7 fraudes alimentarios que debes conocer por el bien de tu salud
Revisado y aprobado por el farmacéutico Sergio Alonso Castrillejo
En años recientes, los fraudes alimentarios han generado desconfianza en los consumidores y las autoridades sanitarias, así como en la industria, que cuenta con pérdidas millonarias. En este sentido, el Centro Tecnológico AINIA señala que, aunque la Unión Europea (UE) es la región que cuenta con el mejor nivel de control y seguridad alimentaria en todo el mundo, en los últimos años ha existido una lista de fraudes.
Esto hizo que redoblaran sus medidas para contrarrestar la práctica de estos métodos deshonestos y engañosos. Así detectaron algunos casos relacionados con el fraude alimentario. Ejemplo de ello son los productos de la pesca de Vietnam o los cacahuetes por avellanas originarios de Georgia en el 2016.
En este sentido, te explicaremos cuáles son los siete fraudes alimentarios que debes conocer para cuidar tu salud.
¿Qué son los fraudes alimentarios?
El centro AINIA asegura que los fraudes alimentarios se presentan cuando alguna empresa incumple intencionadamente la legislación relacionada con el comercio de productos. Es decir, los etiquetados nutricionales expresan una cantidad o calidad inferior o distinta a la indicada en el envase.
La organización explica que un ejemplo claro de dicho fraude es la utilización de sustancias para ocultar, cubrir o disfrazar ingredientes de menor calidad. También se hace para reemplazar un alimento por otro, cuando en ningún momento el etiquetado lo menciona.
Ocurre igual al realizar declaraciones falsas sobre el origen de las materias primas. Estos ejercicios no necesariamente representan un riesgo para tu salud. Sin embargo, sí influyen notablemente en la confianza de los consumidores y en la imagen de la industria alimentaria en general.
A continuación, te contamos cuáles son los alimentos más proclives a sufrir un fraude a nivel mundial.
1. Aceite de oliva
El aceite de oliva es uno de los alimentos más populares en este tipo de fraude, pues es difícil lograr valorar el origen o calidad. Aunque se puede detectar, el volumen que se inspecciona es insignificante.Distintas agencias sanitarias muestran como ejemplo que el 80 % del aceite de oliva italiano que está presente en el mercado es falso. Así lo afirma una investigación publicada en la revista Foods. Esto se debe a que se mezcla el de oliva con otro de menor valor como el de cacahuete o avellana, así como de girasol.
Aunque esta práctica no suele personificar un riesgo grave para la salud, sí deteriora ls bolsillos. Después de todo, estamos pagando un precio elevado por un producto falso.
2. Jugos de frutas
Los zumos envasados, sobre todo los elaborados con naranjas, manzanas y granadas, son altamente vulnerables al engaño alimentario.
Puede que los ingredientes que se encuentran en sus etiquetados sean totalmente opuestos a los de su contenido.
- En ciertos casos no ingieres concentrados de frutas, sino edulcorantes, jarabes de maíz, extractos de flores o colorantes diluidos en agua.
Esta clase de productos pueden poner en riesgo la salud de la microbiota intestinal, propiciando el desarrollo de enfermedades metabólicas, de acuerdo con un estudio publicado en la revista BMJ.
Para identificar este fraude, las autoridades reguladoras realizan análisis para comprobar la presencia de sorbitol en el zumo. Así, detectan si el azúcar que contiene es natural o se ha añadido de manera artificial.
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3. Especias
Este grupo es uno de los alimentos más antiguos relacionados con los fraudes alimentarios. Sobre todo los condimentos como la pimienta, orégano o el azafrán.
Un ejemplo claro de esta práctica sucedió en Australia en abril del 2016. Gran parte del orégano que distribuían las empresas se reemplazó por hojas de olivo molidas o de zumaque. En ciertos casos la alteración rondaba el 90%.
4. Miel y jarabe de arce
Por lo general, la miel se elabora a base de mezclas de azúcares originarios de países como China. Estos elementos contienen metales pesados, pesticidas o antibióticos, entre otros, lo cual está muy lejos de lo que estipula la legislación. Además, la ingesta de estos tóxicos puede condicionar negativamente el estado de salud. Un estudio publicado en la revista Journal of Cellular Biochemistry relaciona la exposición frecuente a los metales pesados por medio de la dieta con un incremento del riesgo de sufrir daño neuronal.
En cuanto al caso del jarabe de arce, se añaden edulcorantes o azúcares, tales como el jarabe de alta fructosa.
5. Café
Aunque su costo no es tan elevado, los falsificadores adulteran su origen y el procedimiento de elaboración. Todo con el propósito de aumentar su precio.
En ese sentido, hacen pasar al café de calidad inferior por uno de mayor categoría al mezclar los granos. También proporcionan información falsa en el etiquetado e introducen elementos que, cuando se muelen, tiene una textura parecida a la del producto.
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6. Leche
El fraude alimentario de la leche consiste en diluir su concentración o mezclarla.Es un alimento muy falsificado, en especial en países asiáticos, donde es alterado con sustancias como melanina, suero, caña de azúcar y proteína de la leche.
En Europa también se han modificado, sobre todo con mezclas de leche o agua de baja calidad.
7. Otros alimentos
La carne, el arroz, té, vino, pescado y los alimentos ecológicos son los otros productos con mayor riesgo de sufrir falsificaciones. Afortunadamente los alimentos que se encuentran en el mercado pasan ciertos controles de calidad cada poco tiempo, lo cual permite identificar una gran parte de todas las adulteraciones.
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Estas falsificaciones suelen ser de procedencia y elaboración para multiplicar los ingresos a través de una inversión de calidad inferior. Dada esta situación, debes estar muy pendiente de los productos que compras y asegurarte que sean de la mejor calidad. Así protegerás tu inversión y la salud del cuerpo.
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- Carranco N., Farrés Cebrián M., Saurina J., Nuñez O., Authentication and quantitation of fraud in extra virgin olive oils based on HPLC-UV Fingerprinting and multivariate calibration. Foods, 2018.
- Imamura F., O'Connor L., Ye Z., Mursu J., et al., Consumption of sugar sweetened beveerages, artificially sweetened beverages, and fruit juice and incidence of type 2 diabetes: systematic review, meta analysis and estimation of population attributable fraction. BMJ, 2015.
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