Galactocele o quiste de leche: síntomas, diagnóstico y tratamiento
Revisado y aprobado por la enfermera Leidy Mora Molina
El galactocele o quiste de leche es un tipo de abultamiento que aparece casi de forma exclusiva en las mujeres lactantes. Se considera benigno, por lo que no debe ser motivo de preocupación. De hecho, la mayor parte de las veces se soluciona por sí solo.
Ahora bien, su aparición es relativamente frecuente y corresponde al 4 % de las consultas médicas de las mujeres en periodo de lactancia. De todos modos, es conveniente consultar al médico para descartar la presencia de otras anomalías. ¿Quieres saber más al respecto? ¡Sigue la lectura!
¿Qué es el galactocele?
El galactocele se define como una acumulación de la grasa de la leche fuera de los conductos mamarios. Esto hace que se forme un pequeño quiste, el cual queda retenido dentro de la mama y no tiene salida por el pezón.
Es una lesión benigna que aparece, sobre todo, en mujeres lactantes. También puede surgir durante la gestación. Sin embargo, lo más frecuente es que tenga lugar durante el destete. Unos pocos casos se han detectado tras cirugías de aumento de senos.
La condición también suele llamarse «lactocele», «quiste lácteo» o «quiste de leche». Está catalogada como la lesión del pecho más común durante la lactancia. A menudo, se ubica en la zona retroareolar de uno o ambos senos.
¿Por qué se produce?
Hay varias causas que pueden explicar el desarrollo del galactocele. Debido a esto, es necesario analizar cada caso individual. Lo más frecuente es que sea efecto de un desequilibrio hormonal que provoca alteraciones en la producción de leche y su aislamiento.
De este modo, una síntesis excesiva de leche, junto con una caída de las hormonas prolactina y oxitocina, unido a una contracción de las fibras musculares, provoca el galactocele. Es común que todos estos factores se conjuguen durante el destete o tras él.
Todo en conjunto provoca la acumulación de leche en un conducto mamario. Luego, el organismo reabsorbe la parte líquida y solo queda concentrada la grasa, lo que provoca un bloqueo y la aparición del bulto. Hay mayor riesgo de presentar este problema en los siguientes casos:
- Cuando hay dificultad para amamantar. Por ejemplo, si el bebé tiene paladar hendido.
- Si la lactancia materna está contraindicada por anomalías en el bebé, porque la madre tiene una enfermedad infecciosa o toma medicamentos riesgosos para su hijo.
- Mujeres que toman píldora anticonceptiva.
- Mastitis previa.
- Lesiones previas que han dejado cicatrices en los conductos.
- Mujeres que presentan grietas en el pezón.
Síntomas del galactocele
El quiste de leche se ve como un abultamiento redondeado. Por lo general, es pequeño, pero podría tener diversos tamaños. A veces, ni siquiera se nota y no causa ninguna incomodidad, ni genera síntomas.
Cuando crece y es visible, se siente como una masa blanda y uniforme bajo los dedos. Es movible y no causa dolor o, si lo hace, este es muy leve. Si se presiona la mama, es posible que salga algo de leche por el pezón, pero sin sangre ni otros componentes.
Lo más común es que se detecte unos días antes de la menstruación. Si se presentan complicaciones, como un proceso infeccioso, aparecerán otros síntomas. Por ejemplo, los siguientes:
- Fiebre.
- Dolor severo al hacer la palpación.
- Inflamación de los ganglios próximos.
Por regla general, el galactocele no afecta la lactancia. Esta lesión no es peligrosa, pero sí es posible que resulte incómoda. Solo si se localiza cerca del pezón puede entorpecer la salida de la leche y es habitual que esto irrite al bebé. En los demás casos, no genera ningún problema.
Diagnóstico
Siempre que aparezca un bulto en el seno se debe consultar con el médico. Una mujer no está en condiciones de determinar si ese abultamiento es un galactocele o no. Por eso, lo indicado es ver a un profesional para que ofrezca un diagnóstico preciso.
Lo más probable es que el médico haga una entrevista inicial y luego una exploración física. Con ello verificará la forma y el tamaño del abultamiento, así como la reacción que produce a la palpación.
Tras hacer esto, es común que ordene algunos exámenes para confirmar el diagnóstico, en especial si hay dudas. Las pruebas que se emplean en estos casos son las siguientes:
- Ultrasonido de las glándulas mamarias.
- Mamografía.
- Tomografía de glándulas mamarias.
- Resonancia magnética.
Tratamiento del galactocele
En principio, el galactocele tiene un tratamiento conservador. Si el quiste es pequeño, no muestra señales de crecimiento y no ocasiona molestia, lo usual es que no se haga nada, además de un seguimiento. Con frecuencia, el bulto desaparece por sí solo.
Si el quiste crece o causa molestias, es posible que se opte por un tratamiento farmacológico. Lo usual es que se receten medicamentos para inhibir la secreción de leche. Este mecanismo se emplea, por lo general, cuando el problema se presenta tras el destete.
En algunas ocasiones es necesario darle un tratamiento quirúrgico. En particular, cuando su crecimiento es muy rápido o genera muchas molestias. Este puede ser de dos tipos:
- Biopsia mínimamente invasiva. Se inserta una aguja fina en el quiste y se aspira su contenido. También es posible que se inyecte una sustancia para pegar dos conductos y favorecer la salida del contenido del quiste.
- Cirugía abierta. El objetivo es retirar el quiste sin alterar su integridad. Este tipo de cirugía se realiza cuando el bulto es muy grande o hay dudas acerca de si es benigno o no.
Recomendaciones finales
El galactocele tiene un pronóstico excelente. Casi siempre se resuelve por sí solo y no causa mayores inconvenientes. No se ha reportado ninguna relación entre esta afección y el riesgo de sufrir cáncer.
Dicho lo anterior, también es importante reseñar que esta condición se puede complicar si no se atiende a tiempo. El riesgo más grande es que se presente una infección que, a veces, desemboca en mastitis. Por lo tanto, siempre amerita una consulta con el médico.
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