamento. Hay que tratar de evitar su uso en niños menores de doce años y embarazadas, porque no existen evidencias significativas de que no produzcan efectos secundarios en ellos.

La fenazopiridina puede causar efectos curiosos. Por ejemplo, al usar lentes de contacto, es posible que provoque decoloración o manchas en las mismas. En ocasiones estas manchas no se pueden quitar. Por eso no se recomienda emplear lentillas durante el tratamiento.

En el caso de los diabéticos, es fundamental tener en cuenta que la fenazopiridina puede alterar los análisis. En concreto, puede provocar resultados alterados al medir la glucosa en orina. Por eso, el médico siempre debe conocer si se está tratando con este medicamento.

Posibles efectos secundarios de la fenazopiridina

Como cualquier otro medicamento, la fenazopiridina también puede causar efectos secundarios. Uno de los más frecuentes es que la orina se suele volver de color naranja rojizo. Es algo normal e inofensivo. Este efecto tiende a desaparecer en cuanto se deja el tratamiento.

Dentro de los efectos menos frecuentes, es posible que aparezca coloración azulada o violeta de la piel. En algunos casos aparece ictericia, que consiste en la coloración amarillenta de la piel y de la parte blanca de los ojos. También es posible que haya erupción cutánea.
Algunos pacientes experimentan fiebre, cansancio o debilidad, confusión y dificultad para respirar. Incluso, puede haber aumento de peso, edemas en las piernas, en las manos o en la cara.

Lo normal es que estos efectos desaparezcan por sí solos al terminar el tratamiento. Ninguno de ellos es grave y pueden incluso prevenirse con medidas sencillas. El problema es que, en algunos casos, estos efectos pueden persistir o aparecer otros más graves. Cuando esto ocurre, es fundamental consultar con un médico.

Dentro de los efectos secundarios más infrecuentes, encontramos el dolor de cabeza y los mareos. Del mismo modo, algunas personas sufren indigestión, calambres y dolor de estómago. No obstante, hay que recalcar que estos son mucho menos comunes.

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Uso y dosis de la fenazopiridina

La fenazopiridina es de venta libre.
Si bien es de venta libre, es conveniente consultar al médico antes de consumirlo.

La fenazopiridina es un fármaco que se administra por vía oral. Este medicamento viene envasado en forma de tabletas. Las tabletas pueden ser de 50, 100 o 200 miligramos. Pueden tener gamas de color rojo claro, rojo oscuro o violeta oscuro.

De ahí que no se deban masticar ni triturar las tabletas. Cuando esto se hace, es posible que se manchen los dientes, la ropa o cualquier utensilio. Lo normal es que la fenazopiridina se tome tres veces al día, después de cada comida. No obstante, las indicaciones deben ser realizadas por un médico.

Según explican los especialistas de Mayo Clinic, la dosis varía en función de cada paciente y de la patología que se desee tratar. Por eso no se debe tomar otra dosis que no sea la recomendada. El tiempo de tratamiento también es variable.

Lo normal es que, cuando se desea tratar el dolor o las molestias urinarias en adultos y adolescentes, se administren 200 miligramos tres veces al día. En el caso de los niños, su uso es controvertido.

No obstante, si al final se receta para los niños, la dosis debe calcularse en función del peso corporal. Lo habitual es administrar 4 miligramos por cada kilogramo de peso, también tres veces al día.

Cuando se olvida de tomar alguna dosis, lo ideal es tomarla lo antes posible. No obstante, si se acerca la hora de la siguiente toma, se puede omitir dicha dosis y pasar directamente a la siguiente. No se deben duplicar las dosis de fenazopiridina.

Interacción con otras sustancias

La fenazopiridina no suele reaccionar con otros medicamentos, pero siempre hay que tener en cuenta que es algo que puede suceder. Lo que sí es seguro es que este fármaco puede interferir con ciertas pruebas.

Por ejemplo, se sabe que puede alterar los resultados de los análisis de orina basados en reacciones de color o espectrometría. También puede interferir en la determinación de albúmina y cetonas. Estos exámenes son muy frecuentes en personas diabéticas.

Del mismo modo, la fenazopiridina puede dar reacciones falsas en las pruebas de la glucosa y de las porfirinas. Por eso el médico siempre debe conocer si se está empleando este fármaco.

¿Cuándo debo ir a un médico?

Según explica una publicación de Michigan Medicine, lo ideal es consultar a un médico antes de tomar cualquier fármaco, aunque sea de venta libre. También es importante hacerlo si aparecen efectos secundarios persistentes o graves.

La fenazopiridina es un fármaco de categoría B en el embarazo. Esto quiere decir que no parece causar daños al bebé durante la gestación. Sin embargo, no se recomienda su uso porque no existe evidencia suficiente de este hecho. Tampoco se recomienda emplearlo durante la lactancia, por el mismo motivo.

Recuerda, la fenazopiridina es un analgésico, no antibiótico

Es importante que tengamos presente que este fármaco no sirve para tratar infecciones. Si bien es cierto que puede aliviar de forma notable sus síntomas, no contribuye a erradicar la presencia de las bacterias.

Por eso, se puede emplear como tratamiento adyuvante para los síntomas, pero no para eliminar la causa. Además, es importante tener en cuenta los posibles efectos secundarios y contraindicaciones antes de comenzar el tratamiento. Por ello se recomienda consultar siempre antes con un médico. 


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